El último refugio de los bisontes

Antes de la llegada del «hombre blanco», millones de bisontes poblaban las Grandes Llanuras del Norte (América del Norte), proporcionando alimento, ropa y herramientas a los nativos americanos. Tribus como Blackfoot, Crow, Dakota, Ioway, Kiowa, Pawnee, Sioux y Cheyenne dependían en gran medida de este animal para su supervivencia.

A finales del siglo XIX, tras la expansión hacia el Oeste de miles de colonos, los bisontes estuvieron a punto de desaparecer debido a su caza indiscriminada y al comercio con su piel. El propio gobierno de EEUU alentó la matanza para despojar a los nativos de su principal fuente de subsistencia y obligarles así a trasladarse a las reservas preparadas para su confinamiento.

El actualidad, el bisonte figura en la lista roja de espacies amenazadas dentro de la categoría «casi amenazado», lo cual significa que en un futuro cercano se podría encontrar en una peor situación (Peligro Crítico, En Peligro o Vulnerable). Además, se le considera «ecológicamente extinguido», ya que no desempeña ningún papel en la biodiversidad de las praderas (más información en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN).

Desde la prehistoria, el único lugar donde el bisonte ha vivido de forma continua es el actual Parque Nacional de Yellowstone. Durante el pasado invierno, el fotógrafo Drew Simms filmó a estos enormes mamíferos en lo más crudo del invierno: -37°F in Yellowstone National Park.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *