Y fui de pachanga con los amigos. Tomamos y tomamos. Cerveza, mezcal, más cerveza. Y bailamos. Las muchachas nos sirvieron atole ardiendo y comimos muertitos de azúcar. El viento zarandeaba guirnaldas y polleras. Nuestros deseos agitados también. Tomamos más cerveza y más mezcal. Y bailamos con las muchachas y bailamos solos hasta sudar toda la cerveza y todo el mezcal. Por una monedita. La suerte me sonrió por una vez y por una monedita dobló sus piernas y pude ver su rodilla y la promesa de esa enagua blanca como la muerte. Desde entonces me veo morir. Por primera vez me siento morir. Porque tuve mala catadura hasta para desangrarme borracho en mitad de las basuras. Desde esa noche tomo para recordar con claridad una promesa feliz. Desde esa noche me siento menos muerto y menos dulce. Amargo casi, como mezcal, como la vida de los vivos.
Por Antón Ansón. 2002.
Créditos fotografía: México City, 1945. Gelatino bromuro de plata, 26,4 x 17,2 cm. Colección Julio Álvarez Sotos.
Fuente: Catálogo de la exposición «Mirar al mundo otra vez».Galería Spectrum Sotos, 25 años de fotografía.