Macarena: el éxito que desató la locura por bailar

Fue el año de la caída del narcotraficante Pablo Escobar, la creación del mercado único europeo y la pinta de cerveza a 1,54 libras. Ah, y la Macarena. El tema que se convirtió en un fenómeno de baile mundial, con cientos de personas moviéndose al ritmo de su vibrante ritmo en las calles, fiestas, bodas y otras celebraciones, fue lanzado por primera vez por el dúo español Los del Río en 1993. En su versión inicial, «Macarena» se compuso a ritmo de flamenco y alcanzó un modesto éxito.
Fue escrita sobre una mujer del mismo nombre. Según cuenta la historia, fue concebida mientras el grupo andaluz, que llevaba junto desde 1962, estaba de gira por Sudamérica. En una fiesta privada en Venezuela, a Antonio Monge se le ocurrió espontáneamente el estribillo de la canción, inspirado por los movimientos de una profesora de flamenco en la pista de baile. La animó, exclamando: «¡Diana, dale a tu cuerpo alegría y cosa buena!». Más tarde, Monge cambió el nombre a «Macarena» cuando el grupo publicó la canción, en honor a su hija.
En 1993 se editó en España una remezcla house a cargo de Fangoria, pero fue la remezcla de 1995 a cargo de los Bayside Boys, con ritmo dance y letra adicional en inglés, la que se convirtió en el emblemático número que hoy conocemos, abriendo con esos acordes de sintetizador puntuados, reconocibles al instante. Jammin Johnny Caride, una personalidad de la radio de Miami, hizo la remezcla después de que los asistentes a la discoteca en la que ejercía de DJ le pidieran el tema original; los propietarios de la discoteca pidieron a Caride que creara una versión bailable.
La remezcla alcanzó el primer puesto de la lista Billboard Hot 100 en 1996 y permaneció en él durante 14 semanas, uno de los números uno más largos de la historia de la lista. En el Reino Unido alcanzó el número dos, sólo superado por «Wannabe» de las Spice Girls. El vídeo de la remezcla funcionaba como un tutorial de baile, con 10 jóvenes con poca ropa que seguían los pasos junto con Los del Río, vestidos de traje, canturreando ante micrófonos de la vieja escuela.

Ningún estadio se libró de la contagiosa canción y su correspondiente rutina de baile. La canción se popularizó en Estados Unidos durante la Convención Nacional Demócrata de 1996, en la que los asistentes bailaron alegremente el número en sus asientos antes del acto.
La popularidad de la canción y su perdurable legado plantean la siguiente pregunta: ¿qué necesidad o anhelo humano satisfacen éxitos de moda como este, el «Gangnam Style» de Psy de 2012 o el éxito de 1978 de los Village People «YMCA»? En 2015, investigadores de la Universidad de Oxford publicaron un estudio sobre 264 jóvenes brasileños y descubrieron que el baile sincronizado colectivo elevaba los umbrales del dolor y fomentaba la conexión y la amistad. El aumento de los umbrales del dolor indicaba la liberación de endorfinas, mientras que la mayor cercanía con los compañeros de baile se medía por el aumento de los sentimientos de simpatía, confianza interpersonal y voluntad de ayudarse mutuamente. Este estudio explica en parte por qué canciones como «Macarena» se ponen tan de moda; su accesible secuencia de movimientos puede enseñarse fácilmente a niños y amigos y, cuando se baila al unísono, ayuda a disolver fronteras y nos hace sentir más «juntos».
Hoy en día, las breves rutinas de baile que se hacen virales en TikTok y desencadenan una avalancha de vídeos de imitación indican la atracción de la Generación Z por secuencias pegadizas similares, pero estos clips aislados carecen de la energía cinética y presencial de las rutinas de la vieja escuela realizadas en carne y hueso.
"Macarena" se convirtió en un regalo que nunca se acaba. Sólo en 2003, una década después de su lanzamiento original, Los del Río ganaron 250.000 dólares en derechos de autor. Entre las versiones más populares figuran la del dúo canadiense Los del Mar, de 1995, y la de GrooveGrass Boyz, de música country, publicada dos años después. Entre las remezclas más recientes figuran una versión rap de Tyga y Ozuna de 2020, una versión dance-dance jamaicana de Jay-5, publicada en 2015, y una versión de 2016 del dúo cubano Gente de Zona, en colaboración con Los del Río.
«Macarena» se ha convertido en una de esas canciones atemporales que entran en la conciencia colectiva, incluso para la generación nacida después de su lanzamiento, que parece conocer los pasos de baile como por ósmosis. ¿Y la letra? Es bastante picante para los años 90, ya que alude a la infidelidad de Macarena a su novio, Vitorino: «Vamos, ¿qué se supone que tenía que hacer yo? Supongo que todos estábamos demasiado ocupados siguiendo los pasos como para escuchar con atención.
The paperback edition of ‘The Life of a Song: The stories behind 100 of the world's best-loved songs’, edited by David Cheal and Jan Dalley, is published by Chambers. Music credits: Serdisco; Konno; Last Kings/Columbia/Sony; Hot Box; Sony/Magnus Media.