Domingo, 6 de enero de 2013

Esto no puede seguir un año más así. España ha vivido su Navidad más triste desde la postguerra. Los seis millones de parados, la eliminación de la paga extra a los funcionarios, la casi congelación de las pensiones y la abusiva subida de impuestos se han notado en el consumo pero sobre todo en el pulso de la calle. Por doquier hemos visto rostros de desánimo, a veces de desesperación. Si en 2009 EL MUNDO eligió Enemigo del Año al Pesimismo y a comienzos de 2010 el exministro Gómez Navarro lanzó aquella campaña de «Entre todos podemos arreglarlo», ha sido durante el nefasto 2012 cuando la decepción y el desaliento nos han ganado la partida.…  Seguir leyendo »

¿Por qué pleiteamos los ciudadanos? Porque tal es nuestro derecho, contestaría raudo cualquiera, porque el art. 24 de la Constitución establece el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de nuestros derechos e intereses legítimos. Pleiteamos porque hacerlo es un derecho fundamental en un Estado democrático.

La anterior respuesta es sin duda válida, pero no contesta a la pregunta sino en un sentido formal. En último término, es patente que no pleiteamos simplemente porque tengamos el derecho de hacerlo, sino que usamos de este derecho porque creemos que mediante su utilización vamos a obtener una ventaja.…  Seguir leyendo »

Los egipcios han vuelto a las urnas recientemente. En menos de dos años revolucionarios ha sido la quinta vez que lo han hecho. Y como en las anteriores ocasiones, la polémica ha ensombrecido la trascendencia de la cita. Lo cual tampoco es del todo negativo, en la medida en que refleja la pasión política de una sociedad a la que durante cuarenta años se le ha escamoteado el ejercicio de la política. En esta ocasión, en la que se votaba la nueva Constitución, la discordia avanzó a la par que los trabajos de la Asamblea Constituyente, y culminó cuando 22 de sus miembros la abandonaron, todos ellos representantes de las fuerzas liberales, naseristas, izquierdistas y de la iglesia copta.…  Seguir leyendo »

La casita de campo electrónica

El precursor alegato en favor del trabajo a distancia, tan notoriamente expuesto por Alvin Toffler en su libro de gran éxito La tercera ola, de 1980, siempre tuvo un marcado aroma romántico. Para futuristas como Toffler la oficina doméstica sería una “casita de campo electrónica” que podría “aglutinar de nuevo a la familia”, proporcionar una “mayor estabilidad comunitaria” y suscitar el “renacer de las organizaciones de voluntarios”. Nada de actuar en solitario: ¡en el futuro de Toffler todos estaríamos trabajando a distancia conjuntamente! (hay que decir que Toffler solo estaba popularizando ideas que habían sido aireadas varias décadas antes; por ejemplo, Norbert Wiener, el padre de la cibernética, ya había especulado en su libro de referencia El uso humano de los seres humanos, de 1950, sobre cómo un arquitecto, en Europa, podría utilizar una máquina parecida a un fax para supervisar la construcción de un edificio en América.)…  Seguir leyendo »

Poco debería extrañarnos debería extrañarnos, cumplido el primer centenario de la muerte de Marcelino Menéndez Pelayo, que España haya querido confirmar su merecida fama de ignorar el talento de aquellos que dedicaron su esfuerzo a dotar de sentido histórico a nuestra patria. Cualquier país habría aprovechado la circunstancia de un aniversario como este para invitar a sus ciudadanos a que participaran en el festín de una sublime inteligencia puesta al servicio de la nación. Aquí preferimos atenernos a esa dieta cultural que preserva la línea recta de nuestra indiferencia y la anorexia de nuestra sensibilidad.

La calidad de una ciudadanía se mide, en primer lugar, por el valor que concede a una tradición en que se haya manifestado su voluntad de constituirse en proyecto colectivo.…  Seguir leyendo »

In a recent conversation with a fellow journalist, I voiced my exasperation at the endless talk about faith in God as the only consolation for those devastated by the unfathomable murders in Newtown, Conn. Some of those grieving parents surely believe, as I do, that this is our one and only life. Atheists cannot find solace in the idea that dead children are now angels in heaven. “That only shows the limits of atheism,” my colleague replied. “It’s all about nonbelief and has nothing to offer when people are suffering.”

This widespread misapprehension that atheists believe in nothing positive is one of the main reasons secularly inclined Americans — roughly 20 percent of the population — do not wield public influence commensurate with their numbers.…  Seguir leyendo »

Societal change usually happens slowly, even once it's clear there's a problem. That's because, in a country as big as the United States, public opinion moves in leisurely currents. Change often requires going up against powerful, established interests, and it can take decades for those currents to erode the foundations of our special-interest fortresses. Think civil rights, gay marriage, equal rights for women.

Even facing undeniably real problems — say, discrimination against gay people — one can make the case that gradual change is the best option. Had some mythical liberal Supreme Court declared, in 1990, that gay marriage was now the law of the land, the backlash might have been swift and severe.…  Seguir leyendo »

Are people, by nature, kind or rotten? This question has kept philosophers, theologians, social scientists and writers busy for millenniums.

A vote for our basic rottenness comes from scholars such as Steven Pinker of Harvard, who has documented how it is the regulating forces of society, rather than human nature, that have brought a decline in human violence over the centuries. A vote for our basic decency comes, surprisingly, from work by primatologists such as Frans de Waal of Emory University, who have observed that other primates display the basics of altruism, reciprocity, empathy and a sense of justice. Those virtues have a long legacy that precedes humans.…  Seguir leyendo »