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V. NUEVOS SANTUARIOS EN FRANCIA |
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EL ARTE DEL METAL
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VALIOSOS TESOROS
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En Borgoña convivieron, durante el siglo XII,
dos tendencias arquitectónicas. La primera se manifiesta en la prestigiosa
abadía de Cluny III, cuya iglesia abacial se comenzó a construir en 1088.
Siete años más tarde, el papa Urbano II consagró varios altares de la iglesia
mientras se encontraba todavía en plena obra. Hasta 1130 no llegó la consagración
de este edificio monumental y prestigioso a la vez. En la actualidad sólo
se conserva el brazo sur del transepto y los capiteles del coro, pues fue
destruida entre 1798 y 1823. Además de esos elementos, conocemos el edificio
por antiguas ilustraciones y por los importantes trabajos arqueológicos
del estadounidense Kenneth J. Conat.
Esta abadía ilustraba la vitalidad económica del centro
fundador de la orden cluniacense: la planta de la iglesia, así como las
construcciones adyacentes, respondían a las necesidades de la orden. El
edificio, de formas esbeltas, constaba de cinco naves —precedidas por un
nártex—, un doble transepto y un ábside con girola y capillas radiales.
Dos torres jalonaban la fachada [FIGURA 1].
El esplendor de la abadía inspiró muchos edificios regionales,
como Saulieu, Autun, Semur-en-Brionnais y Langres. La Charité-sur-Loire
se asemeja, de modo indiscutible, tanto a Cluny II como a Cluny III. La
iglesia de Nuestra Señora, en Paray-le-Monial, reconstruida antes de 1109,
también copia la planta de Cluny III pero con algunas diferencias: un solo
transepto y un número de naves limitado a tres; además, este edificio se
eleva en tres niveles y su deambulatorio se estrecha en comparación con
las naves laterales de Cluny III [FIGURA 2].
Lo mismo sucede con San Lázaro de Autun, cuya estructura de tres plantas
está cubierta por una bóveda apuntada.
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La otra tendencia arquitectónica de Borgoña,
contemporánea de la ya expuesta, se caracteriza sobre todo por la cubierta
uniforme de la nave con bóvedas de arista. El monumento más representativo
es la Magdalena de Vézelay y, en segundo lugar, la iglesia del priorato
de Anzy-le-Duc. La nave de la primera se reconstruyó a partir de 1120, mide
10,20 m de anchura por 18,50 de altura, y recibe una bóveda de arista entre
arcos fajones de medio punto. Está precedida por un nártex de tres naves
que presenta la misma anchura. Este elemento ocupó un lugar importante en
la arquitectura románica borgoñona. La cabecera, elevada sobre una cripta,
incluye cinco capillas semicirculares y cuatro cuadradas. Aunque la iglesia
posee una planta menos, la iluminación directa no quedó alterada. A diferencia
del tipo cluniacense, la Magdalena de Vézelay presenta una gran horizontalidad
[FIGURAS 3-4-5-6-7].
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FIGURA 8: CLERMONT
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FIGURA 9: CLERMONT
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Por lo que respecta al Languedoc, cabe distinguir
dos zonas geográficas: el Languedoc tolosano al sudoeste y el Languedoc
mediterráneo. A través de Périgord se produjeron numerosos intercambios
artísticos entre el sudoeste y las regiones de Poitiers y Saintonge. Como
se aprecia en la fachada de la catedral de Burdeos y en la del Petit Palais,
en el departamento francés de Gironda, dos vanos ciegos —que parecen señalar
la entrada de las naves laterales— encuadran las portadas, y los contrafuertes-columnas
y las hileras de arcadas refuerzan la cabecera.
En las regiones de Toulouse, Quercy y Albigeois se extendió
la moda de la cabecera con deambulatorio y capillas radiales (como en Figeacy
en Gaillac), y el estilo de la cubierta con cúpula. En Albigeois cabe destacar
los vestigios de la catedral románica de Albi y en Quercy, la torre porticada
de Moissac, cuya recia cubierta se encuentra reforzada por imponentes ojivas
que descienden más de lo normal, sostenidas por columnas adosadas a los
muros de la sala cuadrada.
En el Languedoc mediterráneo, el estilo románico del siglo
XII sustituyó la técnica de sillarejos de piedra partida por la de los sillares
perfectamente aparejados. Las nuevas construcciones adoptaron en su mayoría
la planta de nave única, muy ancha, cubierta con bóveda de cañón continua
o, a veces, apuntada. La persistencia de este gusto por la nave única se
manifiesta en Saint-Pons, Agde, Saint-Papoul o incluso en Maguelonne. Las
cabeceras, a su vez, se caracterizan por formas más complejas y seguían
las corrientes estilísticas más amplias, como en Santiago de Béziers o San
Nazario de Carcasona. Por último, hay que mencionar las iglesias fortificadas
diseminadas por todo el sur francés.
La arquitectura románica presenta múltiples variantes locales
y regionales. En Auvernia, la catedral de Clermont-Ferrand ejerció su influencia
sobre toda una serie de edificios auverneses; por ejemplo, San Pablo de
Issoire, Nuestra Señora del Puerto en Clermont, Nuestra Señora de Orcival,
San Nectario y San Saturnino. En su mayor parte se remontan a la primera
mitad del siglo XII y se caracterizan por la planta de tres naves, el transepto
saliente con una absidiola en cada brazo, la cabecera con girola y las capillas
radiales. El alzado del edificio presenta, sobre la bóveda de arista de
las naves laterales, tribunas que contrarrestan la nave central, a la que
se abren por medio de ajimeces. La ubicación de estas tribunas supone la
iluminación débil e indirecta de la nace central, cubierta por una bóveda
de cañón continua, hasta el crucero, el cual se halla rematado por una cúpula
sobre trompas. Debido a la utilización de piedra volcánica y la piedra arenisca
de la llanura, estos edificios transmiten efectos de policromía que animan
las cabeceras.
La iglesia de Nuestra Señora del Puerto
[FIGURAS 8-9], en Clermont-Ferrand, comenzada
hacia 1100, esta, considerada como el prototipo de la arquitectura románica
de Auvernia: planta de tres naves, transepto sobresaliente con dos absidiolas
semicirculares y ausencia de capilla axial. La nave central, cubierta con
una bóveda de cañón continua sin arcos fajones, se halla dividida en cinco
tramos por pilares cuadrados o circulares alternos que disponen de tres
o cuatro columnas adosadas.
El alzado consta de dos pisos, con tribunas muy iluminadas
y abovedadas en cuarto de esfera. Las naves laterales, cubiertas por bóvedas
de arista, también presentan anchos vanos que contribuyen a la iluminación
indirecta de la nave central. En el crucero se alza una cúpula con trompas
contrarrestada, al norte y al sur, por un estrecho tramo con bóveda de cuarto
de cañón de una altura muy inferior.
El coro dispone de una bóveda de cascarón más baja que
la de la nave. El fondo, muy cuidado, cuenta con esbeltas columnas coronadas
por capiteles sobre los que se apoyan unas arcadas peraltadas y las ventanas
con arquerías que iluminan el coro. En el exterior, los volúmenes se distribuyen
de forma muy equilibrada y la presencia de contrafuertes se ve aligerada
por las cornisas y modillones esculpidos, así como por la rica decoración
policroma de los muros.
San Julián de Brioude se halla en el sur de Auvernia y
es un lugar de peregrinación. Tiene tres plantas de tres naves, transepto
que no sobresale, y cabecera con deambulatorio y capillas radiales. Le Puy-en-Velay
conserva una serie básica de edificios románicos: la catedral, el baptisterio
de San Juan, San Miguel de Aiguilhe [FIGURAS 10-11-12-13]
y la capilla de Saint-Clair. La catedral de Le Puy se caracteriza por la
ausencia de la planta utilizada normalmente en las iglesias de peregrinación.
Ahora sabemos que los arcos polibulados no son de influencia musulmana,
sino que se empleaban con frecuencia en la región y forma parte, desde principios
del siglo XII, del repertorio decorativo románico tanto mediterráneo como
atlántico.
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