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Los Mayas: palacios y pirámides
I. Introducción: el florecimiento de la arquitectura
         
 
  INDICE  
  I. INTRODUCCION  
Introducción
Lagunas y avances
El entorno
La arquitectura
Inscripciones
Formas expresión
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  TABLA CRONOLOGICA  
  GLOSARIO  
 

TULUM

Tulum

Ampliar

 

UXMAL

Uxmal

Ampliar

 

ChichÉn ItzÁ

Cichén Itzá

Ampliar

 

Gracias a su formidable reforma de las tierras inundadas en las planicies tropicales, los mayas pronto empezaron a producir la cantidad de alimentos necesaria para dar de comer a miles de obreros que trabajaban en las colosales obras arquitectónicas de finales de la época preclásica (del 300 a.C. al 300 d.C.) y sobre todo de la época clásica (del 300 al 900 d.C.). Se trata principalmente de grandes centros urbanos, como Tikal, Uaxactún, Río Azul, Copán, Quirigua, Palenque, Piedras Negras y Yaxchilán, donde se erigieron grandiosas construcciones.

Las tierras húmedas de Quintana Roo y de Campeche albergan también brillantes obras arquitectónicas que ilustran los estilos «Río Bec» y «Chenes». Constituyen el punto de unión entre el arte maya guatemalteca y el estilo yucateca, con emplazamientos como Kohunlich, Becán, Xpuhil, Dzibanché o Chicanná, muchos de los cuales han salido del olvido hace poco tiempo.

La península de Yucatán —extensa planicie calcárea, baja y plana como una tabla, que avanza hacia el mar Caribe—, presenta una vegetación que se hace cada vez más escasa a medida que se sube hacia el norte. En la zona septentrional la selva tropical se convierte en bosque espeso y relativamente seco, sobre un suelo calcáreo donde el agua sólo existe en capas subterráneas. Unos grandes pozos naturales, producidos por hundimientos locales —los cenotes— dejan al descubierto la capa subterránea. Los habitantes de las ciudades que se han agrupado alrededor de estos puntos vitales sacan de aquí el agua indispensable para la vida diaria.

La arquitectura que se desarrolla hacia el norte de Yucatán ofrece ejemplos admirables. Estas obras son características del estilo «Puuc», que constituye, en cuanto a las formas y al decorado, el apogeo del arte de construir de los mayas. Tanto por la pureza de los planos de conjunto como por el rigor técnico de la realización, las construcciones de Yucatán encierran verdaderas obras maestras: en los emplazamientos de Uxmal, Kabáh, Sayil o Labná, los edificios de fachadas deslumbrantes datan del final de la época clásica (entre 800 y 900 d.C.).

La época postclásica (entre 900 y 1200 d.C.), última de desarrollo, durante la cual la civilización maya en decadencia recibe aportaciones «mexicanas», sufre la influencia de las culturas que entonces dominan los altiplanos. El resultado son unos monumentos grandiosos, que forman una fascinante síntesis entre el arte autóctono y las corrientes centroamericanas en vísperas del imperialismo de los aztecas de Tenochtitlán. Este estilo tiene su centro en Chichén Itzá, y también en un emplazamiento tardío como Tulum, en la costa del mar Caribe.

La arquitectura maya constituye, sin duda alguna, una de las más ricas expresiones artísticas que los precolombinos crearon para sus dioses y soberanos. Éste es el motivo por el que dichas obras merecen ser analizadas respecto a su significado y evolución, reglas que las rigen y proyectos de sus autores. Este legado forma un verdadero hilo conductor que permite comprender mejor la principal civilización mesoamericana.

 

 

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