Carlos III: razón, naturaleza y progreso de un reinado ilustrado
Por Miguel Luque Talaván, Universidad Complutense de Madrid.
Pocos reinados en España han tenido tanto tratamiento y análisis desde el ámbito académico como el de Carlos III, uno de los monarcas claves en la Historia de España y de Europa en el siglo XVIII. Tanta es su fama que algunas de las realizaciones de su gobierno trascendieron a su época incluso entre el público no especialista, que conoce al monarca con el apelativo popular y afectuoso del mejor alcalde de Madrid.
Su trayectoria vital fue larga y llena de realizaciones (1716-1788). Un itinerario marcado por su formación en la corte de sus padres los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio y el ascenso sucesivo a tres tronos distintos: fue duque de Parma y Piacenza como Carlos I (entre 1731 y 1735) —y, temporalmente además, príncipe heredero de Toscana—, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— entre 1735 y 1759, y finalmente rey de España desde 1759 hasta su muerte en 1788. Lo que le convirtió en un monarca que tuvo casi sesenta años de reinado, añadiéndose la particularidad de haberlo hecho sobre tres países distintos, independientes y muy diferentes entre sí.
Escribir acerca de un personaje como Carlos III, o más bien de los acontecimientos históricos acaecidos a lo largo de su dilatada vida o su época, exige el tratar de conocer en profundidad el mayor número de aspectos posibles de nuestro objeto de estudio. Nada mejor para iniciarse en este camino que comenzar a recorrer algunas de las miles de páginas manuscritas e impresas que se produjeron en la España del siglo XVIII. Tarea imposible de abordar para un solo investigador y una sola vida. Por eso este volumen acude al concurso de reconocidos especialistas en el periodo que, desde sus respectivos campos de estudio, nos ofrecen una visión de conjunto tanto de los temas que son eje y reflejo de este proyecto expositivo de corte histórico, como del presente libro.
Paul Hazard, al tratar del pensamiento de la centuria ilustrada, señalaba tres de las ideas nodales que reinaron durante este interesante periodo: razón, naturaleza y progreso 1. Amplía Carlos Martínez Shaw que pueden "(...) apuntarse otras ideas básicas ancladas en el corazón de las Luces, como son las de tolerancia, cosmopolitismo, pedagogía (...)". Añadiendo que estos conceptos estuvieron "(...) al servicio de un proyecto general que trata de obtener el adelanto de la cultura y la reforma de la sociedad." 2.
De este modo, y bajo el prisma del pensamiento de toda una época, esta iniciativa pretende revisitar algunos de los aspectos principales de la vida y obra de uno de los monarcas sustanciales de la historia de España. Rescatando y contribuyendo a la puesta en valor de dos cuestiones fundamentales de su reinado: la política exterior y la aportación científico-cultural española, así como el papel jugado por la Corona a la hora de fomentar y promover el avance del conocimiento. Aspectos todos ellos concebidos y cuidados como una verdadera forma de proyectarse en el mundo.
Carlos III implementó una política de aumento del prestigio internacional de España. Para ello, y sobre la base de las reformas nacionales (tanto en los territorios peninsulares como en los ultramarinos), emprendió una activa política internacional y fomentó los adelantos en el campo científico y cultural. Fue de su curiosidad por el saber de donde emanó una política de establecimiento de las relaciones de sus sucesivos reinos con el mundo a través de los dos asuntos antes mencionados. Puede así afirmarse que los proyectos científico-culturales del periodo estuvieron siempre al servicio de la política exterior e interior del país (como fue habitual en el Antiguo Régimen).
- Muy interesante resulta: HAZARD, Paul. El pensamiento europeo en el siglo XVIII. Madrid: Alianza Editorial (Alianza Universidad), 1985.
- MARTÍNEZ SHAW, Carlos. El Siglo de las Luces. Las bases intelectuales del reformismo. Madrid: Historia 16 (Historia de España; 19) : Temas de Hoy, 1996, p. 8.
Carlos III y el tratamiento de su posteridad
Que Carlos III fue un gran monarca, muy importante en la historia reciente de España, es algo que no puede ponerse en duda. Que gran parte de su fama se debe al tratamiento que su figura y acciones tuvieron tanto en vida del soberano como a su muerte, tampoco. La reivindicación de un gobernante de esta talla política partió tanto de su entorno más cercano como de historiadores que, desde el siglo XIX en adelante, han ido estudiando algunos de los casi infinitos asuntos de un reinado que aún permanece lleno de posibilidades analíticas.
Los elogios fúnebres que se compusieron para ser leídos en las múltiples exequias reales organizadas a su muerte en todos los territorios de la Monarquía Hispánica, y que fueron compilados y estudiados por Francisco Aguilar Piñal, son un magnífico termómetro de lo que estaba por venir 3.
Sus propios descendientes contribuyeron a todo este proceso reivindicando activamente el protagonismo de este ilustre antepasado. Así Carlos IV encargó a Mariano Ramón Sánchez y a Antonio Carnicero Mancio la serie pictórica de las vistas de los puertos españoles para dejar constancia visual de la labor de su padre en la acometida de las obras de construcción, reforma o mejora del sistema portuario de una nación que aún tenía vocación, proyección y presencia marítima internacional 4/. Su nieto Fernando VII encargaría a Vicente López, su pintor de cámara, que compusiese una Alegoría de la institución de la Orden de Carlos III para el techo de su vestidor en el Palacio Real de Madrid. Espacio único de aparato donde el monarca recibía a los altos funcionarios y a los representantes extranjeros acreditados ante la corte. Y en este apresurado e incompleto repaso ofrecemos un último dato que aporta una nueva noticia de la continuidad dada a la idea del prestigio carolino: todos los reyes de España desde entonces se han revestido con el hábito y/o con las insignias de la Real y Distinguida Orden de Carlos III. Condecoración creada por Carlos III, mediante Real Cédula de 19 de septiembre de 1771, puesta bajo la protección de la Inmaculada Concepción, y que aun en nuestros días continúa siendo uno de los más altos honores destinados a premiar grandes servicios a España. Los retratos de todos los reyes de España desde Carlos IV hasta Felipe VI bien como grandes maestres de la Orden, bien portando sus insignias, contribuyen a revivir en el tiempo el lema latino de la misma: "Virtuti et merito".
Entre los monumentos que se le dedicaron aun en vida podemos mencionar la estatua erigida en 1783 en la ciudad de Burgos a instancias de Antonio Tomé, vecino y cónsul de la ciudad castellana, obra de Alfonso Bergaz (1744-1812). La inscripción que se situó en la base de la efigie rezaba lo siguiente: "A Carlos III. / Padre de la Patria / Restaurador de las Artes // D. Antonio Tomé / Vecino, y Consul de Burgos / él primero / entre sus Compatriotas / que ofrece a la Posteridad / esta memoria / de su Augusto Bienhechor // Año de 1783." 5.
En lo que se refiere a la fama historiográfica, la bibliografía existente sobre este monarca y periodo histórico es verdaderamente ingente y podemos decir que continúa siendo uno de los temas de investigación de mayor interés en el campo del modernismo 6. De igual forma son varias las iniciativas expositivas que en las últimas décadas han ido desgranando total o parcialmente los momentos más destacados de un prolífico reinado. En 1988, bajo el título Carlos III y la Ilustración, Carmen Iglesias Cano, actual directora de la Real Academia de la Historia, fue comisaria de una gran exposición destinada a presentar al personaje histórico en su contexto de una manera amplia, rigurosa y profunda7. Otras exposiciones igualmente destacadas por su aportación científica se han centrado, de manera fundamental, en cuestiones artísticas. Han sido las organizadas bajo los títulos de Itinerario italiano de un monarca español. 1731-1759. Carlos III en Italia (1989); El Quijote de Carlos III. Los tapices de la Real Fábrica de Nápoles (2005) y Carlos III. Entre Nápoles y España (2010) 8. Mientras que otras han abordado diferentes aspectos específicos de su reinado como por ejemplo La América española en la época de Carlos III (1985) 9, Bajo la cólera del Vesubio... (2004) 10, o Corona y arqueología en el Siglo de las Luces (2010)11.
Ya en 2016, con motivo del tercer centenario del nacimiento de Carlos III, de manera coordinada y bajo un prisma de complementariedad, se ha preparado un amplio programa de actividades que incluye exposiciones, ciclos de conferencias, conciertos, reuniones científicas, etc. Dando una vez más prueba del interés social que continúa despertando el monarca. Refiriéndonos a las exposiciones organizadas en España citaremos por ejemplo las promovidas por el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, Patrimonio Nacional, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y AC/E - Acción Cultural Española —que es la que aquí nos congrega— 12.
- AGUILAR PIÑAL, Francisco. Carlos III en el recuerdo (honras fúnebres en memoria del rey difunto). Madrid: Artes Gráficas Municipales, 1989.
- Acerca de la misma pueden verse las contribuciones de: MANO, José Manuel de la. “Mariano Sánchez
y las colecciones de “Vistas de puertos” en la España de finales del siglo XVIII ”, en VV.AA. I Congreso
Internacional de Pintura Española del Siglo XVIII. [S.I.]: Museo del Grabado Español Contemporáneo,
1998, pp. 351-368. - Manuel Salvador Carmona dibujó y grabó una estampa del monumento burgalés en 1784 (Museo Nacional del Prado —Madrid—. [G02485]).
- A modo de muestra puede verse: Aguilar Piñal, Francisco. Bibliografía de estudios sobre Carlos III y su
época. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1988. - IGLESIAS CANO, Mª Carmen (condesa de Gisbert). Carlos III y la Ilustración. [Palacio de Velázquez.
Madrid. Noviembre 1988 - enero 1989. Palacio de Pedralbes. Barcelona. Febrero - abril 1989]. Madrid: Ministerio de Cultura, Comisión Nacional Organizadora del Bicentenario Carlos III y la Ilustración
(1788-1988), 1988, 2 tomos. - URREA, Jesús (preparación, estudio preliminar y catálogo). Itinerario italiano de un monarca español.
1731-1759. Carlos III en Italia. [Febrero / Abril 1989]. Madrid: Museo del Prado, 1989; El Quijote de Carlos III. Los tapices de la Real Fábrica de Nápoles. [Catálogo de exposición]. Madrid: Instituto Cervantes, 2005; SPINOSA, Nicola (comisario científico). Carlos III. Entre Nápoles y España. [Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, del 29 de octubre de 2009 al 10 de enero de 2010]. Madrid: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 2009. - VV.AA. La América española en la época de Carlos III. Archivo General de Indias 1785-1985. [Sevilla. Diciembre 1985 - marzo 1986]. Madrid: Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, [1985].
- RODRIGO ZARZOSA, Carmen; José Luis JIMÉNEZ SALVADOR (dirección científica del catálogo). Bajo la cólera del Vesubio. Testimonios de Pompeya y Herculano en la época de Carlos III. [Museo de Bellas Artes de Valencia, del 14 de mayo al 12 de septiembre de 2004]. Valencia: Generalitat Valenciana, 2004.
- 11. VV.AA. Corona y arqueología en el Siglo de las Luces. [Exposición celebrada en el Palacio Real (Madrid), abril-julio de 2010. Comisarios: Martín ALMAGRO-GORBEA y Jorge MAIER ALL ENDE]. Madrid: Patrimonio Nacional, 2010.
- También Italia conmemora al que fuese rey de Nápoles en diversas actividades
El contenido del presente volumen
Dedicaremos ahora unas líneas al volumen que el lector sostiene en sus manos, que concebido como complemento a la muestra, está dividido en dos partes. En la primera de ellas se incluyen una serie de estudios monográficos, organizados en tres secciones, que sistematizan y actualizan a la luz de las últimas investigaciones el conocimiento que poseemos del monarca en los temas que nos ocupan. Tras el presente marco introductorio figura el primero de estos bloques temáticos. El dedicado al contexto y la política internacional durante el reinado de Carlos III, donde se incluyen los capítulos de Carmen Sanz Ayán, Alfredo Alvar Ezquerra y Sylvia L. Hilton, quienes tratan de "Las relaciones internacionales en la Europa de la primera mitad del siglo XVIII", "La Guerra de los Siete Años (1754/1756-1763)" y "España y la independencia de los Estados Unidos", respectivamente.
El segundo de los bloques se haya dedicado a la Antigüedad, la arqueología y el arte, y sus dimensiones políticas, contando con los capítulos de María del Carmen Alonso Rodríguez, Javier Jordán de Urríes y de la Colina y María Jesús Viguera Molins. Quienes abordan, respectivamente, "La empresa anticuaria de Carlos III entre Nápoles y Madrid", "Antichità y chinoiserie en los palacios de Carlos III" y "Luces sobre al-Andalus: sapere aude".
El tercer bloque recoge las relaciones entre Ilustración, ciencia y técnica, incluyendo los textos de Carlos Martínez Shaw, José Luis Peset y Miguel Luque Talaván. Llevando sus capítulos por título: "La proyección ultramarina de un reinado ilustrado", "La Ciencia y la pública felicidad" y "Las expediciones marítimas y terrestres ultramarinas en el reinado de Carlos III: entre el conocimiento y la política", respectivamente.
Mientras, en la segunda parte del volumen figuran las fichas técnicas de las piezas expuestas, ordenadas por las cuatro secciones en las que ha sido organizada la exposición y precedidas por el ensayo titulado "Carlos III: proyección exterior y científica de un reinado ilustrado. Espacios de una exposición".
Carlos III. Un reinado para la Historia.
Al finalizar esta introducción algo nos queda de manifiesto: el conjunto de las aportaciones realizadas dentro de esta dilatada etapa de la historia de España fue ingente, y muchas de ellas se proyectaron e incluso se reivindicaron en el tiempo. El periodo de Carlos III, un soberano que supo ganarse un gran prestigio como monarca tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, fue uno de los grandes reinados de la Edad Moderna.
España continuaba siendo a finales del siglo XVIII una potencia en el panorama internacional europeo y la más extensa desde el punto de vista territorial 13. Podemos así definir la etapa española de Carlos III como un reinado germinal por las muchas realizaciones alcanzadas. De acuerdo con Pierre Vilar fue en el siglo XVIII donde se sentaron las bases del periodo contemporáneo español 14.
El Elogio de Carlos III, leído en 1788 por Gaspar Melchor de Jovellanos en sesión de la Real Sociedad Matritense de Amigos del País, reconocía al soberano el haber dado a España: "Ciencias útiles, principios económicos, espíritu general de ilustración (...)", afirmando con emoción: "(...) ved aquí lo que España deberá al reinado de Carlos III.".
- Acerca de la misma pueden verse las contribuciones de: MANO, José Manuel de la. “Mariano Sánchez
y las colecciones de “Vistas de puertos” en la España de finales del siglo XVIII ”, en VV.AA. I Congreso
siglo XVIII : la entrada en la contemporaneidad”, p. 438. Sobre la misma cuestión véase también: Ibídem, pp. 438-444). - VIL AR, Pierre. Historia de España. Barcelona: Editorial Crítica (Temas Hispánicos; 25), 1988.