Viernes, 14 de octubre de 2022

Entre finales del siglo V y comienzos del siglo IV a.C. tuvieron lugar ciertos ritos que consistieron en destruir y sellar una serie de edificios monumentales situados en el curso medio del río Guadiana, en Extremadura. De aquellas estructuras solo quedaron los túmulos, montículos artificiales bajo los cuales yacían los restos arquitectónicos. El primero en descubrirse y excavarse fue Cancho Roano (1978); años más tarde, en 2014, fue localizado un segundo conjunto monumental en la finca Casas del Turuñuelo, de Guareña (Badajoz). Dada su ubicación, próximo a la desembocadura del río Búrdalo (comarca de las Vegas Altas del Guadiana), es muy probable que desde allí se controlara un extenso territorio.

Desde la primera campaña de excavaciones este edificio único en el área geográfica del Mediterráneo occidental ha venido ofreciendo sorpresa tras sorpresa. En la actualidad, expertos de una veintena de instituciones colaboran en la exploración para desentrañar todos sus secretos.

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