Construcción Ermita

Memoria de las circunstancias y pormenores en relación con la construcción de la ermita en honor de Ntra. Señora de Alfindén. Luis Español Marzo. Secretario del Ayto. de la Puebla de Alfindén. Abril 1956.

INTRODUCCIÓN

La Puebla de Alfindén, localidad perteneciente a la provincia de Zaragoza, en el año 1953, a cuya fecha nos remitimos como iniciación de esta breve reseña.

Cuenta con un censo de población de 1220 habitantes de derecho y se halla situada a 12 Kms. de la Capital, en la carretera general de Madrid a Francia por La Junquera; la baña el río Ebro y su término municipal produce, entre otros productos, cereales, remolacha, alfalfa, maíz, hortalizas y frutas de su incomparable vega. Tiene teléfono, servicio diario de automóviles a Zaragoza a las 8,30, 11, 15, 18, y a las 20 horas y viceversa; cafés, bares, cinematógrafo, establecimientos de comestibles, carnicerías, carpinterías, carbonerías, alumbrado publico, estanco, farmacia, ferretería, fabrica de harinas, molino, fabricas de yeso, herrerías, médico, panaderías, peluquerías, practicante, recaderos, salón de baile, tabernas, Veterinario, y otros servicios municipales como hospital, matadero, lavadero, etc.

Preside el ayuntamiento en estas fechas el alcalde D. Mariano Moliné Badía y regenta la Parroquia, el Rvdo Señor Cura Párroco, D. José Jimeno, Autoridades ambas, bajo cuya dirección se mueven las ideas acerca de la empresa local que vamos a referirnos.

LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE ALFINDÉN

En plena vega y a una distancia aproximada de 2 Kilómetros, se halla asentada la Ermita de Ntra. Sara la Virgen de Alfindén, erigida por los antepasados vecinos de esta localidad, que, según antecedentes, data del siglo XII, la cual amenaza ruina inminente, debido a su antigüedad y a la configuración del terreno muy permeable cuya humedad socava a través del tiempo la solidez del edificio y su cimentación, Hay que repararla pues con urgencia, en evitación de su derrumbamiento, que con él sepulte bajo los escombros la venerada imagen y, además, pueda ser causa de desgracias personales con motivo de la romería anual que para el día 25 de Marzo de cada año se celebra con su fiesta solemnísima, así como en las visitas que durante todo tiempo puedan hacerse a la Santísima Virgen bien sea individual o colectivamente. Ese lugar se llama Alfindén.

ESTUDIO Y PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN DE LA NUEVA ERMITA

En esta situación pues, hay necesidades de estudiar el caso con detenimiento, como así se hace por la autoridad civil y eclesiástica, apoyadas por el vecindario, y no pudiéndose celebrar ya su festividad en ese día 25 de Marzo de1953 en la ermita, es trasladada la imagen a la Iglesia parroquial, en donde permanecerá por disposición eclesiástica, hasta que se repare el edificio o bien sea construido otro nuevo donde alojar a Nuestra Señora.

Y aparecen las ideas y proyectos consiguientes, unos partidarios de la reparación y consolidación de la antigua ermita, y otros su nueva construcción en otro lugar que ofrezca mayor garantía de solidez y seguridad a sus muros quebrantados por la humedad del terreno donde se encuentra emplazada; pero todas ideas guiadas por la fe y por el filial amor a su querida Virgen de Alfindén y los vehementes deseos de verla instalada dignamente donde le corresponde.

Así pues, en abril siguiente se constituye una Comisión Local encargada de gestionar la construcción de la nueva Ermita, después de haberse celebrado varias reuniones del vecindario, convocadas por el Alcalde y Ayuntamiento y que resultaron mas o menos exaltadas y llegando incluso ha hacerse violentas, por la desavenencia existente entre los que propugnaban que la Virgen debía estar donde se ha encontrado siempre, teniendo como argumento la tradición, y los que miraban el asunto bajo punto de vista distinto, anteponiendo a aquella las circunstancias actuales y conveniencias de lugar.

El Señor Cura Párroco, D. José Jimeno, en este estado de cosas, cesa en la Parroquia al siguiente año 1954, y le sustituye D. Vidal Francés, quien enfoca y toma con el mayor interés la cuestión ineludible y con la colaboración del Señor Alcalde, en esta fecha, D.. Emiliano Labarta Lisón, bien secundado por el Ayuntamiento, se disponen a llevar hacia adelante la misma.

Por fin y no encontrándose datos y antecedentes sobre la posible aparición de la Virgen de Alfindén en aquel lugar como motivo fundamental que pudiera inclinar la balanza hacia la idea de la reconstrucción de la antigua Ermita, prevalece la de su construcción de nueva planta en el punto que resulte más adecuado a la vista de los informes técnicos, y con ello, habiendo sido encargada la redacción del oportuno proyecto al Arquitecto Municipal D. Fernando Vera Ayuso, formalizado este, después de haber sido comparado el costo de uno y otro procedimiento, con él expresado proyecto queda acordada la edificación de la nueva Ermita en el lugar elegido para su emplazamiento, en la altiplanicie existente a la izquierda del cementerio católico municipal, situada al noreste de la población y a unos 300 metros de distancia de la misma.

Esta decisión esta avalada, además, por la mayor proximidad y la perspectiva de una nueva calle que se vislumbra y que con ello iba a quedar abierta, como crecimiento y ornato de la población, convirtiendo aquella zona en lugar de recreo y esparcimiento, como punto del paseo diario y obligado junto con el de las visitas a dos sagrados lugares: La Ermita y el Cementerio. La comisión local Pro-Ermita, con la colaboración decidida del Ayuntamiento y del vecindario, trabaja sin descanso para poner en practica que lleven a feliz termino empresa un tanto ardua, en orden a la financiación de la obra que es de gran cuantía para el vecindario a cuyas expensas va a realizarse.

INICIACIÓN DE LAS OBRAS

A la vista del proyecto, cuyo presupuesto asciende a la cantidad de 199.897,15 pesetas, pero que luego, el mayor costo de los materiales e imprevistos, ha de hacer subir a unas 240.000 pesetas y después de estudiar la formula económica que es la indicada anteriormente, se inicia la construcción de la Ermita que se encarga al contratista de la localidad D. Andrés Val Franco, mediante el oportuno concurso.

Con ello se plantea el problema difícil de la aportación económica con que hacer frente a la ejecución de las obras, y por diversos procedimientos recaudatorios se van allegando fondos hacia la cantidad total que se precisa.

Primero con los donativos o aportaciones voluntarias de los vecinos, luego se establecen tómbolas benéficas a beneficio de la Ermita, se ponen en venta boletos, periódicamente, para la rifa correspondiente en combinación con el sorteo de la Organización Nacional de Ciegos y de cuantos medios viables se encuentran para engrosar la recaudación que va ascendiendo paulatinamente al unísono de las obras hasta su culminación. Para ello se hace precisa segunda vuelta de donativos, se recurre a los naturales de la localidad residentes fuera de la misma y el Ayuntamiento y organismos y entidades locales, aportan considerables sumas; todos con el mayor entusiasmo responden admirablemente, con lo que su realización a sus exclusivas expensas, esta a punto de terminar.

Fue colocada y bendecida la primera piedra el día 5 de Diciembre de 1954 en solemne y emotivo acto presenciado, por la inmensa mayoría del vecindario, y paulatinamente va ascendiendo la obra al ritmo que las circunstancias lo permiten, a la cual prestan, además, su colaboración mas decidida los vecinos por medio de jornales de prestación personal y de trasporte, y cuya ejecución material van atestiguando diaria y constantemente innumerables personas que acuden al lugar de las mismas para apreciar la evolución de ese inicio de lo que va a ser su Ermita anhelada.

Las obras van tocando a su fin y se multiplican los esfuerzos para darlas por concluidas coincidiendo con la festividad de la Virgen de Alfindén, el 25 de Marzo.

LA EMPRESA GRANDE ES UNA REALIDAD

Lo que parecía empresa poco menos que irrealizable, por su gran magnitud en orden a las posibilidades de la localidad, sin ninguna ayuda exterior, o lo que es lo mismo decir, sin subvención alguna de los organismos estatales ni provinciales, el trascurso del lapso de tiempo comprendido entre la fecha de la colocación de la primera piedra, ya indicada y el 1 de Abril de 1956, había de demostrar lo que era capaz este pueblo, espoleado por pletórica fe y un entrañable amor hacia la Madre de Dios y de los hombres, bajo la advocación de Ntra. Sra. la Virgen de Alfindén, su excelsa Patrona.

Con las aportaciones expresadas en el capitulo anterior, la comisión local Pro-Ermita, presidida por el Sr Cura Párroco, Rvdo D. Vidal Francés Carneo, ha conseguido hacer frente al costo de las obras y con ello, ver coronado el fin de las mismas.

Los últimos días del mes de Marzo, son de agobiadora tarea en la Ermita, con el fin de ultimar todos los detalles inherentes a su terminación total y la correspondiente entrega y disposición de la misma por motivos del retraso experimentado en la realización de las obras por las inclemencias del tiempo en el mes anterior. Todo es superado y así el día primero de Abril, se halla en condiciones de ser inaugurada y bendecida.

Un edificio esbelto y sólido se yergue ahora en la zona antes poco menos que árida y solitaria y ahora vivificada, prometedora y acogedora por gracia de Dios y de la Santísima Virgen que en él va a tener su trono; cuyas características técnicas pueden apreciarse en el proyecto técnico unido a esta memoria descriptiva. Su silueta arquitectónica ahí queda a la contemplación de las generaciones presente y venideras, como orgullo legitimo de La Puebla de Alfindén.

Ya puede albergar, pues, su nueva Casa a Ntra. Sra., y en ella se va a entronizar con toda solemnidad previa su bendición e inauguración.

Por la comisión se organizan los actos a celebrar con tan fausto acontecimiento; se redacta el programa de los mismos, se cursan invitaciones, se trabaja incansablemente por parte de la Permanente o Protocolaria designada al efecto, especialmente, a tal fin y con el mayor entusiasmo va a llegar la fecha tan deseada.

BENDICIÓN E INAUGURACIÓN SOLEMNES

Es el día 2 de Abril de 1956, fecha inolvidable e histórica, la señalada y en el cual tiene lugar la bendición e inauguración solemne de la nueva Ermita de Ntra. Sra. de Alfindén, que es realizada por el Excmo. y Rvdmo. Señor Arzobispo de Zaragoza D. Casimiro Morcillo González, con asistencia del limo. Señor Presidente de la Exma Diputación Provincial, D. Antonio Zubiri Vidal, que ostenta, además, la representación del Eximo Señor Gobernador Civil de la Provincia (el que por razones ineludibles de su cargo no ha podido asistir), como tampoco pudo hacerlo el limo. Señor Alcalde de Zaragoza, D. Luis Gómez Laguna, igualmente invitado y quien envió en su representación al Teniente de Alcalde, Señor Sanz Iglesias.

Concurrieron también a este acto, entre otras personalidades, el limo, y Rvdmo Señor Vicario General de la Archidiócesis, Delegado Provincial de Sindicatos, el de la provincia de Lugo, Sacerdotes naturales del pueblo que ejercen su ministerio en otras Parroquias, los de los pueblos vecinos y otras numerosas y amigas de esta localidad que nos honraron con su presencia para dar mayor alegría y realce a los festejos.

Realizados estos conforme al programa previsto y unido a esta crónica, como parte integrante de la misma, fueron todos ellos amenizados por la Banda de Música de Villamayor y resultaron de una brillantez inusitada, muy por encima de los cálculos y deseos abrigados.

El pueblo entero se vistió de gala y en masa asistió tanto a la Misa solemne oficiada por el Señor Cura Párroco, D. Vidal Francés, y en la que el Rvdo Señor D. Antonio Alcolea Huguet, Párroco de Montalbán e hijo de esta localidad, nos deleito con una maravillosa oración sagrada, llena de emoción por el motivo de aquel trascendental momento, como al Santo Rosario por la tarde, en su triunfal recorrido por las calles, presidido por el Señor Alcalde D. Emiliano Labarta Lisón, Ayuntamiento y demás Autoridades y Jerarquías locales.

Sobre todo, hay que destacar, que el aspecto que ofrecía la nueva Ermita en el momento de la bendición e introducción después de la Sagrada Imagen de la Virgen de Alfindén, conducida procesionalmente desde la Iglesia parroquial hasta aquella, era imponente. Durante la Santa Misa, fue materialmente imposible de contener a tanta muchedumbre, a pesar de su amplitud, teniendo que quedar una gran cantidad de fieles sin poder penetrar, todos ellos ávidos de estar presentes en el momento cumbre de la santa empresa que se habían impuesto.

Ocupo lugar destacado en el presbiterio, en el lado del Evangelio el Eximo y Rvdmo Señor Arzobispo y en los bancos reservados para la presidencia, tomaron asiento las primeras Autoridades provinciales indicadas, con los Señores Alcalde y Juez de Paz. Habiendo reservado otros lugares preferentes para la Corporación municipal en pleno, demás Autoridades, invitados de honor, funcionarios y Jerarquías del Movimiento, así como para los miembros de la comisión Pro- Ermita.

Concluida la solemne ceremonia religiosa, el impresionante desfile por el camino de la Ermita en retorno al punto de partida de la procesión que momentos antes llevara a la venerada Imagen para ser colocada, como se hizo, en el pedestal y hornacina destinados al efecto en el Altar Mayor.

Vistosidad y bello colorido con sana alegría para los demás actos del resto del día dedicado por entero a su Patrona.

También los actos profanos estuvieron animadísimos, reinando en todos ellos regocijo en abundancia.

PUNTO FINAL

Jornada emotiva e inolvidable que vivió La Puebla de Alfindén, con tan santo motivo y quedará como broche de oro en los anales de su historia para orgullo contemplativo de generaciones presentes y futuras que podrán admirar y venerar la maravilla de esa nueva Ermita erigida en honor de Ntra. Sra. de Alfindén, que desde el altozano donde esta emplazada, continuara presidiendo y bendiciendo esos campos de Dios, enmarcados en la fértil vega que baña el río Ebro, Mariano por excelencia, desde que a sus orillas un día posara sus plantas la Eterna Señora venida en carne mortal a Zaragoza, y en derredor a cuyo Santo Pilar inalterable se mantiene esa fe viva aragonesa influenciada por la ardiente luz que irradia hacia todo el suelo hispano.

* NOTA: LA Comisión Pro-Ermita fue creada con el objetivo principal de que junto con el Ayuntamiento estudiase la posibilidad de obtener fondos necesarios para la construcción de una nueva Ermita dedicada al culto de Ntra. Sra. de Alfindén.

La Comisión fue formada el 12 de Abril de 1.953, era alcalde D. Emiliano Labarta Lisón, Concejales: D. José Luis Polo Valien, D. Ramón Moliné Meseguer, D. Eustaquio Franco Peralta, D. Agustín Franco Salvador, D.Julián Meseguer Badía y D. Félix Moliné Vidal.

Componentes: Francisco Callen Huguet, Santiago Meléndez Andrés, Melecio Falcón Puyóles, Esteban Tolosana Huguet, Julián Blasco Casanova, Esteban Martínez Salvador, Félix Ferrer Blasco, José Huguet Castellón, Félix Meléndez Fierro, Pascual Roche Roda, Sixto Roba Franco, Mateo Callen Huguet, Pelayo Bes Lisón, Basilio Meléndez Andrés, Pascual Arcal Casanova, Joaquín Pradilla Vitrian y Florencio Albero Laborda.

Secretario de la Comisión: Carlos Murillo Roba.