El Greco: Retrato de un pintor

Domenikos Theotokopoulos, El Greco (1541-1614): Retrato de un pintor (Jorge Manuel Theotocopuli), ca. 1603Domenikos Theotokopoulos, El Greco (1541-1614): Retrato de un pintor (Jorge Manuel Theotocopuli), ca. 1603.
Óleo sobre lienzo, 74 x 51,5 cm.
Sevilla, Museo de Bellas Artes, E-97-P

El Retrato de un pintor del Museo de Bellas Artes de Sevilla fue publicado por primera vez en el catálogo de la Galería Española de Luis Felipe, en donde ingresó procedente de la colección del restaurador y marchante Serafín García de la Huerta. Entonces se le tenía por autorretrato del Greco y como tal fue considerado durante todo el siglo XIX. Ya en 1900 Sanpere rechazó, a partir de la firma, que pudiera ser un autorretrato («no se comprende —escribía— que él mismo diga de su retrato Domenikos Theotokopoulos hizo») y expresó su convicción de que se trataba de un retrato de Jorge Manuel. Las bases de la argumentación de Sanpere eran muy débiles, ya que descansaban en el parecido que creía encontrar entre los rasgos del retratado y los de la Dama del armiño, a la que consideraba la esposa del Greco. Sin embargo, y a pesar de que Cossío la ignoró, catalogando el cuadro como Retrato de un pintor, la identificación propuesta por Sanpere fue recogida inmediatamente por otros autores y acabó por generalizarse.

Hoy la identificación, aunque no absolutamente segura, parece firmemente establecida a partir de tres datos: primero, la fecha del lienzo, que es con toda seguridad posterior a junio de 1600 (fecha en que Felipe III autorizó la utilización de «lechuguillas de a ochava [octava de vara] y con almidón») y que puede fijarse, por motivos estilísticos, entre 1600 y 1605; segundo, la concordancia entre la edad del retratado y la de Jorge Manuel por esos años, y tercero, el parecido de este pintor con uno de los caballeros incluidos en el lienzo de La Virgen de la Caridad de Illescas, en el que sabemos que El Greco retrató a su hijo (en uno de los documentos a que dio lugar el pleito de Dominico con el Hospital de la Caridad, Antonio Suárez, representante de éste, presentó como una de las «imperfecciones y descuidos» del retablo el hecho de que en dicho cuadro el pintor «retrató a su sobrino [apelativo utilizado para designar a los hijos bastardos] Jorge Manuel con muy grandes lechuguillas»).

Jorge Manuel, el hijo ilegítimo del Greco y Jerónima de las Cuevas, había nacido en 1578. Como una reafirmación de sus raíces, el pintor le puso los nombres de su padre y de su hermano. Por otro lado, no hay dudas de que sintió auténtica debilidad por él. En El entierro del conde de Orgaz le representó en el paje que señala hacia el prodigio, marcando su fecha de nacimiento en el pañuelo que sobresale de su bolsillo. Después le retrató también, como ya se ha dicho, en La Virgen de la Caridad, y en este cuadro de Sevilla, uno de los más vivaces y favorecedores que hiciera jamás. Casi de medio cuerpo, Jorge Manuel posa con elegancia vistiendo un jubón negro y una gran gorguera encañonada a la moda ante un fondo verdoso. La paleta y los pinceles que muestra como atributo informan de su oficio, pero su aire, lleno de distinción, es el de un caballero. Con esta imagen, idealizada y llena de apostura, El Greco mostró a su hijo haciendo gala de cualidades que ciertamente no poseyó pero que eran las que él hubiese deseado que tuviera. En sus anotaciones al Vitruvio de Barbaro, el artista se quejaba de la decadencia de la arquitectura y decía que ese oficio «tan noble se ha hecho tan vil que no hay buen padre que ponga a su hijo en semejante arte». Jorge Manuel, sin embargo, brillaría más como arquitecto que como pintor, oficio en el que no pasó de ser un pálido satélite de su padre, pero quizá éste, cegado por su cariño, no lo viera así. Por lo demás, Jorge Manuel, que aparece ya asociado al taller de su padre en 1597, siguió viviendo a la sombra de éste durante toda su juventud. En 1603 contrajo matrimonio con doña Alfonsa de los Morales, pero no abandonó el hogar paterno. En ese mismo año comenzaría ya a figurar no como simple ayudante de su padre, sino como socio suyo. La ratificación del contrato con el Hospital de la Caridad de Illescas, fechada el 9 de julio de 1603, especificaba que la obra se encargaba a «domingo griego y xorje manuel, pintores». El nacimiento al año siguiente del primer hijo de Jorge Manuel, Gabriel de los Morales, llenaría de alegría los últimos años del ya viejo maestro. El cuadro del Museo de Sevilla pertenece precisamente a esos años de plenitud familiar y profesional del hijo del Greco.

Fuente texto: Catálogo exposición El retrato español. Del Greco a Picasso.

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