Miércoles, 23 de enero de 2019

Un hermoso círculo

El lunes, 14 de enero, apareció un disco de hielo en la localidad de Westbrook, Maine, girando en el río Presumpscot, que atraviesa dicha ciudad. Días más tarde, el disco seguía rodando intacto. Como es lógico, la noticia saltó a los medios de comunicación.

Aunque mide más de 90 metros de diámetro y es uno de los mayores de su clase, no es el primero ni tampoco será el último. Se trata de un fenómeno natural que provoca un círculo casi perfecto.

Un estudio de 1997 publicado en Royal Meteorological Society proponía que el agua del río generaba un efecto de remolino alrededor de un fragmento de hielo y lo erosionaba poco a poco hasta que sus bordes eran lisos y circulares. Y hace solo tres años, en 2016, otro estudio publicado en Physical Review E completó la teoría. Sus autores sostenían que era probable que las corrientes fluviales contribuyeran a la formación inicial de dichos discos, pero los cambios de temperatura hacían que siguieran girando. El agua caliente es menos densa que el agua fría, de forma que, conforme el hielo se derrite y se hunde, crea un torbellino bajo el disco que hace que rote. Determinaron que, cuanto más cálida está el agua, más rápido gira el disco. Como demostraba el estudio, el efecto puede reproducirse en un fregadero. Coloca un disco de hielo circular en un recipiente con agua caliente y observarás el mismo efecto de vórtice conforme el hielo empiece a derretirse.

No todos están de acuerdo con esta teoría pero, en cualquier caso, se trata de un hermoso fenómeno natural.