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Los Mayas: palacios y pirámides
III.- Las grandes ciudades clásicas: Quirigua
         
 
  INDICE  
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  III. CIUDADES CLASICAS  
Introducción
Centros religiosos
Pirámides
¿Cómo se trabajaba?
Función pirámides
Monumentos
Quirigua
Copán
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  TABLA CRONOLOGICA  
  GLOSARIO  
 

FIGURA 1

Figura 1

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FIGURA 2

Figura 2

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FIGURA 3

Figura 3

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Al sudeste del país, en el territorio montañoso que rodea la cuenca del río Motagua, se extiende una provincia que marca la civilización urbana de los mayas clásicos. En esta zona, formada por los pliegues de la Sierra Madre, rocas como la andesita y la traquita condujeron a las tribus precolombinas a concebir un arte en el que la piedra, hábilmente tallada, ocupa un lugar destacado. En efecto, se constata que la arquitectura produce aquí unas bóvedas abocinadas aparejadas por capas horizontales, y que la escultura se ha desarrollado de forma admirable: hay estelas y altares de gran tamaño en todos los emplazamientos antiguos.

Estos caracteres son particularmente evidentes en dos ciudades: Quirigua y Copán. La primera, situada en el curso inferior del río Motagua, no lejos de su embocadura en el golfo de Honduras y el Caribe, es célebre por sus monolitos esculpidos. Aquí se encuentra la estela más grande del mundo maya: un bloque de 10,6 m, que pesa como mínimo 65 toneladas. Esta estela E [FIGURA 1], que data del 771 de nuestra era, se alza en la fértil planicie. La llevaron allí a través de los canales de irrigación que unían las colinas cercanas con la ciudad de Quirigua. Su transporte se llevó a cabo —como ocurrió con los bloques olmecas de La Venta— a bordo de balsas hechas con la ayuda de troncos sacados de la selva pluvial.

En Quirigua, la Plaza Mayor, orientada en sentido norte/sur, está jalonada de estelas [FIGURAS 2-3] cuyas fechas se suceden regularmente cada cinco años, entre el 746 y el 810, época en la que toda actividad parece cesar en la ciudad. La calidad de estas obras, que demuestran un notable sentido de la escultura en altorrelieve, se reafirma en una serie de altares monolíticos [FIGURA 4]. El «zoomorfo» P [FIGURA 5], que representa al monstruo de la Tierra, ofrece una ornamentación de un barroquismo sorprendente, en el que se mezclan los jeroglíficos y los adornos simbólicos. En el centro, una figura humana sentada «en postura india» sale de la boca, provista de colmillos, de un ser terrorífico. El personaje, en el que se puede reconocer a un soberano tocado con una corona complicada y suntuosa, está representado de frente, dentro de la gruta cósmica. Este motivo, que retoma textualmente una fórmula olmeca, evoca un célebre altar de La Venta expuesto en el Museo-Parque de Villahermosa. La coincidencia seguramente no es casual, a pesar de los muchos siglos que separan estas dos obras: en efecto, los olmecas iban a las montañas que rodean la cuenca del río Motagua a explotar una cantera de jade verde, material que para ellos, antes que para los mayas, fue el símbolo del renacer y de la vida en el más allá.

La autonomía artística de las ciudades mayas es evidente si comparamos los estilos de los distintos emplazamientos donde se han producido estelas: cada uno posee su propia expresividad. No se puede confundir una escultura de Quirigua (o de Copán) [FIGURA 6], que se caracteriza por su personaje de frente, con un relieve acusado, con una estela de Tikal, donde el soberano está representado de perfil y en bajorrelieve casi plano. Del mismo modo, la ornamentación casi siempre estructurada que rodea la cabeza de la efigie principal se limita en Quirigua a unos esbozos casi geométricos, mientras que en Tikal la escena hierática reproduce con meticulosa precisión cada detalle del atuendo y de los objetos para el ceremonial que lleva el jerarca.

Quirigua, situada en la fértil planicie que está a orillas del río, nunca alcanzó unas dimensiones comparables a las de Copán, de la que con toda seguridad dependía políticamente. Un soberano de Copán, denominado «18-Conejo» fue, sin embargo, vencido en el 738 por el rey de Quirigua.

 
 

FIGURA 4

 

FIGURA 5

 

FIGURA 6

 
 
Figura 4
 
Figura 5
 
Figura 6
 
 

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