Max Aub (1903-1972)

Max Aub en su primer centenario

Por Ottmar Ette, Catedrático de la Universidad de Potsdam. Autor de José Martí, Roland Barthes, Weltbewusstsein: Alexander von Humboldt y Literature on the Move. Publicado en REVISTA DE OCCIDENTE, nº 265, junio de 2003.

En 1949, en su breve texto "El centenario de Goethe y la guerra fría», Max Aub reflexionó acerca de aquel «hombre de Weimar» que, debido a la situación histórica correspondiente, nunca tuvo «suerte en sus centenarios». Pero en su homenaje a este «primer escritor mundial» subrayó:

Suelen decirse que Goethe es el último humanista, o el último enciclopedista, como si no los volviera a haber, o como si lo humano no cupiera en mente humana o que de aquellos años acá tal cosa fuese imposible. ¡Qué vanidad!

Si el bicentenario de Goethe cayó en plena guerra fría, el primer centenario de Aub se sitúa en una época que, después de acabarse aquella guerra y, con ella, un mundo caracterizado por binarismos ideológicos, parece oscilar entre la creación de un nuevo orden mundial basado en una globalización multipolar de los derechos humanos y la realización de una profecía funesta y simplificadora: la del clash of civilizations.

En estos tiempos situados más allá del fin de la historia no ha dejado de crecer la importancia de aquel escritor políglota que reivindicaba, «a derecha e izquierda, a Occidente y Oriente», el «patrimonio total del hombre de mañana». Que para eso también sirven los centenarios: para probar en qué medida las grandes figuras de ayer continúan desafiando y enriqueciendo a los hombres y las mujeres de mañana. Y la obra de ese escritor mundial y humanista excepcional cuya biografía de exiliado y extranjero representa como pocas aquel siglo de migraciones y violencias ha dejado indicios muy claros de su actualidad ética y estética, literaria y política. Si es difícil adivinar cómo será el mundo del bicentenario de Aub, no cabe duda de que las múltiples actividades con ocasión de este primer centenario destacarán la trascendencia del proyecto fundamental del autor de Manuscrito Cuervo, proyecto digno de la pluma de su cuervo Jacobo: crear un mundo artístico en forma concentrada, un microcosmos que sería laboratorio y laberinto a la vez, para entender mejor al ser humano. Max Aub ha confrontado siempre a su público lector con un profundo saber sobre el vivir y un saber sobrevivir que, tanto a nivel individual como a nivel de la humanidad entera, constituyen el legado de su mágica escritura.

Hace tres cuartos de siglo, un joven escritor cuyo acento y cuyo nombre parecían indicar geografías inciertas y algo lejanas logró publicar, en octubre de 1927 y en una revista muy influyente, un importante fragmento de un relato de corte experimental y sabor vanguardista. Con motivo del 90 aniversario de su nacimiento, esta misma revista, la Revista de Occidente, volvió sobre ese mismo texto, «Geografía», en septiembre de 1993. Simbólicamente, este homenaje a Max Aub subrayó la permanencia de las múltiples geografías de un escritor que, tres decenios después de su desaparición física, no sólo se hizo definitivamente presente -como él lo soñara- en los manuales de literatura sino que ya disfruta, como señala Ignacio Soldevila Durante, de una vita novallena de salud.

Una concepción de la literatura como rebelión y como revelación que, tal como expone José Antonio Pérez Bowie, se abre hacia nuevos horizontes y nuevos lectores, quienes descubren, como nos explica Mercedes Figueras, a un ciudadano universal cuyo desarrollo arroja nueva luz sobre modernidades y postmodernidades.

También hemos tenido la suerte de poder incluir en este homenaje un texto inédito de Max Aub, cuyo trasfondo histórico presenta María Paz Sanz Álvarez.

En plena guerra, y bajo amenaza de muerte, una de las voces que intervienen en este relato dialogado evoca para su interlocutor, y para nosotros los lectores, la magia del cosmos: «Te desafío a que salgamos afuera una noche clara y mires durante diez minutos las estrellas, en el campo, claro está, y no te sientas confortado con el gran manto». Como ocurría en el mundo de Dante, el creador de la Vita Nova, el cosmos, en su doble dimensión de orden y belleza, se hace presente aun en medio del caos, mostrándonos que nunca perdió el norte el escritor transterrado.

De hecho, en este primer centenario de Max Aub se multiplican las perspectivas y los puntos de vista que, como en un cuadro cubista o como en «El Aleph» que escribiera otro autor de procedencia vanguardista, se yuxtaponen y se intensifican mutuamente sin mezclarse ni confundirse. En esta imagen caleidoscópica, en esta literatura en movimiento, se perfilan las visiones de un Occidente revisitado que el inventor del concepto de «literatura mundial», según Aub y como Aub, había comprendido desde «la unidad de los hombres a pesar de la diversidad regional de sus culturas». Contrariamente a Goethe, Max Aub parece tener suerte con su centenario: rebelándose (y revelándose) contra el mal pensado choque de las culturas, la escritura aubiana nos señala un Occidente que, por cierto, no se ha olvidado ni del rapto ni de las migraciones de la bella Europa.

Correspondencia cruzada. Selección y notas de Manuel García

Introducción:

En el archivo, biblioteca y hemeroteca de la Fundación Max Aub, la sección de Correspondencia comprende cerca de 5.000 cartas con las que Max Aub rompió el aislamiento que el franquismo impuso a los intelectuales republicanos en el exilio.

Esa amplia labor epistolar de carácter personal, literario o profesional, le permitió relacionarse con políticos (André Malraux), poetas (Juan Ramón Jiménez), artistas (Josep Renau), críticos de teatro (José Monleón), novelistas (Camilo José Cela), historiadores (Vicente Llorens), editores (Jaime Salinas) o profesores universitarios (Ignacio Soldevila), entre otros muchos.

Al elaborar el sumario de este Cuaderno desde la perspectiva del «intelectual comprometido», creímos oportuno sacar a la luz la correspondencia de Max Aub con políticos, escritores y artistas cuyo trasfondo desvelaba algunas inquietudes políticas del escritor transterrado. Esa ha sido la razón por la que, gracias a la Fundación Max Aub, pudimos consultar algunas cartas entre Max Aub y Rafael Alberti y María Teresa León, Julio Álvarez del Vayo, Luis Araquistain, Pablo de Azcárate, Carlos Contreras, Julio Just, Ramon Lamoneda, André Malraux, Josep Renau, Manuel Tuñón de Lara, Wenceslao Roces, Juan Rejano y Julián Zugazagoitia. De esa «correspondencia política» se seleccionan, a su vez, algunas cartas que sirven de testimonio de inquietudes que Max Aub, como exiliado republicano español y militante socialista, expresaba en la posguerra a aquellas personas con las que tenía confianza para debatir esos temas. Sobre el contenido de las mismas hacemos algunas acotaciones con la idea de que el lector interesado pueda acceder directamente a esos textos que, desde nuestro punto de vista, amplían las ideas expresadas por Max Aub en la edición de sus Diarios que ha publicado, anotado y prologado el profesor Manuel Aznar.

Las cartas cruzadas de Max Aub con diversos intelectuales, políticos y amigos en el exilio, son sólo una muestra de la ingente actividad epistolar que mantuvo el escritor desde el destierro. La selección de cartas que comentamos -algunas de las cuales reproducimos de forma facsimilar- son sólo un testimonio, entre muchos, de las inquietudes literarias, humanas y políticas del exilio republicano, que en esta ocasión hemos querido rememorar con motivo del centenario del nacimiento de este autor tildado de «judío-marxista-masón» por el franquismo y que, ahora, en democracia, desde distintas sensibilidades políticas, podemos libremente homenajear, leer y celebrar.

Rafael Alberti y María Terese Leon: La correspondencia con los escritores Rafael Alberti y María Teresa León se inicia el 28 de marzo de 1951 y finaliza el 25 de marzo de 1970. La mayor parte de las cartas son de Max Aub con María Teresa León y están relacionadas con la publicación de libros, iniciativas editoriales y las dificultades de la lucha por la vida en el exilio. Sólo en carta del 16 de mayo de 1965 Rafael Alberti plantea a Max Aub que colabore en un proyecto de exposición itinerante por Italia de artistas españoles del exilio con motivo del aniversario de la lucha antifranquista. La idea de incluir obras de Miguel Prieto, Rodríguez Luna, Josep Renau, entre otros, debió dificultarse lo suficiente para que se concretara esa colaboración de Max Aub en la resistencia antifranquista europea. Esa fallida experiencia no impediría que Rafael Alberti colaborara en la revista Los sesenta que por esas fechas Max Aub editaba en México.

Max Aub en su primer centenario
Doc. nº 1
Max Aub en su primer centenario
Doc. nº 2

Julio Álvarez del Vayo: Max Aub escribe el 3 de abril de 1944 a Julio Álvarez del Vayo [Doc. nº 1] advirtiéndole que había una copia de la película Sierra de Teruel en Nueva York y que sería interesante difundirla en México, argumentando que «representa dicha obra en cierto modo la justificación de la epopeya del pueblo español en pro de un ideal que defienden hoy las Naciones Unidas». Álvarez del Vayo contesta a Max Aub el 31 de diciembre de 1945 [Doc. nº 2] sin dejar clara la resolución del asunto que plantea el escritor. Por otra parte, le dice que «tanto N (¿Negrín?) como yo creemos que el sitio de usted es París». Años más tarde, en uno de los diversos viajes que Álvarez del Vayo hace por el mundo, le remite una tarjeta postal fechada el 14 de febrero de 1957, proponiéndole que colabore con el periódico El socialista en la edición que se publicaba entonces en Francia.

Max Aub en su primer centenario
Doc. nº 3

Luis Araquistain: Max Aub había conocido a Luis Araquistain como director de la revista España, militante del Partido Socialista Obrero Español y embajador de la República española en París. En el exilio, ambos mantuvieron una correspondencia más relacionada con la literatura que con la política. Las expectativas que Max Aub crea como posible director de una colección de literatura española editada en México motivan a Luis Araquistain a ofrecerle varios libros suyos. Así, en carta del 2 de diciembre de 1952 [Doc. nº 3] le dice: «...pienso que en esa colección (Teznotle) tal vez cupieran algunas cosas mías de teatro, novelas y ensayos». Más adelante le confiesa que quiere publicar enseguida y que «no [l]e interesa el monólogo de escribir sólo para gabela y la posteridad». Al no conservarse copias de las cartas de Max Aub a Luis Araquistain, poco puede añadirse a las posibilidades de publicación que tuviera dicho autor en editoriales mexicanas a las que estuviera vinculado Max Aub.

Max Aub en su primer centenario
Doc. nº 4

Pablo Azcárate: Max Aub recibe de Pablo Azcárate una sola carta [Doc. nº 4] fechada el 12 de agosto de 1969 y está relacionada con las pesquisas que el escritor lleva acabo por esas fechas en el proyecto de biografía de Luis Buñuel. Se refiere una posible petición de éste de ingresar en la Sociedad de Naciones y una supuesta visita del rey Alfonso XIII a la Residencia de Estudiantes.

Carlos Contreras: La breve nota manuscrita del legendario Carlos Contreras a Max Aub de fecha 26 de agosto de 1969 sorprende bastante pues no se tenía noticia de que Max Aub conociera al comisario político del Quinto Regimiento. La frase textual: «Recuerdo con nostalgia nuestras charlas en México», nos hace pensar que hubieran podido mantener una relación amistosa al inicio del exilio de ambos a México. Carlos Contreras llegó con Tina Modotti apenas terminada la guerra civil española (1939). Max Aub llegó en 1942. ¿Dónde coincidieron? ¿Qué amistad les unió? Toda una incógnita la relación entre un agente de la policía política soviética y un escritor del exilio español.

Julio Just: Max Aub fue amigo tanto del escultor Alfredo Just como del político republicano Julio Just. Ambos eran valencianos. Con los dos mantuvo correspondencia, sobre todo con el primero, mientras estuvo viviendo exiliado en los Estados Unidos de Norteamérica. La carta de Julio Just a Max Aub del 2 de febrero de 1958, es breve; habla de su libro Heine y le pide que medie con la prensa mexicana para conseguir publicar en México.

Max Aub en su primer centenario
Doc. nº 5. Pág. 1
Max Aub en su primer centenario
Doc. nº 5. Pág. 2

Juan Rejano-Wenceslao Roces: La edición de Max Aub de Sala de espera (México, D.F., 1948-51) y más concretamente la publicación del texto «Librada» provocó una agria polémica entre Max Aub y algunos intelectuales militantes del Partido Comunista de España. Entre las cartas que hacen referencia a este tema se encuentra una serie de epístolas entre Max Aub y Josep Reanu a las que hizo referencia, en su día, el profesor Manuel Aznar y una carta de Max Aub a Juan Rejano y Wenceslao Roces sobre el mismo asunto fechada el 4 de julio de 1948 [Doc. nº 5, pág. 1 y pág. 2] en la que, con cierta acritud, Max Aub dice: «No os hubiese escrito estas líneas si no doliese de los que considero como mis amigos den tal mala interpretación a mi enclenque esfuerzo, a mi amarga gota de agua». Sobre el tema de debate, es decir, la publicación Sala de espera, añade Max Aub: «... no es esfuerzo singular sino que tiende a encajarse modestamente, pero hombro con hombro, hombre con hombre, solidariamente con el trabajo de todos por la reconquista de nuestra España. Sentiría que no lo entendierais así».

Ramón Lamoneda: Max Aub y Ramón Lamoneda se escriben entre 1946 y 1952. Es quizás la correspondencia con más contenido político del escritor. Son dos compañeros de militancia socialista. Uno exiliado en París, otro exiliado en México. Es bastante significativa la epístola que le remite Lamoneda a Aub desde París (27 de junio de 1946) donde le cuenta sus esfuerzos por reagrupar a los socialistas y reparar las huellas de guerra y su enorme preocupación por la situación española de posguerra: «Nos están preparando una jugada bastante mala». Parte de la primera correspondencia entre ambos se basa en propuestas de colaboración en la prensa socialista del exilio y en la preocupación que expresa Max Aub por las diferencias en el exilio entre «prietistas» y «negrinistas» en el seno de las filas socialistas. En una carta de Aub a Lamoneda de 18 de octubre de 1952 [Doc. nº 6] se queja de las críticas anticomunistas de los socialistas en el exilio y llega a escribir: «No soy comunista, ni lo fui, pero no soy anticomunista, ni mucho menos voy a sumarme a los expulsados de un partido, al que estoy dispuesto a señalar sus faltas, pero no a insultar. Eso equivaldría a caer en sus mismos males y sobre todo, olvidar la línea del PSOE. A mi juicio, dejarse deslizar por esa pendiente no lleva más a que a olvidarse de nuestro actual único enemigo: Franco y lo que representa, para inmiscuirnos en una lucha que, por ahora, no es extraña y sobre todo ¿a qué, a dónde nos lleva esta funesta política?». Ramón Lamoneda contesta a esta carta el 26 de octubre de 1952 con estas consideraciones: «Para que te expliques esa actitud desusada hasta ahora en nuestro órgano periodístico te aconsejo que leas tu libro No, que he recibido y estoy saboreando».

Artículos publicados en Revista de Occidente (nº 265, junio 2003)

Artículos publicados en Letra Internacional (Otoño 2003):

Artículos publicados en el suplemento cultural Babelia (El País):

  • MAX AUB, VIDA Y OBRA: El hombre que quiso ser español. Rafael Conte.
  • FRAGMENTO LITERARIO: ¿De qué le sirvió a la República? Crítico con las memorias de Manuel Azaña, atónito ante la elección de Dámaso Alonso como director de la Real Academia, convencido del valor del compromiso en el arte y preocupado por la posteridad. Así se muestra el autor de El laberinto mágico en Nuevos diarios inéditos (1939-1972), un volumen recopilado por Manuel Aznar Soler que la editorial Renacimiento publicará próximamente. Por Max Aub.
  • MAX AUB, DESMEMORIA Y CREATIVIDAD: El papel de la memoria y la memoria de papel. Ignacio Soldevilla Durante, catedrático emérito de la Universidad Laval de Quebec. Autor de La obra narrativa de Max Aub y El compromiso de la imaginación. Vida y obra de Max Aub.
  • CRÓNICA: Quién se come a Max Aub. Rafael Chirbes es autor de la novela Los viejos amigos y del ensayo El novelista perplejo, que incluye diversos trabajos sobre Max Aub.
  • MAX AUB, VIGENCIA LITERARIA Y POLÍTICA: Un escritor vivo. Manuel Aznar Soler es catedrático de Literatura en la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de la edición de los libros de Max Aub La gallina ciega. Diario español y Diarios (1939-1972).
  • FRAGMENTO LITERARIO: Max Aub y las márgenes. Tomás Segovia.

Otros artículos:

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