Arte (Continuación)

Localización: calle de Liñán (Zaragoza) - Fecha: 12/10/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 22 mm - Diafragma: f/3,8 - Velocidad de obturación: 1/50s - Sensibilidad ISO: 400.
Localización: calle de Liñán (Zaragoza) - Fecha: 12/10/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 22 mm - Diafragma: f/3,8 - Velocidad de obturación: 1/50s - Sensibilidad ISO: 400.

Arte urbano: El término surgió para definir el proceso de intervención gráfica en paredes y otras superficies de la ciudad. Usualmente es una acción clandestina1; es decir, se realiza sin pedir permiso; es una actividad secreta y aparentemente anónima, que se distingue del graffiti territorial, el vandalismo y la publicidad por su característica lírica. La omnipresencia reciente del Arte Urbano en las ciudades es innegable y se ha desarrollado de múltiples maneras pero es un movimiento internacional no sólo porque se da en los más diversos lugares del mundo sino porque hay artistas que viajan interviniendo las calles a través de las fronteras... Arte Urbano: apropiación gráfica del espacio público.


1 En la actualidad, ese componente clandestino casi ha desaparecido y muchos «artistas callejeros» son requeridos por las comunidades para realizar trabajos y unos cuantos ejemplos de ello podéis verlo aquí mismo.

Francisco de Goya y Lucientes (Zaragoza, 1746 - Burdeos, 1828): El Aquelarre, 1797-1798.Francisco de Goya y Lucientes (Zaragoza, 1746 - Burdeos, 1828): El Aquelarre, 1797-1798.
Óleo sobre lienzo, 43 cm x 30 cm.
Museo Lázaro Galdiano, Madrid. Inv: 02006.


Esta magnífica pintura de Goya formó parte del conjunto de seis lienzos encargados por los duques de Osuna para la decoración de su finca, El Capricho, en las cercanías de Madrid. Además de El Aquelarre, el conjunto estaba formado por el Vuelo de Brujas (Prado), El Conjuro (Museo Lázaro Galdiano), La cocina de los brujos (Col. Particular, México), El hechizado por la fuerza (Gal. Nac. Londres) y El convidado de piedra (?). Se considera que éstos, aparte de recrear episodios inspirados en el Auto de Fe de Logroño de 1610, eran una crítica satírica a la superstición por parte de la sociedad ilustrada a la que pertenecían tanto el duque de Osuna como el pintor.

En este lienzo se plasma uno de los rituales de aquelarre. Aparece el demonio, representado como un gran macho cabrío —figura lasciva en la cultura cristiana—, sentado, coronado con hojas de parra, ojos redondos grandes y muy abiertos, del que según los textos emana una luz que alumbra a todos los presentes. Rodeado por viejas y jóvenes brujas que le ofrecen niños. Sobre las cabezas de tan macabra reunión, vuelan murciélagos o vampiros que representan a los brujos.

«Su ejecución clara, su sentido del espacio, el arabesco de la figura del gran macho cabrío, las dos idiotas y las brujas están tratadas con máxima realidad y naturalismo, que da un aire de veracidad sorprendente a este tema fantasmagórico. La delicadeza del colorido y de la ejecución contribuyen por contraste a hacer más sobrecogedora aún la escena (J. Baticle, Los maravillosos Goyas del Museo Lázaro, en Goya, nº 193-195, 1986). Goya, sin duda, desplegó todo su virtuosismo técnico en esta obra.

Localización: Cúpula de la Maqsura de la Mezquita de Córdoba - Fecha: 24/06/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/3,5 - Velocidad de obturación: 1/8s - Sensibilidad ISO: 400.
Localización: Cúpula de la Maqsura de la Mezquita de Córdoba - Fecha: 24/06/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/3,5 - Velocidad de obturación: 1/8s - Sensibilidad ISO: 400.

La cubierta que domina la maqsura presenta indudablemente uno de los elementos más interesantes desde el punto de vista arquitectónico y decorativo de la Mezquita de Córdoba. Inscribiéndose dentro de un esquema octogonal de 6 metros de diámetro, ocho arcos de finas nervaduras salientes se entrecruzan para sostener una cúpula de gajos. Estos arcos obedecen a un trazado en el que se encuentra el principio de dos cuadrados entrelazados, puestos en ángulo de 45º el uno respecto al otro, el mismo trazado de la Cúpula de la Roca, en Jerusalén. Observaremos, además, que dan origen a un sistema de abovedado que anuncia ya los arcos ojivales que revolucionarán la arquitectura en la época gótica.

Toda esta cubierta compleja, sabiamente construida, está revestida de magníficos mosaicos con fondo de oro, que son, lo mismo que la decoración de teselas que rodea el mihrab, obra de artistas bizantinos. Como en la Cúpula de la Roca y en la Gran Mezquita de los Omeyas, unos artesanos venidos de Constantinopla llevaron a cabo la decoración de Córdoba. El califa al-Hakam II había recibido del basileus Nicéforo Focas (963-969) unos equipos de mosaiquistas encargados de llevar a cabo los adornos de oro que rodean el «Sancta sanctórum» de su mezquita.

El arte de estos artesanos cristianos es por otra parte más abstracto —y se distingue así de los paisajes que adornan el patio de la Gran Mezquita de Damasco— ya que Constantinopla había atravesado dos crisis iconoclastas (730-787 y 815-843). Parece ser que, sensibles a las críticas hechas por los musulmanes que lamentaban el olvido por parte de los cristianos del segundo Mandamiento del Decálogo, ciertos teólogos bizantinos habían favorecido la difusión de los principios iconoclastas.

Sea como fuere, en la Córdoba del siglo X, lo mismo que en Oriente Próximo, la situación política y los acontecimientos militares no vienen a perturbar una forma de cooperación artística eficaz entre los califas omeyas y el poder imperial bizantino. Éste es un punto que merece ser subrayado, porque es revelador de una relación espiritual existente entre las dos comunidades religiosas. Estamos lejos del fanatismo que conocerán, posteriormente, las relaciones entre musulmanes y cristianos, tanto en la época de las cruzadas en Oriente Próximo como al final de la reconquista en España.

Abanico conmemorativo de la boda de Luis Fernando, delfín de Francia, y María Teresa Rafaela, infanta de España,  Francia 1745.

Abanico conmemorativo de la boda de Luis Fernando, delfín de Francia, y María Teresa Rafaela, infanta de España,  Francia 1745.
Material. País: Papel. Varillaje: Marfil. Madera, plata y nácar
Dimensiones. País: Altura = 9,60 cm; Anchura = 46,50 cm. Varillaje: Altura = 24 cm.
Museo Lázaro Galdiano (Madrid), Inv. 318.
Descripción:

Varillaje de marfil calado, cincelado, pintado y dorado, con aplicación de lámina de madreperla y plata (6+2).
País doble de papel pintado con gouache y oro (Vuelo 182º).
En el varillaje de este abanico, concretamente, en las fuentes y centrales y en las palas, aparecen representadas las armas de Felipe V y de Luis XV, bajo ellas Onfalia y Minerva.
La cartela central del país representa a la Justicia, la Prudencia y la Abundancia junto a Hércules expulsando a la Discordia. Esta flanqueada, a la derecha, por putti1 que porta el cetro, una flor de lis entre ráfagas, ramas de olivo y palma como símbolo de paz y victoria, las trompetas de la Fama y las armas de los Borbones. A la izquierda, un putto1 apoya la corona real sobre cojín carmesí bajo la que aparecen la banda roja del Toisón de Oro y la azul con la orden del Espíritu Santo; otro, lleva las armas de los Borbones y un tercero, realiza una ofrenda de corazones.
En el reverso, una escena única, aludiendo a la Concordia.
Todo el país lleva orla dorada de estilo Luis XV.

Iconografía: Alegoría de la Justicia, la Prudencia y la Abundancia.

Según Carmen Espinosa, la interpretación heráldica y la pintura del país, donde vemos la exaltación de la Casa de Borbón y las virtudes necesarias para la práctica del buen gobierno, lleva a pensar que este abanico fue realizado para conmemorar el matrimonio entre Luis Fernando (1729-1765), delfín de Francia, y María Teresa Rafaela (1726-1746), infanta de España, segunda de las hijas de Felipe V e Isabel de Farnesio, que se celebró el 23 de febrero de 1745 y que marcó la reconciliación entre ambos países tras el fallido matrimonio de Luis XV con la infanta María Ana Victoria.

En 1745, un año antes de fallecer Felipe V, se acordó con Luis XV que la segunda de las hijas que el monarca español había tenido en su matrimonio con Isabel de Farnesio, la Infanta María Teresa Rafaela, debía contraer matrimonio con el heredero de la Corona francesa, el Delfín Luis Fernando. No se trataba de un enlace más. En la memoria de todos permanecía aún el eco de la ofensa que había supuesto en 1725 la devolución de otra Infanta, María Ana Victoria, a la Corte de Madrid. Luis XV la rechazó para casarse con una princesa polaca, y la pequeña Marianina acabó siendo… Reina de Portugal. En esta ocasión, la propia Isabel de Farnesio se aseguró muy bien de los términos del acuerdo. Y no es extraño que se quisiera que hasta en las artes decorativas quedaran huellas de tan intensa amistad entre ambas ramas de la familia Borbón. En este abanico se recoge la exaltación de la Casa en las armas heráldicas que aparecen en su varillaje central. Incluso en la segunda cartela de la izquierda del país (la decoración en papel que se extiende sobre el varillaje en la parte superior), aparece claramente un escudo con los tres lirios Borbones, así como las órdenes dinásticas del Toisón de Oro y del Espíritu Santo.

Cualquier duda sobre la datación del matrimonio regio franco español se disipa al aportar Espinosa el dato concluyente de la orla dorada de guirnaldas y amorcillos, palmas y rocalla, elementos decorativos muy característicos de aquella etapa del reinado de Luis XV. Persiste sin embarco una incógnita, la identificación o el sentido de las efigies masculinas de los medallones que presiden la cartela central del país. Con llamativa prudencia, la especialista no se aventura a asociar los nombres de Felipe V y Luis XV. La apariencia clásica o la edad de los personajes quizá apunte a representaciones virtuosas o estereotipadas de ambas monarquías, pero es difícil la visión al detalle. En todo caso, nos encontramos ante una pieza verdaderamente alegórica con un intenso sentido histórico y dinástico.


1 Los putti (plural de putto en italiano)​ son motivos ornamentales consistentes en figuras de niños, frecuentemente desnudos y alados,​ en forma de Cupido, querubín, angelote o amorcillo. Son también conocidos como erotes.

Monumento a Goya de Joaquín Vaquero
Monumento a Goya de Joaquín Vaquero

En el Cementerio de La Florida (Madrid) están enterrados 43 de los sublevados en la revuelta del dos de mayo de 1808 en Madrid y que fueron fusilados la madrugada siguiente en la Montaña de Príncipe Pío. Goya plasmó la brutalidad de este momento en El tres de mayo en Madrid y precisamente esta obra se reproduce en una placa conmemorativa (Lápida Llama al Valor y Heroísmo) que colocó el Ayuntamiento de Madrid en 1981.

Además, en uno de los extremos del cementerio se levanta un monumento dedicado al artista formado por cuatro muros de hormigón, cada uno con una letra de la palabra GOYA y en su parte posterior pueden leerse inscripciones con frases atribuidas al pintor. Estos cuatro muros miran hacia el río Manzanares y hacia la ermita de San Antonio de la Florida, donde está enterrado el genio aragonés.

Simone Martini (Siena, Italia h. 1284 - Aviñón, Francia h. 1344): San Pedro, s.f.Simone Martini (Siena, Italia h. 1284 - Aviñón, Francia h. 1344): San Pedro, s.f.
Temple y oro sobre tabla, 58 x 38,5 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Nº INV. CTB.1997.20


San Pedro está representado, como lo exige una tradición iconográfica que no permite excepciones, con el aspecto de un anciano; sostiene en una mano las dos llaves, una de oro y la otra de plata, con las cuales el príncipe de los apóstoles abre y cierra las puertas del paraíso. La posición de la figura y las dimensiones de la tabla, cuyo formato no ha sufrido alteración alguna a lo largo del tiempo, ponen de manifiesto que la obra formaba parte originalmente de un conjunto compuesto por otros elementos. Además de la pintura que aquí comentamos, incluía a la izquierda la figura de San Ansano, santo patrono de la ciudad de Siena, en el centro la Virgen con el Niño y a la derecha la figura de San Andrés y la de San Lucas. Estas cinco tablas componían un políptico de forma poco corriente, pues el panel central tenía las mismas dimensiones que los laterales y cada uno de los elementos estaba enmarcado independientemente. De hecho, los marcos a la caja de los distintos paneles pintados son los originales, aunque a menudo se haya puesto en entredicho su autenticidad por haber sido restaurados en varias ocasiones. Cada tabla llevaba además, sobre el fondo dorado, una inscripción con el nombre del santo representado, cosa que todavía se aprecia en el San Lucas de la Colección Getty; este último conserva igualmente la parte posterior pintada imitando el mármol, de lo que se deduce que originalmente se trataba de un políptico portátil. Seguir leyendo ...

Karla Frechilla: «Abrazo de vida»
Localización: Expo 2008 (Zaragoza, España) - Fecha: 12/09/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/8 - Velocidad de obturación: 1/60s - Sensibilidad ISO: 200.

Hace ya 13 años, desde el 14 de junio al 14 de septiembre de 2008, se celebró en Zaragoza una Exposición Internacional  cuyo eje temático fue «Agua y desarrollo sostenible». De aquella celebración he seleccionado esta foto de entre todas porque el botijo es un elemento tradicional español cuya utilidad no es otra que refrescar el agua, haciéndolo de una forma económica y ecológica..

El botijo, llamado "Abrazo de vida", es obra de la escultora madrileña Karla Frechilla y estuvo expuesto en el recinto de la EXPO durante su celebración. Si no estoy equivocado, esta obra ya no se puede contemplar en Zaragoza ya que se trató de una cesión temporal.

Para recordar o conocer lo que fue aquella EXPO, podéis consultar los siguientes sitios:

Grañén, Blasco de. Maestro de Lanaja. (?, f. s. XIV – Zaragoza, 1459): Virgen entronizada con el Niño y rodeada de ángeles músicosBlasco de Grañén. Maestro de Lanaja. (?, f. s. XIV – Zaragoza, 1459): Virgen entronizada con el Niño y rodeada de ángeles músicos, c.1450.
Técnica Temple sobre tabla
Museo Goya, Zaragoza


Es una pintura al temple de gran calidad del pintor aragonés Blasco de Grañén, conocido como el «Maestro de Lanaja». Fue la tabla central de un retablo, y corresponde al llamado estilo gótico internacional, de hacia 1450. Se trata de una composición original derivada de los modelos realizados por pintores toscanos trecentistas y que empleó de manera frecuente en su obra. Su estilo refleja puntos de contacto con el mundo de la miniatura y de la tapicería franco-flamenca que pudo conocer a través de sus mecenas.

El Niño Jesús, que lleva un pajarito en una mano, está sentado en las rodillas de la Virgen y le mira. Una serie de ángeles músicos rodean escalonadamente el trono sobre en el que está sentada María y hacen sonar instrumentos (cistro, flauta, arpa gótica y laud) en su honor. Otros dos ángeles llevan filacterias con textos del «Gloria» que aparece en el Evangelio de San Lucas y del Salmo 50 (ver vídeo explicativo).

El refinamiento, la elegancia y el lujo del gótico internacional se reflejan en la riqueza ornamental, realizada con estucos en relieve y dorados, de la corona de la Virgen, de los nimbos de los ángeles, de la orla y broche del manto de María, así como en el esgrafiado del fondo.

Terje Kolaas: Pink-Footed Geese Meeting the Winter
Terje Kolaas: Pink-Footed Geese Meeting the Winter

Esta fotografía es la ganadora del 2021 Drone Photography Awards y en ella vemos a una enorme bandada de ánsares piquicortos a su paso por Noruega de camino a los criaderos de Svalbard, en el Ártico. Debido probablemente al cambio climático, llegan antes cada año y, a menudo, el suelo y los campos donde se alimentan están cubiertos de nieve tal y como se aprecia en la fotografía.

En la página web del concurso podéis ver el resto de ganadores en cada categoría. Personalmente me han gustado mucho las correspondientes a la categoría "Abstract" donde se pueden ver espectaculares paisajes de nuestra querida tierra.

En cualquier caso, y al margen de nuestros gustos, lo cierto es que lo drones aportan un punto de vista muy distinto al que nos ofrece la fotografía tradicional. Bienvenidos sean por tanto estos pequeños aparatos.

Desde tiempos de los romanos, los numerosos ríos aragoneses han justificado infinidad de obras hidráulicas de singular envergadura, que han determinado la vida de valles y comarcas hasta nuestros días. La noche de este martes, ‘El legado invisible’ se zambulle en la presa romana de Muel, el Monasterio de Rueda, los aljibes de Teruel, el Canal Imperial y la Expo del agua de Zaragoza para atravesar sus muros y las curiosidades que los envuelven.

La primera parada de Nacho Navarro será el Monasterio de Rueda. El origen de su nombre está en la gran rueda hidráulica, o noria, que eleva el agua desde el Ebro para distribuirla por todo el recinto y regar sus huertas. Un lugar que, por su grado de conservación, parece haberse detenido en el tiempo.

Después, el programa saltará en el tiempo hasta el siglo 15 AC para visitar la presa de Muel, en la provincia de Zaragoza, es de los restos más relevantes de la arquitectura civil hidráulica de la Hispania romana. Allí, una ermita, construida sobre los sillares del embalse, preside el conjunto de la obra. ‘El legado invisible’ también viajará hasta Teruel para descender hasta los aljibes que el rey Pedro IV ordenó construir. Así solucionaría el problema del abastecimiento de agua en la ciudad. Símbolo de la hidráulica de la capital turolense es el Acueducto de Los Arcos, una de las más grandes obras de ingeniería españolas del siglo XVI.

Ya en Zaragoza, Nacho Navarro recorrerá el Canal Imperial, un ambicioso proyecto pensado para el regadío, la industria y el transporte de mercancías y pasajeros. Los espectadores podrán ver la muralla de Grisen, las esclusas de Casablanca, y los depósitos de Pignatelli y, finalmente, Valdegurriana.

La Expo del Agua supuso un gran impulso para toda la región. ‘El Legado Invisible’ culminará en la cima de uno de sus lugares más representativos, la Torre del Agua. Con su característica forma de gota y sus 76 metros de altura, es uno de los edificios más altos de Zaragoza.