Diálogo y Democracia:

La reunión del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el Lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, ha debido ser algo insulsa a la vista del comunicado que uno y otro han realizado. El interés de Zapatero por dialogar incluso con quien se salta las más elementales reglas del juego es encomiable, pero dos horas dan mucho de sí y la negativa de ambos a conceder una rueda de prensa tras la reunión nos lleva irremediablemente a la sospecha. Mantener cierta discreción cuando se busca una solución negociada con ETA es comprensible y lógica pero aquí hablamos de dos líderes políticos tratando de alcanzar acuerdos políticos tras unas elecciones. ¿O no? A lo mejor estamos equivocados e Ibarretxe ha acudido como mediador entre la banda asesina y el Estado. Al final, flaco favor le hacemos a la democracia con estos tejemanejes a la sombra que, además, sólo sirven para que el PP elabore y difunda la teoría conspirativa que más le agrade y convenga. Esta breve reflexión me lleva, creyendo que la ley debe pesar por igual sobre todas las personas, a la cuestión de si en el País Vasco no acabará triunfando el despotismo pues, de forma cada vez más notoria, tanto Ibarretxe como ETA-Batasuna confunden la ley con su santa voluntad: «El despotismo significa un estado de cosas en que ha desaparecido la ley y donde la voluntad particular como tal, de un monarca o de una multitud, cuenta como ley o, más bien asume el papel de la ley. Es precisamente el hecho de que todo en el estado está fijo y seguro lo que constituye un baluarte contra el capricho y la opinión dogmática» (Hegel: Fiolosofía del derecho, secciones 278, nota; 270, adición).

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