Técnicas de toques (Continuación)

Técnicas para tocar

  • Repiques: Domingos y festivos solemnes, Fiestas.
  • Tañidos en señal de duelo: Difuntos y Mortijuelo.
  • Bandeos: (A todo bando) Fiestas y Sábado de Gloria.
  • A Medio bando: Difuntos.
  • A cuerda: Desde abajo con las tres campanas: Ánimas; solo con la Valera desde abajo: Arrebato, Ángelus, Misas en general, Rosario y Tormenta.

Normalmente cuando la técnica del toque era a “todo bando” en Fiestas, primeramente se repicaban “a cuerda” la Valera y la Mediana y en ocasiones el Cimbalico, repitiendo también al terminar, excepto el Sábado de Gloria.

Posiblemente fuera la Valera la que sonara “a cuerda” desde abajo en Maitines, Nublo y Perdido.

Posicionamiento del ejecutante en el repique de misa y señal de duelo

Se tañía con las tres campanas de bandeo, nunca con la que da las horas. Dependiendo quien tocaba, los badajos podían estar muy cerca del bronce, con ligero movimiento de muñeca para evitar el cansancio o bien separados para que resonara mejor. Había varias formas de repique dependiendo la posición que adoptara el ejecutante y el lugar en el campanario. En ocasiones se fijaban las campanas en otras no.

Las dos posiciones más habituales eran:

  1. Frente a las campanas Valera y Mediana: en la mano derecha la cuerda que iba al badajo de la Valera y en la mano izquierda las cuerdas al badajo de la Mediana y del Cimbalico.
  2. También frente a las campanas mayores: en la mano dcha. la cuerda que iba al badajo de la Valera y en la izda. la cuerda al de la Mediana.

Menos habituales:

  1. Mirando al Sur: en la mano dcha. las cuerdas que iban a los badajos de la Valera y la Mediana, en la izda. la cuerda al badajo del Cimbal.
  2. Mirando al Sureste: en la mano dcha. las cuerdas que iban al badajos de la Valera y de la Mediana y en la izda. la cuerda al badajo del Cimbalico.
  3. Con un madero viejo situado en el centro de la sala de campanas, con la espalda apoyada en el, frente a las campanas de mas peso: en la mano dcha. la cuerda que iba al badajo de la Valera, en la izda. la cuerda al de la Mediana y, la novedad en esta técnica era que, la cuerda que iba al badajo del Cimbal se enroscaba en la base del madero para ser tocada con el pie.

Lo más habitual era tocar con las manos pero también podía ser con el pie como en este último caso.

Del badajo de la Valera se cambiaba la cuerda que llegaba hasta abajo, por otra más corta y estrecha, más manejable para hacer los tañidos a cuerda.

Dependiendo de cómo se tocara las campanas, la gente que pasaba por las calles identificaba qué persona estaba repicando. Ver situación del ejecutante y orientación.

D. Antonio Alcolea Callén nació el 9 de diciembre de 1948: “Los badajos estaban casi pegados al bronce para ahorrar esfuerzo, sin hacer ruidos para no levantar sospechas, empezábamos a tañer y la gente se preguntaba: ¿Cómo es posible que a estos chicos les suenen tan bien las campanas? Algunas personas subían a probar y era todo un desastre pues el badajo rebotaba sin orden alrededor de la campana. Entre los monaguillos, nuestro mejor secreto fue no revelar esta técnica, con poco esfuerzo repicábamos como queríamos”.

“La posición habitual para tocar a cuerda era de pie, pero cuando me daba, cosas de chicos, también lo hacía sentado o tumbado, me salía bien la posición que adoptara”.

Técnica del bandeo

Movimiento manual con giro completo que consistía en coger del borde inferior de la campana para darle impulso y después se empujaba hacia fuera, es decir, hacia la calle, hasta que cogía vuelo. De vez en cuando se le daba al bronce o incluso al yugo para que siguiera girando. Con las dos campanas grandes había que apartarse para no ser golpeado o incluso ser arrojado al vacío. Aunque una persona adulta podía bandear las tres campanas a la vez, Cimbal, Mediana y Valera, mejor se hacía con tres personas ya que de esta manera se mantenía una velocidad constante y no se perdían toques. La campana grande, con yugo metálico desde 1985, muy cómoda de tocar con el eje a la altura del hombro.

En el medio bando, sólo para toque de difuntos, la campana se balanceaba sin llegar a dar la vuelta entera. Se empujaba al bronce manualmente de modo que oscilara. El toque era con las dos campanas más grandes, dependiendo época acompañaba el Cimbalico. También había que echarse hacia atrás para evitar ser alcanzado.

A cuerda desde abajo

Desde la campana más grande bajaba una cuerda larga hasta el suelo por el hueco de la escalera. Arrancaba desde el badajo de la Valera hasta una carrucha metálica situada en la pared en la misma sala a unos dos metros y medio de distancia, casi en el plano horizontal al bronce. Desde aquí bajaba pasando por los diferentes pisos por medio de un agujero de unos 12 cm. de diámetro hecho de obra. Por el rozamiento ocasionado con esta práctica, había que cambiar la cuerda antes de que se rompiera.

En la actualidad este mecanismo sigue igual que en épocas pasadas con la excepción que antes era una cuerda y ahora es una cadena.

Sobre los toques que todavía se practican

Desde 1997, año en que se electro-mecanizaron las campanas, sólo pueden tañer con un electromazo externo:

Ángelus. Después de las doce: “Tres toques con la Mediana, tres de Valera, tres de Horas y nueve con el Cimbalico”. Las tres primeras campanas de tempo moderado, el Cimbalico ligero.
Desde noviembre de 2007 hay un cambio importante en este toque que hace que sea mas alegre: las campanas en otro orden y mas ligero: Valera, Mediana y Horas, tres repiques cada una, y Cimbal, este último imitando a bandeo treinta y seis veces (dieciocho por dos): tan-tan_pausa; tan-tan_pausa; el mismo ciclo dieciocho veces.
En marzo de 2012, con el cambio del programador de toques, la imitación de bandeo del Cimbal pasa a dieciocho veces (nueve por dos). Aunque da sensación de pausa, realmente es el segundo golpe que dura un tiempo más.

Misa diaria. Como en épocas pasadas, tres veces en el intervalo de media hora: “Con la Valera: treinta mas uno, treinta mas dos y treinta más tres”.

Misa festiva. En los domingos y días festivos antes del primer toque imitación a bandeo.

Fiestas y Gloria. “Toque combinado de las tres campanas”.

Difuntos. Se toca dos veces para cualquier modalidad: cuando se comunica la muerte del vecino y unos 45 minutos antes del funeral, después toque de misa. Se programa a tiempo variando entre 7 y 9 minutos. Tañido largo y profundo alternando con las tres campanas: Cimbal-Mediana-Cimbal-Valera, (notas musicales: Sol-Sib-Sol-Si).
A partir de noviembre de 2007 el tañido es moderado, el tiempo a voluntad cambiando el orden de las campanas: Cimbal-Cimbal- Mediana-Valera. (notas: Sol-Sol-Sib-Si).
En 2012, con el nuevo programador, también se produce un cambio en este toque: Valera, Mediana, Cimbal: notas: Si-Sib-Sol.

En la actualidad todavía conservamos estos cinco toques.

Caída del badajo

Don José Roche Rabal cuenta que hacia 1942, recién terminada la guerra civil, en plenas fiestas de agosto, el día 15 o 16, con la calle mayor a rebosar de gente, tocando a “todo bando”, vio que saltó de la ventana del campanario un badajo dando vueltas de una de las campanas orientadas al Suroeste que fue a caer a la calzada adoquinada, dio un rebote de 6 a 7 metros de alto y fue a parar a la acera de enfrente. La gente no se explicaba que no hubiera ninguna desgracia. El badajo hizo un boquete en la calle bastante considerable.

D. José Meléndez Fierro era una de las personas que estaban tocando en aquel momento una de las tres campanas, pero no recuerda cual. D. Javier Callén Arcal, aunque no vio el badajo volar, recuerda la quebradura que hizo en el adoquinado de la calle mayor. D. José Gimeno estaba de cura.

El 23 de septiembre de 1995 cayó el badajo del Cimbal al tejado de la iglesia. Fue en la boda de Da Gema Casamián Guerrero y D. Jesús Vidal Gargallo vecinos del pueblo. Media hora antes de comenzar la misa, a las cinco de la tarde de un sábado espléndido, desde el campanario, D. José Carlos Casamián, hermano de la novia, con la Valera y la Mediana y D. Mariano Bermúdez, cuñado, con el Cimbalico, tocando las campanas a “todo bando”, después de un rato se desprendió el badajo del Cimbal cayendo al tejadillo de la nave y quedando atrapado entre varias tejas rotas. Orientada al noreste (32o), esta campana da al callejón que permite el acceso al ayuntamiento y biblioteca cerrado el fin de semana. Siendo cura párroco D. Ramón Susín.

El 5 de febrero de 1997, fiesta de Santa Águeda, al atardecer sobre las 18:00 horas, cuatro mujeres del pueblo: Da Teresa Sanz, Da Pilar Angoy, Da Carmen Val y Da Josefina Causapé estaban bandeando las campanas de la iglesia, cuando Da Carmen Val noto que no sonaba la campana que impulsaba, pensando que el badajo se había quedado agarrado, pararon la campana. Entonces se dieron cuenta de que el badajo de la Valera no estaba, asustadas presagiaron lo peor. Éste se había precipitado al vacío cayendo al suelo asfaltado de la calle Mayor, originando un pequeño agujero. Un coche que pasaba por allí dirección Barcelona conducido por D. Juan Carlos Pariente, natural de Zaragoza, frenó bruscamente al ver que un badajo, de punta, caía apenas tres metros delante de él dando varios rebotes. Por suerte, como en los casos anteriores, no hubo ninguna desgracia pese a que en aquel momento había mujeres entrando en la iglesia. D. Ramón Susín estaba de cura.
Estos tres sucesos separados en el tiempo por poco más de medio siglo, tienen en común la casi milagrosa coincidencia de no haber causado ninguna tragedia.

Sucesos parecidos también ocurren en otros lugares.
D. Pedro Orós Dionis natural de Escatrón, nació en 1921 y ejerció como médico de familia durante seis años en Pastriz y La Puebla de Alfindén, viviendo aquí veinte años. Ocurrió el 5 de febrero de 2002, fiesta de Santa Águeda y día grande en Escatrón. Hacia el mediodía las mujeres tocaban a “todo bando” las campanas de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. En la Plaza de España esperando la salida de la procesión estaba D. Pedro charlando con el cartero de la localidad D. Antonio Mora, este noto que alguien le golpeaba en la espalda, cuando se dieron cuenta que fue el badajo de una de las campanas que se descolgó y le pasó rozando al compañero. Pudo haber ocurrido algo más serio pero no sucedió nada. Ahora las campanas de Escatrón como las de la Puebla están electro-mecanizadas.

En la actualidad existen elementos de seguridad complementarios que evitan la caída del badajo en caso de fractura en las técnicas de bandeo.

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