Miércoles, 7 de octubre de 2020

La conocida popularmente como la Torre Nueva fue el primer gran edificio construido en Zaragoza tras el descubrimiento de América. Estaba tan inclinada como su homóloga en Italia, pero era 35 metros más alta que esta, lo que la convirtió en el símbolo más importante de la ciudad y uno de los más curiosos de España desde su construcción en 1512 hasta su demolición en 1893.

La Torre Nueva (hacia 1860). Charles Clifford
La Torre Nueva (hacia 1860). Charles Clifford
La Torre Nueva (1881). Anselmo María Coyne.
La Torre Nueva (1881). Anselmo María Coyne
Vista de la Torre Nueva y de la Iglesia de San Felipe (1892). Estudio Coyne
Vista de la Torre Nueva y de la Iglesia de San Felipe (1892). Estudio Coyne
Vista de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Pilar desde la Torre Nueva (1892). Estudio Coyne
Vista de la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Pilar desde la Torre Nueva (1892). Estudio Coyne

El periódico ABC tiene una sección llamada Historia en la que se desgranan acontecimientos y curiosidades del pasado. Muchos de ellos se apoyan en la centenaria hemeroteca de dicho diario. Hace unos días me llamó la atención que pusieran el foco en una torre que no conoce casi nadie a pesar de haber sido un hito en la arquitectura no solo peninsular sino también europea. Su título lo dice todo: La gigantesca y desaparecida torre inclinada (más alta que la de Pisa) que coronó Zaragoza durante siglos (artículo en PDF).

A finales del siglo XX se construyó un primer monumento conmemorativo en el lugar en el que había estado la torre. Hoy tan solo queda una marca en el pavimento del perímetro de la torre, una escultura de un muchacho que la contempla sentado en el suelo, como si aún existiese, y un mural que la recuerda.