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II. Caprichos

 
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Caprichos
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GALERIA: 31 - 40

 
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31. Ruega por ella
Mientras dirige atenta el embellecimiento de la joven ramera, su pupila, la alcahueta reza su sempiterno rosario para obtener de Dios la fortuna a través de la venta del cuerpo ajeno.
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32. Por que fue sensible
Parece tratarse de un caso real. Acaso alguna pobre moza que auxilió a quien no convenía, se defendió de quien no lo permitía, amó a quien no podía: dio con sus huesos en la mazmorra. Joven, hermosa, angustiada y sola. Así es el mundo.
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33. Al Conde Palatino
Nunca han faltado falsos príncipes charlatanes que han engañado a los crédulos con su aspecto distinguido y sus modales de «gente bien». Apariencia que les ayuda en sus trapacerías y fraudes. No fiarse.
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34. Las rinde el Sueño
¿Monjas, mendigas, encarceladas, rameras, todo ello a un tiempo? La tétrica escena muestra a un grupo de desdichadas que acaban su jornada en el agotamiento y en lugar escasamente acogedor.
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35. Le descañona
«Le despluma». Él, arrobado, mira suavemente adormecido los encantos de la maja entre cuyas manos va a perder barbas y patillas. Y, quizás, alguna cosa más...
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36. Mala noche
Frío, incomodidad, falta de clientes... Las busconas añaden a su vida de padecimientos más dolor y carencias en una oscura noche agitada por un rudo viento en la que, incluso se muestran más de lo que querrían.
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37. Si sabrá mas el discípulo?
¿Acabara sabiendo más el alumno que su profesor? No. Todos acabarán como lo que son: jumentos. Por mucho empeño que se ponga -viene a decir Goya-, de donde no hay, no se puede sacar.
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38. Brabisimo!
En una estampa preparatoria de ésta aclaró Goya el primer sentido que quiso dar a la escena: «Protege las Artes y dicen que lo entiende». Ya se ve que no: el mono lleva la guitarra al revés. Hay mecenazgos que se prestan sólo por fatuidad.
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39. Asta su Abuelo
Primero dibujó Goya un libro normal y tituló la estampa «El Asno Literato». Luego, lo ilustró con pollinos y trazó, en la mesa, un escudo asnal: mofa de la obsesión por hallar abuelos ilustrísimos. Vaya mérito: todos serían burros.
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40. Deque mal morira?
El enfermo, exangüe, está en manos de un mal médico, no por bien trajeado más competente: no hace falta discurrir para saber que la incompetencia va a ser la causa de su muerte.
   
 
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