Si en el mundo de la música de la segunda mitad del pasado siglo buscásemos una guitarra brillando con luz propia por encima de todas las demás, ésta sería indiscutiblemente Lucille. Y no porque se trate de una guitarra técnicamente superior a las otras, mejor construida, con un sonido más bello o una apariencia más atractiva, Lucille simplemente brilla con esa fuerza porque las manos que la sostenían son las de un músico genial: B. B. King.
Mikel Jurado
I Can't Stop Loving You:
[B.B. King & Diane Scuur: Hearth to Hearth (11 temas)]