Retrato de Félix de Azara

Goya. Retrato de Félix de Azara. 1805

Retrato de Félix de Azara
1805
Oleo sobre lienzo
212 x 124 cm
Zaragoza, colección IberCaja

Félix de Azara y Perera (Barbuñales, Huesca, 1742-1821) es, sin duda, ejemplo de militar ilustrado y uno de los aragoneses universales. Ingeniero militar, después de dirigir la construcción de algunas fortificaciones en Figueras y Mallorca y de participar en la expedición contra Argel de 1775, en la que cayó gravemente herido, en 1780 ascendió a teniente coronel y fue destinado a San Sebastián. En 1781 recibió la orden de trasladarse al Río de la Plata, con el nombramiento de capitán de fragata, para marcar los límites de la frontera entre los dominios de España y Portugal en el Paraguay y la colonia de Sacramento, a fin de hacer efectivo lo acordado en el Acta del Pardo de 1778.

Allí permaneció 21 años. Mientras esperaba durante doce años a la delegación portuguesa, que no apareció, realizó el primer gran estudio geográfico, de flora y fauna y de recursos económicos y comunicaciones del Paraguay, anotando todos los datos en sus magníficos cuadernos de notas.

Esos trabajos científicos, desarrollados según el método empírico, los daría a conocer en diversas publicaciones como los Apuntamientos para la Historia Natural de los páxaros del Paraguay y Río de la Plata (Madrid, 1802), los Apuntamientos... de los cuadrúpedos del Paraguay y Río de la Plata (Madrid, 1802), o los Viajes por la América Meridional (París, 1809), en los que rectificó las clasificaciones de Buffon y se adelantó en medio siglo a las observaciones que llevarían a Darwin a formular la teoría de la evolución de las especies.

Después de colonizar la Banda Oriental del Río de la Plata (actual Uruguay), en 1801 volvió a España y después marchó a París, para ver a su hermano José Nicolás de Azara, entonces embajador ante Napoleón. Allí recibió el homenaje de admiración de los científicos del Museo de Historia Natural, y su fama se extendió por los círculos científicos de toda Europa.

Tras ascender a brigadier de la Armada en 1802, pidió el retiro al año siguiente y rechazó el cargo de virrey de Méjico que le ofreció Godoy, pero en 1805 aceptó ser vocal de la Junta de Fortificación y Defensa de Indias. Entonces es cuando le retrató Goya.

Goya no le hizo el convencional retrato militar, sino que lo ambientó en un recreado gabinete de estudio, relacionado con su actividad científico-naturalista. Aparece de cuerpo entero, en primer plano, con el uniforme de brigadier y apoyándose en el bastón de mando. La cabeza es magnífica, llena de naturalismo y vitalidad. Muy atractiva resulta la combinación del amarillo del calzón con el bermellón de las solapas, cuello y bocamangas de la casaca.

Detrás aparece una mesa de escritorio, con tres libros donde se recogen los estudios científicos que había publicado, que aparecen identificados en los tejuelos: Paxaros, Quadrup. e Histo. Natur. Sobre ellos colocó el bicornio, con escarapela roja, y como fondo aparecen unos estantes llenos de aves y cuadrúpedos disecados.

Ese fondo está configurado con pinceladas mucho más sueltas y con un cromatismo multicolor y cálido de las aves, a base de rosas, amarillos, verdosos, azulados y blancos, que no le quita protagonismo al retratado.

Hombre de convicciones liberales, apoyó a Palafox y subvencionó la resistencia al invasor francés durante la Guerra de la Independencia. Terminada ésta, y en desacuerdo con el absolutismo fernandino, vivió retirado en Barbuñales, dedicado a realizar estudios de agricultura para la Real Sociedad Económica Aragonesa. Fue elegido regidor de Huesca en 1820 y murió de pulmonía en su localidad natal el 20 de octubre de 1821, siendo enterrado en el panteón de los Lastanosa en la catedral oscense.

Arturo Ansón Navarro.