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GALERIA: 61 - 70
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61. Volaverunt |
La bella, con cabeza de mujer que mariposea, se fue, como en un vuelo, del mismo modo que las brujas. Primeramente, escribió:
«La hacen volar». La Mala Fortuna priva al Hombre del Amor, se lo arrebata. ¿Perdió Goya a la Duquesa? |
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62. Quien lo creyera! |
Ninguna bruja es tan poderosa, por mucho que lo crea, como el Mal mismo a quien sirve y representa. Éste, al fin, también puede
con sus servidores, que por no serle fieles ni poderosos se han de librar. |
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63. Miren que grabes! |
Serios y graves. Pero terribles. Encumbrados, viven sobre montura o pedestal, parece que meditan y la multitud, a distancia
de la cual se mantienen, los aclama y respeta. Mas el uno es un ave de presa y, el otro, un asno. |
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64. Buen viage |
Será un viaje notable. Todos los horrores agrupados en el cielo nocturno planean sobre el mundo. Un monstruo transporta a otros
consigo, todos horrendos e indeseables. ¿O son almas pecadoras camino del Averno? |
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65. Donde vá mamá? |
El primer comentario de Goya llamó a esta obesa mujer «Bruja poderosa». La gran ruindad siempre tiene escolta de otras menores
y asiduas y cortejo de males o vicios de menor fuste. |
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66. Allá vá eso |
Un cortejo brujeril, con murciélago, gato rabioso, sierpe y cayado cruza los aires a gran altura sobre el suelo. La bruja veterana
lo guía y la aprendiza se acostumbra y aprende los saberes del oficio. |
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67. Aguarda que te unten |
El iniciado a la brujería (o al mal, o al vicio) ya se ha tornado en lo que quería: un cáprido. Pero tiene tanta prisa en ejercitarse
que pugna por actuar sin que su transformación haya concluido: aún tiene un pie que no es pezuña. |
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68. Linda maestra |
Las brujas alcahuetas detectan a las buenas novicias. Les enseñan lo preciso para que dejen de ser fregonas y se entreguen a
negocios más rentables. La escoba no han de usarla para barrer, sino para volar alto. Metáfora sobre chismes de Zugarramurdi que Goya conocía bien. |
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69. Sopla |
«Brujas consumadas», como anotó Goya en un dibujo previo. Usan niños en sus conjuros, presas inocentes que acarrean a la tenebrosa
ceremonia los ángeles del Mal. Eso creía el vulgo. Y la Inquisición de Logroño, que sentenció a las brujas de Zugarramurdi en el siglo XVII. |
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70. Devota profesión |
Oficio el brujeril que exige dedicación y esfuerzo, pues, a tenor de lo que se cree, la bruja ha de ser capaz de un sinfín de
cosas. Una de ellas, aprendiza, se examina ante muy grandes hechiceros. Todos con orejas de burro. |
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