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Esta insólita res de bronce fue hallada en 1942 en la zona de la Apadana (sala de audiencias) de Darío I en Persépolis. Procede sin duda de Egipto y podría haber llegado a Persia a raíz de la conquista de aquel país por los persas durante el reinado de Cambises, cuando, por lo visto, se saquearon templos y palacios. Sobre un zócalo rectangular se alza una cabeza de vacuno de modelado naturalista cuyo cuello se prolonga hasta finalizar en una boquilla redonda y abierta. Los ojos se han confeccionado con gran cuidado y el cuerpo del vaso aparece pulido. Faltan los cuernos que debían ser de otro material; de las dos prominentes orejas, la izquierda está rota hacia la mitad. En el centro de la parte delantera del zócalo, cuya base está ligeramente retranqueada, discurre una línea de inscripción vertical con el título de un rey: «Buen dios, señor de ambos países, Wah-b-re, querido por Ptah, que viva eternamente». Por consiguiente, el bronce puede fecharse en la época de la 26ª dinastía (664-525 a.C.) y se realizó mucho antes de la fundación de Persépolis por parte de Darío I (h. el 510 a.C.). La denominación Wah-ib-re se encuentra documentada, referida tanto a Psamético I (664-610 a.C.), el fundador de la 26ª dinastía, como también a uno de sus sucesores, Apries (589-570 a.C.). No es posible decidir de forma irrebatible a cuál de estos dos reyes debe atribuirse esta pieza de bronce. La iconografía de la cabeza de vacuno no permite determinar si la representación reproduce un ejemplar macho o hembra. Sólo las palabras «querido por Ptah» permite suponer que este bronce reproduce una cabeza de toro, pues el toro de Apis está estrechamente relacionado con el dios Ptah y su templo en Menfis. La funcionalidad de esta pieza de bronce no queda clara. Puede haber tenido tanto un uso profano como un uso religioso y de culto. Debido a los dos pequeños agujeros redondos en los costados del zócalo, a unos 2,5 cm por encima del borde inferior, puede decirse con seguridad que este bronce originariamente estaba colocado sobre una barra o similar y que se hallaba fijado a dicho elemento mediante una espiga transversal. Resulta imposible deducir si se trataba de un elemento sobrepuesto a una barra o si quizás formaba parte de un mueble. La interpretación de Korostovtsev, que lo supone un estandarte militar, resulta en cualquier caso poco convincente (Ch. H.). |
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