El ámbito privado de los ciudadanos invadido

Según publica EL MUNDO, «en la última reunión de la Comisión de Justicia del Congreso se aprobó, con los votos favorables de todos los partidos excepto del PSOE, una propuesta de la diputada del PNV Margarita Uria en la que se prevé que el Código Civil obligue a los hombres y mujeres a compartir las tareas domésticas». Yo además propongo que dichas tareas se cuantifiquen: diez puntos por fregar, quince puntos por cocinar, otros tantos por planchar,... De esta forma los jueces podrán condenar de forma objetiva al cónyuge que se escaquee. Y ya puestos en faena, podrían también regular quien hace los deberes con los niños, las horas en las que podemos ver la televisión o leer, cuando debemos acostarnos, etc. Todo ello me lleva a plantear la siguiente pregunta: ¿cómo pueden ser tan cretinos?

Como declaración de intenciones, la cooperación de los cónyuges en las tareas domésticas es muy loable pero su inclusión en el Código Civil como obligación representa una ilegítima intromisión en los asuntos privados de los ciudadanos. Dentro de dos semanas el Pleno del Congreso debatirá este asunto: ya veremos en qué queda porque el único grupo que se ha opuesto -el PSOE- ha anunciado, por medio de Julio Villarrubia, que «lo estudiará para ver qué actitud adopta cuando llegue la hora de votarlo en el Pleno.»

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