Hoy, en El PAÍs, el escritor Jordi Soler retrata los miedos y obsesiones de los norteamericanos en un artículo —los vigilantes— que no tiene desperdicio alguno. Proyectos como The Minuteman Project o la vigilancia mediante webcam de la frontera con México quedan a la altura del barro si los comparamos con la incitaiva tomada por el Departamento de Justicia del Estado de California. Se trata, en concreto de una página que permite situar e identificar a los delincuentes sexuales: California Sex Offenders Registry (en varios idiomas, incluido el español).
Gracias a la ley de Megan, este sitio propociona información detallada sobre miles de delicuentes sexuales y permite búsquedas por nombre, dirección, ciudad, código postal, condado, escuela y parque. Un mapa ayuda a situar a los delicuentes sexuales más cercanos a nuestra residencia, a una escuela o a un parque concreto mediante unos cuadrados azules. Al pulsar en uno de ellos el resultado es un nuevo marco con información detallada, incluida la fotografía, del delincuente.
¿Le gustaría a usted, como padre, conocer estos datos? ¿Incrementa la seguridad conocerlos? ¿Cómo afecta a los delincuentes su identificación pública?
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the big brother se manifiesta por doquier en un país que desprecia - también - el derecho a la intimidad y a la protección de datos personales.