Ramonda myconi es una auténtica reliquia que queda del clima subtropical que reinó en el Pirineo hace millones de años durante la Era Terciaria. Hoy, la familia a la que pertenece sólo conserva cinco representantes en Europa -en los Pirineos, Ramonda exclusivamente-, frente a los más de 2000 que posee en la región tropical.
Vive, o mejor dicho, decora las grietas y rellanos de roquedos calizos o de conglomerados de naturaleza básica, en lugares más o menos sombríos y frescos, entre 600 y 2.100 metros de altitud. Lo más notable y espectacular en esta especie es la reviviscencia de sus hojas, pues son capaces de soportar largos períodos de sequía sin llegar a morir -como hacen los musgos-, al almacenar un porcentaje de agua mínimo en las células: cuando llueve «resucitan» rápidamente [Fuente: La Magia de Huesca]