El sol cada vez calienta más

La vida en la Tierra depende del Sol, y éste determina la vida en las diferentes zonas del planeta. El Sol, o mejor dicho la energía que nos llega de él, condiciona el clima terrestre. Los ciclos solares se conocen desde hace aproximadamente trescientos años. Lejana queda la intuición de un lord inglés que correlacionó el precio del trigo en el mercado de cereales de Londres con las manchas observadas en la superficie del Sol. Hoy se sabe que el Sol sigue un ciclo de unos 11 años, durante los cuales la estrella alcanza un máximo de actividad magnética y, por lo tanto, del número de manchas solares, al que le sigue un período más tranquilo denominado mínimo solar.

La influencia de la radiación solar sobre la vida terrestre y, por lo tanto, sobre el clima, ha propiciado el desarrollo de numerosos estudios acerca de la evolución de las cantidades de energía que recibimos. Los registros históricos de la actividad solar indican que durante el siglo XIX la cantidad de energía recibida ha aumentado muy lentamente. Lo que los expertos intentan dilucidar ahora es si durante el recién acabado siglo XX se ha dado el mismo fenómeno. Los últimos registros pueden ser especialmente interesantes, ya que ha sido en el último cuarto de siglo cuando se ha dispuesto de información abundante y detallada procedente de los instrumentos instalados a bordo de los satélites. [Seguir leyendo en Ecotropía]

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