Madera, muselina, alambres y un sencillo motor que pone en marcha una transmisión similar a la de una bicicleta no parecen los elementos de una revolución tecnológica. Pero los hermanos Wilbur y Orville Wright tenían grandes esperanzas en su biplano cuando lo enfrentaron a los vientos del Atlántico que soplaban sobre las dunas de Carolina del Norte el 17 de diciembre de hace cien años. Compárelo después con otros modelos más avanzados.
Nota: ambos recursos desaparecidos.