Abril de 2020

Recreación tridimensional de las cloacas de la actual calle Antonio Maura (Córdoba)
Recreación tridimensional de las cloacas de la actual calle Antonio Maura (Córdoba)

Tras la caída del Imperio Romano, Europa se sumió en una de sus épocas más negras. Es lo que conocemos como Edad Media. Muchos de los avances en materia de ingeniería, incluidos sistemas higiénicos, se perdieron. De mantener alejadas de las ciudades a las epidemias pasamos a sufrirlas. Entre las pérdidas, por ejemplo, el agua corriente que desapareció casi por completo por lo que los grifos romanos dejaron de tener utilidad.

Ahora podemos recordar los gloriosos tiempos del Imperio Romano y sus obras de ingeniería gracias a la serie documental «Ingeniería romana» que podemos ver en la web de TRVE2. Ahora bien, desde la portada de la serie no se puede acceder a todos los capítulos y nos tenemos que ir a uno de los capítulos, por ejemplo el de Las ciudades I, para poder acceder a todos.

Además de los documentales propiamente dichos, están los panoramas a 360º pero no he sido capaz de verlos. He probado con varios navegadores y el resultado ha sido en todos ellos negativo. Si alguien lo consigue, le agradecería que lo compartiera.

«La joven de la perla» (c. 1665) de Johannes Vermeer«La joven de la perla» (c. 1665) de Johannes Vermeer es una de las pinturas más famosas del mundo. Hace dos años (entre el 26 de marzo y el 11 de abril de 2018), un equipo internacional de científicos de varios museos e instituciones examinó la obra maestra de Vermeer a plena vista del público. Ahora, dos años después, el equipo revela sus nuevos descubrimientos que pueden verse en la página que a tal efecto a dispuesto el Museo Mauritshuis de La Haya.

No se ha tratado de una restauración o de una limpieza sino de un estudio con la tecnología más novedosa, lo que ha permitido obtener información muy valiosa sobre el cuadro y la técnica pintora de Vermeer.

La noticia fue recogida por la prensa española, destacando los artículos de La Vanguardia, El País y ABC.

Francisco de Goya (1747-1828): Sebastián Martínez, 1792.Francisco de Goya (1747-1828): Sebastián Martínez, 1792.
Óleo sobre lienzo, 93 x 67,6 cm.
Inscripción sobre el papel que el retratado lleva en la mano. «D. Sebastian / Martinez / Por su Amigo / Goya / 1792.»
Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, Rogers Fund, 1906 (06.289)


El cuadro está fechado en 1792, cuando el modelo tenía cuarenta y cuatro años y seguramente se pintó en Madrid entre mayo y julio de aquel año. En una escritura otorgada en Cádiz el 20 de abril, Martínez decía que estaba «próximo a ausentarse» de aquella ciudad, y se despidió de Pedro González de Sepúlveda en Madrid el 27 de julio, regalándole «lucidados de las cabezas de Rafael hechos por el Señor Mengs en Roma» (Biblioteca Nacional, Mss. 12628 fol. 142v).

Martínez había nacido el 25 de noviembre de 1747 en Treguajantes, aldea de la villa de Soto (Logroño), hijo de don Diego Felipe Martínez y doña Inés Pérez. Su padre era oriundo del lugar de Hornillos y la familia vivía por allí la mayor parte del tiempo. Pero Sebastián se trasladó a Cádiz hacia 1760 —en compañía de su padre según algunas fuentes— y en 1771 ingresó en la Universidad de Cargadores, siendo «hábil y capaz de comerciar y navegar a los Reinos de Indias» a partir de entonces. Tres años más tarde se casó con María Errecarte y Odobraque. Gracias a la familia de su esposa, se encontró con parientes en el comercio de Indias y con un amigo de la familia, Juan Bautista de Oxangoiti (primo del escritor José Cadalso), que le facilitaban en cierto modo sus negocios. Empezó a enriquecerse muy pronto y no tardó mucho en reunir una importante colección de cuadros y una biblioteca impresionante, señales de prosperidad bastante típicas entre los comerciantes gaditanos. Su galería no se consideraba la mayor de Cádiz en los años ochenta del siglo XVIII, cuando la Inquisición se quejó de las «estampas y pinturas indecentes» que le pertenecían y encargó dibujos de algunos de sus cuadros para instruir un expediente. A principios de los años noventa, en cambio, se reconocía la alta calidad de la colección, cuando Antonio Ponz, declarándose amigo de Martínez, dio noticias sobre ella y citó sus obras más importantes (Ponz [1772-1794] 1947, pp. 1.587-1.588). Vino luego a complementar este trabajo el conde de Maule, en notas redactadas a finales del siglo aunque no publicadas hasta 1813 (Cruz y Bahamonde [1813] 1997, p. 227). El conde, por cierto, dijo que «era mui bueno el retrato de Martínez sacado por Goya, de quien hai tres caprichos o sobrepuertas». Estas últimas obras suelen identificarse con el soberbio cuadro de una joven durmiendo, El sueño (Dublín, National Gallery of Ireland), y con dos cuadros más del mismo formato: uno con el mismo tema, Joven dormida (Madrid, colección particular), y el otro, Dos jóvenes conversando (Hartford, Connecticut, Wadsworth Atheneum). Todos ellos son ligeramente eróticos.

El gusto de Martínez era ecléctico en materia estética. Por una parte compraba estampas, libros, cuadros y objetos relacionados con las antigüedades clásicas, como las estatuas de bronce de Hércules y Neptuno encontradas en Sanctipetri, a poca distancia de Cádiz; las Vedute di Roma y las Antichità romane de Piranesi; las Antigüedades de Herculaneo con su explicación; y libros de Winckelmann, Du Bos, Milizia y Mengs. También confirma un cierto apetito neoclásico la presencia en su colección de obras de Mengs, y, además, tenía bastantes pinturas de ruinas tan típicas del clasicismo dieciochesco. Pero el coleccionista apreciaba también el estilo naturalista de Murillo y Velázquez y abundaban en su galería las escenas de diversiones populares de autores de los Países Bajos e Italia. Para que no faltara la nota moralizante en estos temas de la vida cotidiana, tenía entre sus estampas las «pinturas de Horgat [sic] tasadas en setenta y cinco reales», según consta en la partición de sus bienes hecha en Madrid en 1803 y en Cádiz en 1805, es decir, las obras grabadas de William Hogarth en alguna de las ediciones del siglo XVIII.

Algún eco había también en su colección del nuevo gusto por lo Sublime y lo Terrible, y son significativas de ello las estampas y cuadros que guardaba de cataratas, tormentas, incendios, naufragios y muertes de militares.

Un análisis de los libros que había en su casa gaditana después de su muerte nos informa de que el 22,9% de ellos eran de geografía e historia, el 19,6% de bellas artes y el 16,3% de literatura (García-Baquero 1988). Llama la atención la posesión de novelas como Los viajes de Gulliver de Swift, Tom Jones de Fielding y La Clarissa (o Clara Harlowe) de Richardson, entre otras. Es evidente que los productos de la imaginación le fascinaban tanto como las consecuencias de los cálculos en sus negocios. Goya pudo haber disfrutado de su biblioteca, lo mismo que de sus estampas y cuadros, cuando estuvo en su casa en Cádiz en 1793, para reponerse de la grave enfermedad que le dejó sordo. No cabe duda de que su colección era excepcional en Cádiz y que, como dijo Juan Agustín Ceán Bermúdez, se distinguía también «de las demás del reino por el costoso aumento de diseños, estampas raras, modelos y libros de las bellas artes» (Ceán Bermúdez 1780, 1, p. XXI, n. 10).

Su gusto fuera de lo común se expresaba también en la ropa que llevaba. En el retrato de Goya viste frac de seda con rayas, y dejó varias chupas, fraques y calzones de la misma tela en su testamentaría. Lucía asimismo la última moda europea, la llamada «incroyable» en Francia. El papel que lleva en la mano —color azul, como la seda de su vestido— puede ser carta o dibujo. Pero la nota armoniosa que el papel da en el conjunto del retrato refleja también la fina sensibilidad estética de Martínez. Hay que suponer, además, que aprobaba plenamente la técnica velazqueña, por no decir impresionista, con la que Goya desarrolla el diseño de las rayas, consiguiendo los efectos de la seda por medio del contraste entre las pinceladas que constituían las rayas y el tono de fondo. El mundo de los negocios parece lejos.

A principios de 1797 Martínez se trasladó a vivir permanentemente en la corte para desempeñar el puesto de tesorero general y consejero del rey. Pero se le jubiló a mediados de 1800, «en consideración al notorio quebranto de su salud», y murió el 24 de noviembre de ese mismo año.

Fuente texto: Catálogo exposición El retrato español. Del Greco a Picasso.

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3. Sistema sanitario: ¿Podemos hacer algo por los sanitarios?. Camilo José Cela Conde es profesor emérito de la Universidad de las Islas Baleares y presidente de la Fundación Charo y Camilo José Cela.
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6. Violencia sexual: «Sólo sí es sí». Enrique Gimbernat es catedrático de Derecho penal de la UCM.
7. Gestión crisis COVID-19: El virus comunista. Pedro Schwartz es académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
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10. COVID-19: El mundo de ayer. Leonardo Padura es escritor.

Una escultura que desafía a la gravedad

No, no es un efecto óptico sino el resultado de aplicar la Tensegridad (integridad tensional)  a una escultura formada con piezas de Lego. El principio de diseño se basa en la idea de que una estructura bajo compresión dentro de un sistema de tensión constante creará una forma estable. Y esta pequeña maravilla de la ingeniería la han diseñado Jason y Kristal Allemann: las piezas de LEGO están comprimidas, mientras que las cadenas son los miembros de tensión pretensados ​​que proporcionan la forma de la escultura. Cuando se levanta la parte superior, los enlaces de plástico están en tensión pura, lo que lo hace parecer un objeto flotante. Si se derrumbaran, toda la pieza se derrumbaría.

Si os apetece construirla, en la página de Jason y Kristal tenéis las instrucciones y la lista de las piezas necesarias para hacerlo.

Fotografía: Ryota KajitaTodos los años, cuando el otoño toca a su fin en Alaska, Ryota Kajita (Instagram) sale en busca de los primeros hielos invernales. Este fotógrafo de origen japonés afincado en Fairbanks cree que «todo, hasta lo que parece más insignificante, está conectado con aspectos más amplios de nuestra Tierra». Un buen ejemplo, dice, es el hielo que se forma sobre charcas y lagos antes de que quede sepultado por la nieve.

Kajita lleva tomando fotografías del hielo desde 2010 para su proyecto Ice Formations: «Muchas de las formaciones son burbujas de metano y dióxido de carbono retenidas en el hielo. Cuando el agua se congela, se transforma lentamente en hielo desde la superficie y va atrapando los gases». La escarcha y los copos de nieve que caen sobre el hielo añade a estas fotografías —de entre 25 y 75 cm de diámetro— un halo blanco. Comparte su interés con los científicos ya que el metano está considerado uno de los principales causantes del efecto invernadero y estudian esas burbujas en relación con el cambio climático. La fusión del permafrost avanza imparable y él se acumulan toneladas de metano y CO2 que podían quedar liberadas y agravar aún más el problema.

Francisco de Goya (1747-1828): Autorretrato pintando, ca. 1799Francisco de Goya (1747-1828): Autorretrato pintando, ca. 1799.
Óleo sobre lienzo, 40 x 27 cm.
Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1166.


Goya busca la variedad en sus autorretratos lo mismo que en los demás géneros. Acentúa el lado derecho de su cara en ocho de las obras de este tipo; en otras ocho, el lado izquierdo; y en uno mira de frente. Lo normal es que la luz venga a iluminar el lado de la cara que más le interesa, pero no es siempre así. Cuando se representa ofreciendo un boceto al conde de Floridablanca, o pintando a la familia del infante don Luis, o la de Carlos IV, coloca su rostro (como es natural) a la sombra, para no distraer la atención de los personajes principales. Curiosamente, también lo deja en penumbra en este Autorretrato pintando de la Academia. Aquí lo vemos contra el fondo luminoso de una gran ventana, o sea, a contre jour, como dicen los fotógrafos, y en este caso el resultado es aumentar el misterio y hacer que tengamos que escrutar aún más su rostro.

La variedad en sus autorretratos se da no sólo en el enfoque sino también en las medidas y en la intención de estas obras. Con respecto a las tradiciones principales de los autorretratos —la del artista trabajando y la del artista como personalidad sin accesorio alguno que declare su profesión— hay cinco cuadros en los que Goya está pintando (y tres de ellos son los ya mencionados retratos de grupo), y doce sin indicación de la profesión de artista. Con respecto a las dimensiones de estas representaciones, nueve son más o menos de tamaño natural, ya sean cabezas, bustos o retratos de medio cuerpo, y ocho pequeños o muy pequeños. Parece claro que la tendencia de Goya es poner de relieve cada vez más su experiencia personal, examinando la naturaleza de su ser más que las posibilidades de su carrera. Parece que necesitó consultar su cara con cierta frecuencia entre 1771 y 1800: trece veces en total. En cambio, con el nuevo siglo, a partir de 1801, escasean las consultas o no han sobrevivido los autorretratos que pudiera haber hecho. Seguramente Goya hacía lo mismo que la mayoría de los humanos: nos escudriñamos menos en el espejo según avanzan los años y nos preocupamos menos por nuestra imagen y más por la realidad de la vida en declive.

Su Autorretrato pintando es una obra llena de ironía o misterio. Se trata de un cuadro de pequeño formato en el que se representa al artista trabajando en un lienzo mucho mayor que él mismo, lienzo que podría ser, pongamos por caso, el de La familia de Carlos IV en el que la cabeza de Goya, por cierto, aparece en la misma postura, igualmente ensombrecida, aunque sin sombrero. La luz ilumina la parte superior del pie derecho y la posterior de las calzas de la pierna izquierda: calzas largas muy ajustadas a las piernas y de una sola pieza, siguiendo el estilo que empezaba a introducirse a fines de los años ochenta y durante los noventa del siglo XVIII en Europa (The Pictorial Encyclopaedia of Fashion 1958, figs. 322 y 353). El mismo Goya las emplea en algunos de sus dibujos satíricos: Mascaras crueles y Humildad contra soberbia, por ejemplo (Gassier y Wilson [1970] 1974, núms. 415 y 433). Por cierto, en el primero de estos dibujos las calzas o pantalones se llevan con una chaqueta bastante corta, aunque no tanto como la que viste Goya en este autorretrato. Lo normal, sin embargo, era llevar una casaca o frac bastante largo con este tipo de pantalones. El sombrero que Goya se ha puesto, en cambio, es para el estudio y no para la calle: para poder ver mejor, y no para ser visto. Tiene pequeños tubos o candeleras para llevar velas, para dar una iluminación especial dentro de la casa. Según el hijo del artista, Javier Goya, su padre se servía de este aparato para poner los últimos toques en los cuadros con luz artificial. He aquí, pues, otro elemento raro en esta pequeña composición. Es como si el artista quisiera demostrar su capacidad para estimular la imaginación del espectador con un mínimo de luz (aparte de la ventana misma) y muy poco color. Todo son blancos, ocres, tierras, grises y negros, subiéndose el tono tan sólo un poquito en el rojo apagado de la chaqueta, y los pálidos azules de algunos objetos en la mesa, que aumentan el interés del cuadro según nos acercamos a la cabeza del artista. Por el tono apagado que tiene el autorretrato parece la antítesis de La familia de Carlos IV, con sus muchos brillos, su variado colorido, y sus grandes dimensiones.

El sombrero para luces —luces que Goya no necesitaba para este autorretrato— es emblemático de la inventiva del artista y de su deseo de captar lo mejor posible los efectos del claroscuro. Tuvo por lo menos un precursor distinguido en su empleo: Miguel Angel. Según Giorgio Vasari, este último se servía de un invento similar para trabajar con el cincel: hizo un casco de cartón «y puesto un candil encima en el medio, que daba luz dondequiera que él trabajase», pudo seguir trabajando y usar las dos manos para esculpir. Sabemos de otro caso en Francia en tiempos de Goya, el del pintor Louis Girodet, y parece que el culto al sombrero de velas siguió teniendo devotos más adelante, ya que dicen que Vincent van Gogh usaba un truco parecido para terminar algunos de sus cuadros (Harris 1983, p. 512).

Fuente texto: Catálogo exposición El retrato español. Del Greco a Picasso.

Artículos más leídos en los últimos 7 días (semana 16-2020)
1. COVID-19: Adiós globalización, empieza un mundo nuevo. John Gray, filósofo político, es catedrático emérito de Pensamiento Europeo en la London School of Economics. Su último ensayo publicado es ‘Siete tipos de ateísmo’ (2019, editorial Sexto Piso). Traducción de News Clips. Este artículo apareció en la edición especial de primavera de ‘New Statesman’.
2. COVID-19: ¡No nos cuenten cuentos!. Nicolás Redondo Terreros ha sido dirigente político.
3. COVID-19: Pedro el sepulturero o a quien insulta Vox. Nuria Labari.
4. COVID-19: El Departamento de Estado había advertido sobre problemas con experimentos de coronavirus en Wuhan. Josh Rogin is a columnist for the Global Opinions section of The Washington Post. He writes about foreign policy and national security. Rogin is also a political analyst for CNN. He previously worked for Bloomberg View, the Daily Beast, Foreign Policy, Congressional Quarterly, Federal Computer Week and Japan’s Asahi Shimbun newspaper.
5. COVID-19: Bienaventurados y malaventurados. Javier Gómez de Liaño es abogado. Fue magistrado de la Audiencia Nacional y miembro del Consejo General del Poder Judicial.
6. Reflexiones: Literofobia. Antonio Escohotado es escritor. Su último libro es Mi Ibiza privada (Espasa).
7. COVID-19: Las puertas de la pandemia. Pedro Jordano es profesor de investigación del CSIC en la Estación Biológica de Doñana y profesor asociado de la Universidad de Sevilla. Actúa como secretario del jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación.
8. COVID-19: Cuando se acaba el recreo. Félix Ovejero es profesor de Ética y Economía de la Universidad de Barcelona. Su último libro es La deriva reaccionaria de la izquierda (Página Indómita).
9. COVID-19: Matrimonios de conveniencia. José Manuel García-Margallo y Marfil, ex ministro de Exteriores, eseurodiputado.
10. COVID-19: Ambición de césar en una España confinada. Francisco Rosell, director de El Mundo.

Una cría de elefante huérfana recibe los mimos de un cuidador en el Santuario de Elefantes Reteti. Fotografía: Ami Vitale.
Una cría de elefante huérfana recibe los mimos de un cuidador en el Santuario de Elefantes Reteti. Fotografía: Ami Vitale.

Un movimiento conservacionista centrado en las comunidades locales está tomando un gran impulso en el norte de Kenia donde está surgiendo una nueva forma de proteger la vida salvaje. No se trata tan solo de preservar los recursos naturales sino de crear empleo y nuevas oportunidades para las personas que habitan esas zonas.

Namunyak Wildlife Conservancy en el condado de Samburu, en el norte de Kenia, alberga el primer orfanato de elefantes de propiedad comunitaria en África. El Reteti Elephant Sanctuary fue inaugurado oficialmente por el gobernador del condado de Samburu, SE Moses Lenolkulal, el 20 de agosto de 2016.

El refugio se estableció con el objetivo de rescatar y después liberar en la naturaleza crías de elefante huérfanas y abandonadas, mientras que al mismo tiempo generaba beneficios para las comunidades que viven junto a ellos. El proyecto va más allá de los métodos tradicionales de conservación ya que busca la recuperación de sus paisajes y la coexistencia con la fauna salvaje. Se demuestra así que la naturaleza puede proporcionar una economía sostenible para las poblaciones que ocupan estos maravillosos ecosistemas.

Minas de potasa que socavan Berezniki (Siberia). Fotografía de Edward Burtynsky
Minas de potasa que socavan Berezniki (Siberia). Fotografía de Edward Burtynsky

La época del Holoceno comenzó 11.700 años antes del año 2000 cuando el manto de hielo de la última glaciación retrocedió. Geólogos y otros científicos del Grupo de Trabajo Antropoceno creen que hemos dejado atrás esta época y entrado en una nueva: el Antropoceno. Su argumento es que los humanos se han convertido en la fuerza más transformadora del planeta y que la evidencia de esto es abrumadora. Terraformación de la tierra a través de la minería, urbanización, industrialización y agricultura; la proliferación de presas y el desvío de vías fluviales; CO2 y acidificación de los océanos debido al cambio climático; la presencia generalizada en todo el mundo de plásticos, hormigón y otros tecnofósiles; tasas de deforestación y extinción sin precedentes: estas actividades humanas, argumentan, tienen un alcance tan enorme que ya han entrado y perdurarán en el tiempo geológico.

Hemos llegado a este momento sin precedentes en la historia planetaria. Los humanos ahora modificamos la Tierra y sus procesos más que todas las demás fuerzas naturales combinadas. El Proyecto Antropoceno es un trabajo multidisciplinario en el que participan Nicholas de Pencier, Edward Burtynsky y Jennifer Baichwal. Combinando fotografía artística, cine, realidad virtual, realidad aumentada e investigación científica, el proyecto investiga la influencia humana en el estado, la dinámica y el futuro de la Tierra.