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Románico: ciudades, catedrales y monasterios

II. Nuevas formas: el arte románico

         
 
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  II. NUEVAS FORMAS  
Prerrománico
Meridional
Septentrional
Románico
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  GLOSARIO  

 

PUERTAS DE San Bernardo

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TECHO DE SAN MIGUEL

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NUESTRA Sª DEL PUERTO

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       El término «románico» apareció a principios del siglo XIX en Normandía, en el marco de un gran impulso de la arqueología monumental y de una nueva lectura del arte medieval. En Occidente, el arte religioso románico ofreció desde el siglo XI unas formas arquitectónicas muy elaboradas: el edificio, completamente abovedado y reforzado por contrafuertes; la cabecera, de numerosos ábsides, se convierte en un elemento primordial, y la fachada suele encontrarse flanqueada por torres. Además, la decoración esculpida formaba parte, en la época románica, de las características de la arquitectura religiosa. Toulouse y el norte de España fueron dos cunas de esta nueva arquitectura. Si antaño se pretendía averiguar a cuál de las dos había que atribuir la paternidad de los orígenes, en la actualidad sabemos que las relaciones y los intercambios ocuparon un lugar destacado en la difusión del arte románico.
     La arquitectura románica de Francia se puede resumir en dos grandes grupos estilísticos. El primero se extendió a finales del siglo XI y durante las primeras décadas del XII, y respondía a exigencias técnicas y funcionales. Se trata de edificios con planta de tres o cinco naves, transepto sobresaliente dividido en tres naves con absidiolas, cabecera con deambulatorio y capillas radiales, y una fachada encuadrada por torres. Las naves laterales cubiertas por bóvedas de arista están rematadas por tribunas de bóveda de cañón apuntada. Tanto estas naves como las tribunas presentan una iluminación abundante. Una bóveda de cañón cubre la nave principal, que sólo recibe iluminación indirecta. Este modelo arquitectónico abarca colegiatas, abadías y catedrales, y sus ejemplos más destacados se encuentran en el Camino de Santiago de Compostela: San Saturnino de Toulouse, Santa Fe de Conques, San Marcial de Limoges o San Martín de Tours.
     El segundo grupo engloba iglesias con cúpulas seriadas que aparecen en el oeste y sur de Francia y en las que se ha querido ver, equivocadamente, una influencia directa del arte musulmán y bizantino. Se trata de construcciones de nave única muy amplia y, en ocasiones, con un transepto saliente (Solignac, Souillac y la catedral de Angulema) y un ábside tan ancho como la nave, que no siempre dispone de capillas. La nave central está cubierta por una serie de cúpulas sobre pechinas sustentadas por arcos amplios y un tanto apuntados que, a su vez, descansan sobre recios pilares. Los mejores ejemplos de este grupo son, en el oeste, las catedrales de Périgueux, Cahors y Angulema, además de una serie de monumentos en las regiones de Lemosín, Saintogne, Périgord y Guyena, y en Moissac (Quercy). Todas estas construcciones se erigieron durante las dos primeras décadas del siglo XII.
     La catedral de Angulema [FIGURAS 1-2-3], comenzada en 1110, ilustra a la perfección este grupo de iglesias con la serie de cúpulas sobre pechinas. Presenta, en efecto, el tipo de cúpula más antigua, que también aparece en el tramo occidental de la primera catedral de Saint-Front de Périgueux, en la nave de Cahors y en la de la antigua abadía de Souillac. La investigación de Pierre Dubourg-Noves ha demostrado que, en los primeros momentos, los cuatro arcos que sustentaban la cúpula se apoyaban en robustos pilares y que la base de los muros laterales incluía una arcada sobre pilastras. Por desgracia, las obras del siglo XIX otorgaron a esta cúpula el mismo aspecto que a las otras, que ya no están construidas con mampuesto sino aparejadas y montadas sobre arcos doblados sostenidos por pilares con columnas. Los muros laterales presentan una arquería decorada con capiteles esculpidos. El transepto, muy amplio, cuenta con una cúpula en el crucero y sus brazos disponían originalmente de dos campanarios de importancia desigual. El situado en el sur, más pequeño, no se ha conservado; sin embargo, el del norte, muy restaurado en el siglo XIX, conserva en la planta baja unos capiteles excelentes. El conjunto desemboca en una cabecera muya alargada, en cuyo fondo se abren cuatro capillas.
 
     
 

CATEDRAL DE ANGULEMA

 
 

FIGURA 1

 

FIGURA 2

 

FIGURA 3

 
 
Cetedral de Angulema
 
Cetedral de Angulema
 
Cetedral de Angulema
 
 

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           Otra construcción importante, la catedral románica de Saint-Front de Périgueux (1120-1173), nos muestra los procedimientos arquitectónicos originales de las cúpulas. Dos edificios están unidos entre sí por un eje diferente: una basílica rematada por un campanario y la iglesia de planta de cruz griega con cúpulas. Las importantes reparaciones del siglo XIX afectaron en especial al alzado y el tratamiento de la mampostería. En un principio, las cúpulas de dimensiones diferentes se construyeron con mampuesto, y sólo tres o cinco hileras aparejadas reforzaban su base. Las cúpulas actuales son semejantes y aparejadas. Las pechinas, remontadas de manera uniforme en hilada, presentaban en sus orígenes once hileras en la base y las otras perpendiculares a la curva de las pechinas. De todas formas, se han conservado la galería de circulación con el apoyo de las ventanas y los huecos cruciformes de los pilares que sostenían las cúpulas.
     Este tipo de cubierta es totalmente diferente del utilizado en la catedral de Le Puy, que recurre a cúpulas que utilizan trompas en lugar de pechinas. Este edificio, que desde el siglo XI ha sido un importante centro de peregrinación mariana, consta de una nave principal con naves laterales, dividida en cuatro tramos y cubierta por una bóveda de cañón. El ancho transepto, también cubierto con el mismo tipo de bóveda, presenta en sus extremos dos absidiolas yuxtapuestas, incrustadas en el espesor del muro y rematadas por profundas tribunas. En el crucero se eleva un campanario encima de una cúpula sobre trompas en cascarón. El coro, alargado y terminado en forma de semicírculo en el interior, adquiere una forma rectangular en el exterior, y está encuadrado por dos capillas muy estrechas. Este modelo se mantiene fiel a las características de la época prerrománica. En el siglo XII, la bóveda de cañón de la nave central se sustituyó por cúpulas de ocho casquetes sobre trompas hemisféricas, sostenidas por una cornisa en cuarto de esfera volada en su parte central. Al norte y al sur, unos amplios vanos situados entre las trompas iluminan la nave. Esta concepción, como ha demostrado Marcel Durliat, no se emparenta con la arquitectura musulmana, sino con las cúpulas de San Martín de Ainay, en Lyón (consagrada en 1107). Esta estructura se desarrolló en Auvernia, en los alrededores de Lyón y en Provenza desde la segunda mitad del siglo XI hasta finales del XII.
 

 

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