Fotografía Personal (Continuación)

Torre de Fusileros (Canfranc, Huesca)
Localización: Torre de Fusileros (Canfranc, Huesca) - Fecha: 15/12/2012 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 70 mm - Diafragma: f/9 - Velocidad de obturación: 1/125s - Sensibilidad ISO: 200.

A pesar de datar del último cuarto del siglo XIX, el conjunto adquiere un aspecto medieval que se acentúa en los días de invierno cuando su pétrea mole se recorta contra el horizonte y las nubes cubren el cielo. Está situada en la carretera N-330, muy cerca de Canfranc-Estación, y es una de las dos torres de fusilería que se comenzaron a construir en 1879.

El proyecto se aprobó por Real Orden de 19 de marzo de 1878 y contemplaba la construcción de dos torres situadas al sur del fuerte Coll de Ladrones, fuerte que domina desde las alturas el paso hacia el sur. Hoy solo queda una ya que la otra fue derruida en 1910 cuando se construyó la boca del túnel ferroviario. Diseñado por el capitán José San Gil, tenía como objetivo defender un posible ataque francés a través de la carretera que unía Zaragoza con Francia por el puerto de montaña de Somport. Tenía capacidad para una guarnición de 25 hombres y contaba con cuarto para oficial, enfermería, calabozo y leñero.

La edificación tiene una planta elíptica, foso perimetral, que se salvaba mediante puente levadizo, y cuatro plantas en torno a un patio central. En el exterior presenta tres galerías con aspilleras, la central enmarcada por una galería de arcos.

Trasmoz (Moncayo)
Localización: Trasmoz (Zaragoza) - Fecha: 30/11/2012 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 70 mm - Diafragma: f/7.1 - Velocidad de obturación: 1/125s - Sensibilidad ISO: 200.

En las faldas del Moncayo surge el castillo de Trasmoz, un pueblo donde la brujería y el paganismo camparon a sus anchas desde tiempo remotos.

Una historia que nos describe Nacho Caballero en el artículo Brujería y paganismo en Trasmoz, el único pueblo excomulgado de España:

Un vasto manto de oscuridad envolvió al minúsculo pueblo de Trasmoz en 1512. Un conflicto que tiene su origen en un problema de riego, provocó que el Monasterio de Veruela lanzara una maldición a esta pequeña aldea maña situada a las faldas del Moncayo y custodiada por un imponente castillo. Pero no sólo arrastra esta condena, sino que, doscientos años antes, fue excomulgado del catolicismo por los siglos de los siglos y no ha encontrado su revocación en los últimos meses de vida de 2019.

El halo de misterio que se apropió de este diminuto pueblo no sólo perdura, sino que se ha extendido como la pólvora. Una historia que hace las delicias de los idólatras de lo oculto. Un destino que embruja al turista que se atreve a deslizarse por sus calles vacías de humanidad, pero plenas de enigmas y un embaucador romanticismo becqueriano.

Trasmoz es una especie de pueblo ‘maldito’ que, siete siglos y medio después de ser condenado, continúa excomulgado por la Iglesia Católica. El motivo fue que se negó a someterse al poderoso monasterio de Veruela, el primero de la orden cisterciense de Aragón. A partir de ese momento se han sucedido una serie de acontecimientos que llaman a visitar y aprender de su historia:

Con la Iglesia toparon

En 1255, el abad del Monasterio de Veruela, Andrés de Tudela, arrancó el catolicismo de cuajo de las vidas de los vecinos de Trasmoz. El motivo de este castigo divino halla su explicación en un conflicto por la leña. El clérigo, hastiado de las discusiones con los habitantes del pueblo por la provisión de madera del Monte de la Mata, excomulgó a la aldea, apartándola del Reino de los Cielos para toda la eternidad.

Pero Dios le tenía preparado un destino aún más cruel para la supersticiosa población que moraba por aquel pueblo rebelde. Casi tres siglos más tarde, de nuevo, el Monasterio de Veruela, dirigiría sus iras contra los habitantes de Trasmoz. Esta vez, la leña se sustituía por el agua como eje de un nuevo conflicto con la Iglesia.

El señor de Trasmoz en 1511, Pedro Manuel Ximénez de Urrea, se enfrentó al abad del Monasterio debido a que el curso del agua transitaba por zonas que pertenecían al convento. Los clérigos de Veruela desviaron la natural circulación del agua y esta no llegaba a las familias trasmoceras. Las Cortes de Aragón mediaron en el conflicto en favor del señor de Trasmoz. Pero al abad hizo oídos sordos y maldijo al pueblo.

Según relatan algunos expertos, el abad, en plena madrugada, cubrió el crucifijo del altar con un velo negro y recitaron el salmo 108 de la Biblia – una maldición de Dios contra sus enemigos -. Cada frase iba acompañada de un toque de campana para que los vecinos del pueblo lo escuchasen y constase en acta. Trasmoz fue maldita con nocturnidad y alevosía.

Fiestas paganas

Desde entonces, la leyenda ha marcado con letras tétricas y negras al pueblo de Trasmoz. Brujas, aquelarres, nigromancia… Todas las actividades insalubres para el alma humana transcurrían entre las lindes de esta aldea incómoda para los vecinos con hábito que moraban a escasos kilómetros.

Las oscuras leyendas sobre este área de terreno maldito han perdurado hasta nuestros días. Incluso han inspirado a algunos de los grandes autores de la literatura española. El misterio que envolvió a este pueblo y las supersticiones propias de tiempos pasados en los que el temor a un Dios que les había abandonado se sobreponía a la razón.

Leyendas Románticas

El paso del tiempo moldeó y alimentó estos mitos a su antojo, habitando de por vida en el imaginario colectivo de los trasmoceros y, por supuesto, del resto del país. Pero las llamas de estas leyendas se vieron avivadas gracias a la maestría de un enfermo Gustavo Adolfo Bécquer.

En pleno Romanticismo, el poeta y escritor sevillano, se mudó durante un tiempo al ínclito Monasterio de Veruela para respirar el aire puro que le despojara de la tuberculosis que le perseguía desde 1857. Un lugar idóneo para un romántico, tan apasionado de lo oculto y lo fantástico.

Durante su estancia en el pueblo, Bécquer gestó algunas de sus narrativas más emblemáticas, como el relato de la Tía Casca. En Cartas desde mi Celda, el poeta andaluz, a caballo entre un relato y una crónica periodística, cuenta las andanzas de este misterioso y ‘peligroso’ personaje que habitaba en Trasmoz.

“Los sábados, después de que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de las ánimas, unas sonando panderos, y otras, añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre escobas, los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesas como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros de la ruinosa atalaya que corona la cumbre del monte”. Así relató Bécquer la información que en este pagano resquicio de España pudo recabar.

En la actualidad, la historia de Trasmoz sigue presente, aunque no muchos conocen sus sutilezas. De hecho, Javier Olivares realizó un pequeño homenaje a esta desconocida historia de nigromancia y paganismo en su magistral creación que lleva por título El Ministerio del Tiempo. En el capítulo Tiempo de Hechizos (3x03), se narra con precisión quirúrgica lo acontecido en esta aldea condenada, a la par que presenta la figura de un Gustavo Adolfo Bécquer atraído por la historia de Trasmoz.

Incluso ha merecido la atención de Cuarto Milenio: La historia y magnetismo de la localidad zaragozana de Trasmoz siguen vivos:

Normalmente, esta sección hace honor a su título y solo consta de una fotografía más el correspondiente texto explicativo. Esta vez, sin embargo van a encontrarse con varias imágenes del llamado Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña.

Tras el incendio en 1675 que arrasó casi por completo el Real Monasterio de San Juan de la Peña, se inició la construcción de un nuevo monasterio en el Llano de San Indalencio, una pradera muy cercana al viejo monasterio. Estuvo ocupado hasta el año 1835 y llegó al siglo XXI en estado de ruina. Fue restaurado gracias al interés del Gobierno de Aragón por el lugar y hoy en día se ha convertido en un espacio rehabilitado que recibe numerosas visitas.

En su interior, una estructura de cristal por la que se puede caminar permite ver bajo nuestros pies las diferentes dependencias de lo que fue el Monasterio: cocina, botica, refectorio, despensa, ... todas ellas ambientadas con figuras de frailes a tamaño natural así como los correspondientes utensilios. Además, paneles informativos, pantallas táctiles e imágenes en 3D permiten descubrir la vida cotidiana de los monjes. Por último, en un edificio anexo, podemos visitar la reconstrucción de las otras dependencias como la panadería o la herrería.

Por su parte, el Centro de Interpretación del Reino de Aragón es un espacio interactivo integrado en la iglesia barroca de este nuevo monasterio. A través de grandes pantallas móviles adaptadas a la arquitectura del templo, un espectacular audiovisual nos narra las claves del origen del Reino y la Corona de Aragón, con sorprendentes efectos de luces, sonido, maquetas, plataforma móvil de asientos... La narración, de 45 minutos de duración, nos adentra en la historia y las raíces de Aragón desde sus orígenes y relata cómo San Juan de la Peña fue un emplazamiento clave para el destino de esta tierra.

Localización: château de Pau (Francia) - Fecha: 11/10/2007 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/9 - Velocidad de obturación: 1/100s - Sensibilidad ISO: 200.
Localización: château de Pau (Francia) - Fecha: 11/10/2007 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/9 - Velocidad de obturación: 1/100s - Sensibilidad ISO: 200.

Aunque mi primera visita a Pau transcurrió hace ya catorce años, recuerdo perfectamente la sensación de contemplar una ciudad abandonada y triste. Tal vez influyera que la mañana amaneció con el cielo nublado y con muy poca gente por las calles. Tan solo el castillo y la Église Saint-Jacques destacaban entre unos edificios que parecían presagiar la crisis económica que se acercaba.

Por fortuna, a media mañana asomó el sol entre las nubes y un poco más tarde el «Foie gras», la «garbure» y el «poule au potel» subieron la temperatura del cuerpo. Además, una de las visitas guiadas en el castillo era en español, lo que hacía más fácil y comprensible el paseo entre sus muros. En la actualidad, por lo que he podido comprobar, al menos este año del 4 al 10 de diciembre inclusive (excepto el 8), los tours de las 15:15 serán comentados en español.

Por lo demás, la web del castillo (solo en francés) contiene las secciones habituales, incluyendo el apartado «Découvrir» (Historia - Habitaciones).

Les monuments aux morts (Pau, Francia)
Localización: Les monuments aux morts (Pau, Francia) - Fecha: 11/10/2007 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/9 - Velocidad de obturación: 1/125s - Sensibilidad ISO: 200.

Si hay algo que une a todos los franceses es su historia. Por ello, recordar a sus muertos les llena de orgullo. En algunos casos, como el presente, tal honor llega a los españoles que combatieron junto a ellos:

Aux combattants Républicains Espagnols morts pour la France, avec l’hommage rendu par de Charles de Gaulle, à Toulouse le 7 Septembre 1944 : «En vous je salue vos braves compatriotes pour votre courage pour le sang verse la liberte et pour la France»

Más información en Les monuments aux morts.

Iglesia de San Adrián de Sasabe
Localización: Iglesia de San Adrián de Sababe (Borau, Huesca) - Fecha: 04/01/2007 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 70 mm - Diafragma: f/6.3 - Velocidad de obturación: 1/125s - Sensibilidad ISO: 200.

La historia de la iglesia de San Adrián de Sasabe, de origen visigótico, está llena de misterios y leyendas que vinculan su emplazamiento con fuerzas telúricas. Se sabe que formó parte de uno de los monasterios más importantes de la historia de Aragón y que fue sede de la Diócesis de Huesca mientras la ciudad estuvo bajo dominio musulmán.

Según la leyenda, este monasterio fue una de las ubicaciones del Santo Grial en el Pirineo en su viaje a San Juan de la Peña y posteriormente a la Catedral de Valencia. A mediados del siglo XI (1050), Ramiro I reformó el cenobio, cuya ubicación en la confluencia de los barrancos Calcil y Lupán, nacimiento del río Lubierre, ha sido históricamente un foco de problemas para su conservación. Las habituales avenidas del curso fluvial dejaron prácticamente enterrado durante siglos el edificio, que no fue rescatado hasta los años 1957-1961. Cuatro años después fue declarado Monumento Nacional.

El edificio es de una gran austeridad y sencillez. Consta de nave única con techumbre de madera cerrada en ábside semicircular de bóveda de horno. En San Adrián de Sasabe es posible apreciar con claridad las relaciones entre el románico jaqués y el lombardo, sobre todo en el exterior del ábside y en la portada principal. En ambas se utilizan relieves ornamentales como las palmetas o el ajedrezado, típico elemento del románico jaqués, extendido posteriormente a través del Camino de Santiago.

El Gobierno de Aragón promovió entre los años 1990 y 2005 diversos trabajos de restauración que se centraron en la consolidación de la cubierta y de parte de sus muros, así como de los muros de la torre. También se recuperaron las tres puertas de acceso y se realizaron trabajos en la cubierta y las fachadas. Fue declarado Bien de Interés Cultural de Aragón en febrero de 2004.

Más información en La Guía digital del arte románico.

Localización: Nevera de Culroya (Fuendetodos, Zaragoza) - Fecha: 03/03/2012 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/9 - Velocidad de obturación: 1/160s - Sensibilidad ISO: 200.
Localización: Nevera de Culroya (Fuendetodos, Zaragoza) - Fecha: 03/03/2012 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/9 - Velocidad de obturación: 1/160s - Sensibilidad ISO: 200.

La nevera Culroya, que se encuentra a las afueras de Fuendetodos, es una estructura con bóveda de aproximación de hiladas construida en piedra seca y en su interior está excavada 6 metros en la roca. Su construcción data del siglo XVIII y fue rehabilitada por Gonzalo Torres y José Román Roche a principios de los años 90 del siglo XX.

Como su propio nombre indica, se trata de una «nevera» que se utilizaba para almacenar la nieve y conservarla durante meses. El proceso era sencillo: se introducía la nieve y se formaban capas compactadas. Entre una y otra se añadía una capa de paja que funcionaba como aislante. Llegado el verano, se iban cortando bloques de hielo que eran transportados hasta otros pueblos donde eran vendidos. Dicho transporte se realizaba a lomos de animales de tiro durante la noche y así evitar que se derritiera.

Método de construcción: La piedra caracoleña, una roca única para la construcción (Museo de Ciencias Naturales. Universidad de Zaragoza).

Localización: Cúpula de la Maqsura de la Mezquita de Córdoba - Fecha: 24/06/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/3,5 - Velocidad de obturación: 1/8s - Sensibilidad ISO: 400.
Localización: Cúpula de la Maqsura de la Mezquita de Córdoba - Fecha: 24/06/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/3,5 - Velocidad de obturación: 1/8s - Sensibilidad ISO: 400.

La cubierta que domina la maqsura presenta indudablemente uno de los elementos más interesantes desde el punto de vista arquitectónico y decorativo de la Mezquita de Córdoba. Inscribiéndose dentro de un esquema octogonal de 6 metros de diámetro, ocho arcos de finas nervaduras salientes se entrecruzan para sostener una cúpula de gajos. Estos arcos obedecen a un trazado en el que se encuentra el principio de dos cuadrados entrelazados, puestos en ángulo de 45º el uno respecto al otro, el mismo trazado de la Cúpula de la Roca, en Jerusalén. Observaremos, además, que dan origen a un sistema de abovedado que anuncia ya los arcos ojivales que revolucionarán la arquitectura en la época gótica.

Toda esta cubierta compleja, sabiamente construida, está revestida de magníficos mosaicos con fondo de oro, que son, lo mismo que la decoración de teselas que rodea el mihrab, obra de artistas bizantinos. Como en la Cúpula de la Roca y en la Gran Mezquita de los Omeyas, unos artesanos venidos de Constantinopla llevaron a cabo la decoración de Córdoba. El califa al-Hakam II había recibido del basileus Nicéforo Focas (963-969) unos equipos de mosaiquistas encargados de llevar a cabo los adornos de oro que rodean el «Sancta sanctórum» de su mezquita.

El arte de estos artesanos cristianos es por otra parte más abstracto —y se distingue así de los paisajes que adornan el patio de la Gran Mezquita de Damasco— ya que Constantinopla había atravesado dos crisis iconoclastas (730-787 y 815-843). Parece ser que, sensibles a las críticas hechas por los musulmanes que lamentaban el olvido por parte de los cristianos del segundo Mandamiento del Decálogo, ciertos teólogos bizantinos habían favorecido la difusión de los principios iconoclastas.

Sea como fuere, en la Córdoba del siglo X, lo mismo que en Oriente Próximo, la situación política y los acontecimientos militares no vienen a perturbar una forma de cooperación artística eficaz entre los califas omeyas y el poder imperial bizantino. Éste es un punto que merece ser subrayado, porque es revelador de una relación espiritual existente entre las dos comunidades religiosas. Estamos lejos del fanatismo que conocerán, posteriormente, las relaciones entre musulmanes y cristianos, tanto en la época de las cruzadas en Oriente Próximo como al final de la reconquista en España.

Río Támesis a su paso por Londres
Localización: Río Támesis a su paso por Londres - Fecha: 21/09/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/8 - Velocidad de obturación: 1/80s - Sensibilidad ISO: 200.

El río Támesis recorre 346 Km desde su lugar de nacimiento en el condado de Gloucestershire hasta la desembocadura en el mar del Norte. Fue declarado biológicamente muerto en 1957 por el el Museo de Historia Natural de Londres.

Parte del sistema de cloacas victoriano fue destruido durante la II Guerra Mundial lo que provocó la degradación del río y no fue hasta la década de los 60 cuando se tomaron las primeras medidas para recuperar su salud. Aún hoy persisten los problemas, tanto los tradicionales (aguas residuales, contaminación industrial, etc.) como alguno reciente (plásticos). Sin embargo, los peces ha regresado y ello es indicativo de su recuperación.

Por otra parte, una mayor conciencia ambiental ha provocado un giro de 180 grados en la políticas públicas así como la aparición de organizaciones no gubernamentales, como Thames21, que promueven la recuperación de las vías fluviales. Asimismo, las actividades lúdicas alrededor del río, como Thames Path, han prosperado en estos últimos años. Este sendero sigue al río Támesis desde su nacimiento hasta la barrera sobre el río en Charlton, al sureste de Londres. Tiene aproximadamente unos 300 Km de longitud. Se propuso por primera vez en 1948, pero solo se abrió en 1996.

En cuanto a las infraestructuras, cabe destacar el Thames Tideway Tunnel, un proyecto clave para la modernización de la red de alcantarillado de Londres y en el que, por cierto, participa una empresa con sede en Madrid. Me refiero a Ferrovial. En su página podemos leer una reseña de la obra y un video explicativo (en español).

Karla Frechilla: «Abrazo de vida»
Localización: Expo 2008 (Zaragoza, España) - Fecha: 12/09/2008 - Cámara: Nikon D80 - Distancia focal (DX): 18 mm - Diafragma: f/8 - Velocidad de obturación: 1/60s - Sensibilidad ISO: 200.

Hace ya 13 años, desde el 14 de junio al 14 de septiembre de 2008, se celebró en Zaragoza una Exposición Internacional  cuyo eje temático fue «Agua y desarrollo sostenible». De aquella celebración he seleccionado esta foto de entre todas porque el botijo es un elemento tradicional español cuya utilidad no es otra que refrescar el agua, haciéndolo de una forma económica y ecológica..

El botijo, llamado "Abrazo de vida", es obra de la escultora madrileña Karla Frechilla y estuvo expuesto en el recinto de la EXPO durante su celebración. Si no estoy equivocado, esta obra ya no se puede contemplar en Zaragoza ya que se trató de una cesión temporal.

Para recordar o conocer lo que fue aquella EXPO, podéis consultar los siguientes sitios: