Cuando se hizo esta fotografía, habían pasado casi diez años desde el polémico rechazo de la Society of Independent Artist a exponer La Fuente de Duchamp (un urinario masculino de porcelana firmado por R. Mutt), que habría de convertirse en el emblema mítico de las vanguardias. Al realizar esta fotografía Wetson se incluía por derecho entre los creadores de vanguardia. De hecho, se convirtió en el padre de la fotografía moderna, en uno de los autores que más han influido en esa nueva mirada, esa nueva manera de ver las cosas y la realidad empleando la cámara como medio de creación.
Entre el urinario de Duchamp y el de Wetson había una diferencia: en el primer caso se trataba de un objeto real desplazado de su utilidad, de su contexto, para ser incluido en una exposición; es decir, un objeto cotidiano convertido en obra de arte. El evacuador de Weston no es real sino una representación fotográfica en la que los valores creativos fotográficos cuentan, por lo que la obra no es el objeto representado sino la fotografía.
A lo largo de su vida Weston se acercó en multitud de ocasiones a los objetos y las cosas que, hasta ese momento, no habían sido objeto de atención para los fotógrafos fuera del concepto genérico del bodegón, a imitación de la pintura. Su mirada cercana enriqueció profundamente y dio variedad a sus excelentes desnudos y paisajes, además de aportar nuevo sentido y significación a toda su obra, pues con estas fotografías nos dio la clave de su personal manera de interpretar la realidad a través de la cámara fotográfica.
Por Alberto Sánchez Millán. 2002.
Créditos fotografía: Excusado. México, 1926. Gelatino bromuro de plata, 23,5 x 18,8 cm. Copia realizada por Cole Weston. Colección Julio Álvarez Sotos.
Fuente: Catálogo de la exposición «Mirar al mundo otra vez».Galería Spectrum Sotos, 25 años de fotografía.