El bautismo de Cristo

Goya. El bautismo de Cristo. 1771-1775

El bautismo de Cristo
1771-1775
Oleo sobre lienzo
46 x 39 cm
Colección de los condes de Orgaz

De la misma procedencia que La Triple Generación, han sido varias las dataciones propuestas para esta obra, desde su primera publicación Gudiol Ricart (1970), suponiéndola de 1775-1780 y a quien siguieron Gassier-Wilson (1970) y de Salas (1974). Por su parte, de Angelis (1975) la pospuso hasta 1780-1785, en lo que fue seguida por Gudiol (1980) sin explicación alguna de ambos estudiosos.

Por nuestra parte, seguimos considerándola de hacia 1771-1775, datación con que la presentamos cuando se exhibió por primera vez (Zaragoza 1986) basándonos de un lado en el fuerte italianismo de la composición y del canon de las figuras, así como en su semejanza técnica con algunos de los primeros cartones entregados por Goya para servir de modelos en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara y especialmente con algunos de sus bocetos, como por ejemplo La riña en el Mesón del Gallo, anterior a agosto de 1777 (Arnaiz Tejedor, 1987). Esta datación de 1771-1775, ha sido seguida recientemente por Juliet Wilson Bareau (Madrid, 1993).

Su influencia iconográfica italiana queda claramente demostrada con la estricta semejanza entre la postura de Cristo y el Adán que vemos en el dibujo de la Expulsión del Paraíso -brutalmente repasado a tinta- que figura entre los contenidos en el llamado Cuaderno italiano, recientemente adquirido y en el que Goya dejó numerosos datos y recuerdos de su viaje por Italia (Madrid 1994), entre ellos una serie de dibujos de tema bíblico -entre ellos el citado- de una delicadeza y precisión técnica que hace pensar que o bien se deban a otra mano que la de Goya o que sean de época mucho más tardía, ya que de otra forma obligarían a revisar la catalogación y datación de los dibujos del maestro.

El bautismo de Cristo presenta un interés añadido, ya que la radiografía practicada muestra que no sólo Goya modificó la postura de Cristo, que en un principio era genuflexa, sino que al tratarse de un lienzo reutilizado varias veces por el artista (una gran mano aparece por el lado superior), nos ofrece en su ángulo inferior izquierdo e invirtiéndola en el sentido arriba-abajo una de las típicas cabezas barbadas de origen giaquintesco muy semejante a las que vemos en algunos cuadros de Goya que, como ya se ha señalado en la ficha de La Triple Generación, subyacen bajo la capa pictórica visible y que han sido puestos de relieve por la radiografía (Arnaiz Tejedor 1987), todo lo cual fue considerado por la crítica de un especial interés (Torralba Soriano, 1986) y ha servido recientemente para enjuiciar la autenticidad de los dos ejemplares de Las majas al balcón, sobre los que ha habido una reciente polémica en Nueva York (Arnaiz Tejedor, 1992).

José Manuel Arnaiz.