Vaya por delante que no escucho la cadena COPE por motivos que arrancan de los funestos sucesos del 11 de marzo. Desde entonces, tanto aquélla como la SER fueron eliminadas de la lista de cadenas memorizadas en mi transistor. No puedo, por tanto, juzgar si, como manifestó Montilla, incita al odio o si, como los nacionalistas mantienen, ha sobrepasado los límites de la libertad de expresión. Sin embargo, resulta muy extraño que nadie haya puesto hasta el momento denuncia alguna. Mientras tanto, se intenta silenciar una radio mediante una maniobra política disfrazada de procedimiento administrativo. Así lo han denunciado nueve periodistas españoles mediante un comunicado dirigido al Parlamento Europeo. Seguir leyendo ...