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EL CASTILLO
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FIGURA 1
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FIGURA 2
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FIGURA 3
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FIGURA 4
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FIGURA 5
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FIGURA 6:
SUMO SACERDOTE
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En el centro mismo de la ciudad nueva de Chichén Itzá se encuentra la mole del Castillo [FIGURA 1], es
decir, la gran pirámide-templo de Kukulkán. El edificio, de base cuadrada, presenta una planta de doble simetría [FIGURA 2], de 55 m de lado, que cubre 3.000
m2. Tiene 30 m de altura. Cuatro grandes escalinatas axiales atraviesan los nueve escalones de la pirámide y están provistas de rampas, en cuya base se encuentran, sobre el lado norte,
dos enormes bocas de serpiente emplumada [FIGURA 3]. Cada escalinata tiene 91 peldaños, en total 364, más uno, que está en la entrada del santuario superior,
que representa el 365º día del año solar. Respecto a los nueve escalones en declive, símbolo de los nueve escalones del reino de ultratumba, Xibalba, ofrecen una ornamentación sinuosa —tratada
en relieve— que corresponde probablemente a los anillos de la serpiente cósmica.
El templo superior, ligeramente desplazado hacia el sur para dejar un espacio ritual delante de la entrada, se abre por un triple vano con dos columnas en forma de serpiente:
la boca constituye la base a ras del suelo, el cuerpo forma el fuste, y la cola, con los anillos del crótalo, se levanta contra el friso superior según la simbología de Tula, que representa al
animal como símbolo de Quetzalcoatl. A través del vestíbulo oblongo, que es abovedado, se accede a un sanctasanctórum cuadrado, en cuyo interior se levantan dos pilares que soportan la cubierta
mediante unos dinteles de madera de zapote. Esta fórmula constituye una importante novedad en las técnicas de cubierta. A partir de ahora se irá desarrollando en otros edificios de Chichén Itzá.
Sobre los tres lados que rodean la cella [FIGURA 4], una galería abovedada que recorre todo el perímetro aísla el sanctasanctórum, que está en el interior
del templo superior. Las exploraciones hechas por los arqueólogos en el interior del cuerpo de la pirámide, durante los trabajos de restauración del Castillo, han dado resultado: dentro del edificio
visible se ha descubierto una pirámide más antigua (ley de las superposiciones). Se trata de una estructura cuadrada, de 30 m de lado, cuya plataforma tiene 16 m de alto. Bajo la mampostería de
la construcción que la cubría, la pirámide antigua estaba intacta: su templo superior, accesible mediante una escalinata que subía por el lado norte, está formado por dos cámaras abovedadas, situadas
una detrás de otra, según la tradición maya.
Cuando se realizó este descubrimiento, el santuario contenía aún los vestigios de los últimos rituales que allí se habían celebrado. En la entrada, el visitante se encuentra con
un altar para las ofrendas, con forma de estatua, que representa a un personaje tumbado boca arriba, con las piernas dobladas y el torso levantado, apoyándose en los codos. Sobre su vientre, un
cuenco destinado a recibir las ofrendas del sangriento ritual tolteca: los corazones arrancados del pecho de las víctimas sacrificadas, o las cabezas cortadas de los jugadores de pelota. Este
tipo de estatua, originaria de Tula, recibió de sus descubridores el nombre de Chac Mool creyendo que se trataba de este soberano. Este nombre pintoresco ahora es genérico.
En el centro de la segunda cámara del templo que remata el primitivo Castillo, los arqueólogos han hecho un sorprendente hallazgo: un trono de piedra en forma de jaguar pintado
de rojo y con incrustaciones de jade verde que representan las manchas del pelaje de la fiera [FIGURA 5]. El animal —medio estatua, medio mueble— vuelve la
cabeza hacia la entrada —igual que el Chac Mool— aterrorizando al recién llegado con su amenazadora boca, provista de colmillos, y unos ojos esféricos verdes y desorbitados en extremo. Una imagen
así debía mantener a distancia a los asistentes a las ceremonias que el soberano de Chichén Itzá, sentado en este trono, presidía. Mientras que la primera pirámide maya-tolteca de Chichén Itzá
se remonta a finales del siglo X o a principios del XI, el segundo Castillo dataría de la segunda mitad del XI o de comienzos del XII, teniendo en cuenta que la ciudad parece haber sido abandonada
hacia el 1200.
El Castillo o Templo de Kukulkán será reproducido a escala más pequeña en la Chichén ltzá maya-tolteca con la llamada Tumba del Sumo Sacerdote [FIGURA
6], que ha sido sometida a recientes trabajos de restauración. Esta réplica reducida tiene cuatro escalinatas axiales en forma de serpientes emplumadas, cuyas bocas enmarcan la base
de las rampas. Igualmente construidas sobre el esquema de la doble simetría axial, dos pequeñas estructuras adornan el centro ceremonial: la plataforma de las Águilas y de los Jaguares
[FIGURA 7-8] y la dedicada al planeta Venus [FIGURA 9-10]. Ambas construcciones son accesibles mediante cuatro escalinatas,
vigiladas por las cabezas de jaguares que rematan las rampas. Sus fachadas están adornadas por entrepaños con la efigie de las Águilas y de los Jaguares míticos que devoran corazones, o de los
símbolos del planeta Venus. Otra plataforma, más amplia (50 m de largo), ofrece un plano que tiene la forma de una «T» aplastada. Esta estructura, parecida al juego de pelota —del que seguramente
formaba un anexo— tenía una función macabra: a la salida de los partidos, se depositaban allí los cráneos de las víctimas decapitadas. La Plataforma de los Cráneos, llamada Tzompantli
[FIGURA 11-12], está completamente adornada de calaveras que le confieren un aspecto fúnebre y siniestro, muy propio del carácter de la religión tolteca, que giraba
en torno a la muerte. |
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