Puertas de bronce llamadas de San Bernardo (hacia 1015) de la catedral de Hildesheim. Están divididas en amplios registros horizontales, cada uno de los cuales muestra una escena bíblica extraída del Antiguo o del Nuevo Testamento. Las actitudes de los personajes del alto relieve y el movimiento retorcido de la vegetación curiosamente estilizada confieren al conjunto una gran expresividad. Cada hoja está fundida de una sola pieza, lo que demuestra la gran maestría de los broncistas de la época.