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FIG. 1: WHITE TOWER
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FIG. 2: WHITE TOWER
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Los donjones residenciales,
según aparecen en el oeste francés, pasaron a Inglaterra tras la conquista
normanda. Los de Christchurch en Hampshire y Richmond en Yorkshire se han
convertido en modelos clásicos. En cambio, el de Chepstown es más un cuerpo
de edificio protegido contra los ataques enemigos. Encima de la bodega se
construyeron dos salas: la primera presenta una puerta y pequeñas aberturas,
mientras que la segunda está dividida en compartimientos y reservada para
vivienda. Algunos miembros de la elite rechazaron la construcción de donjones
en lugares que ya estaban bien pertrechados (Westminster), pero lo cierto
es que este modelo arquitectónico se extendió con rapidez. La White Towwe
de Londres constituye uno de los ejemplos más conseguidos y combina la defensa
con la comodidad. Fue erigida durante las dos últimas décadas del siglo
XI a instancias de Guillermo I el Conquistador en su castillo londinense,
y en el exterior dispone de un elegante entramado de aberturas. Consta de
planta baja y dos pisos superiores, y mide 35 m de longitud por 30 m de
anchura, con una altura de 27 m en el cuerpo principal. La capilla, cuyo
ábside se proyecta hacia el sudeste, confirma el uso palatino del donjón.
Al nordeste, una torre alberga la escalera y el corredor periférico; este
último, construido en el interior del recinto, rodea las salas altas
[FIGURAS 1 y 2]. En Essex, el donjón de
Colchester, de mayores dimensiones y casi contemporáneo del anterior, recurre
al mismo esquema.
Estos dos donjones sirvieron de modelo a la sociedad insular:
se imitaron y ampliaron en otras fortalezas reales, entre las cuales destacan
las de Norwich (1100-1135), Rochester (1123-1136), Scarborough (1159-1168),
Newcastle (1172-1177) y Douvres (1180-1190). Éstas, por su parte, fueron
emuladas por los grandes señores: el conde de Oxford en Hedingham (Essex)
y los condes de Surrey en Rising (Norfolk) hacia 1130-1140, los Clinton
en Kenilworth (Wawickshire) hacia 1150-1170, y, hacia mediados de siglo,
el conde de Huntingdon en Bamburgh (Northumberland). Estos edificios muestran
una gran homogeneidad: las macizas construcciones son de planta cuadrada,
no superan los 25 m de altura, y uno o dos pabellones separados están unidos
al primer piso del torreón; los muros presentan contrafuertes rectos, y
una capilla completa el conjunto, En Rochester, la gran sala del donjón
constituye un buen ejemplo del cuidado y la elegancia que debieron de manifestar
estas fortalezas, así como de la importancia concedida a la decoración.
En Irlanda, la arquitectura fortificada experimentó este
mismo desarrollo a partir de la conquista, debido a los contactos con Inglaterra.
La mota fue el principal tipo de fortificación utilizado a partir de 1169.
Esta evolución se vio facilitada por el importante número de elevaciones
circulares más antiguas que aprovecharon los normandos, como en Knowth y
Meath. Las motas circulares se utilizaron a partir de finales del siglo
XII y solían estar rematadas por una construcción de madera. Estas fortificaciones
de tierra se construían en lugares elevados, para otear el terreno circundante
(Louth, Faughart), en zonas fronterizas (Westmeath, Antrim) o en llanuras,
para proteger las explotaciones agrícolas (Down, Dromore). El gran periodo
de las fortificaciones se extendió durante los años 1170 a 1230. |
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