Fue "la gran dama del jazz", "la primera dama de la canción", "Lady Ella"..., la encarnación pluscuamperfecta de la cantante de jazz: "La Voz del Jazz". En toda la historia del género, no ha existido una vocalista femenina que haya podido exhibir una hoja de servicios como la de Ella Fitzgerald.
Cantante insuperable de big band, se encontraba igualmente a sus anchas en un contexto musical más reducido, en directo o en pequeños clubes, acompañada por un trío de piano, contrabajo y batería. Fue la mejor intérprete de estándares, baladas, blues, canciones infantiles o incluso de bossa-nova. Para el cantante Mel Torme, Ella fue "la mejor cantante en todo el planeta en cuanto tiene que ver con el jazz y la canción popular. Fue una pionera en interpretar scat (canto improvisado sin palabras) y cantando el tipo de baladas que solía entonar con tanto corazón, con esa calidez, esa madurez..., consecuentemente, todos nosotros hemos aprendido de ella, todos hemos dicho en algún momento: "Ok, ahora te seguimos donde nos lleves. Tú nos guías".
Junto con Billie Holiday y Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald está considerada como la cantante más importante e influyente de la historia del jazz (y, en general, de la canción melódica popular). Estaba dotada de una voz con un rango vocal de tres octavas, destacando su clara y precisa vocalización, y su capacidad de improvisación. "Nunca nadie superó a Ella en un escenario, ni habrá nunca una cantante de jazz que cante el scat como ella. Su música, su voz aniñada, su vitalidad y su capacidad para cantar swing permanecerán eternamente entre nosotros".
Desde el punto de vista crítico, el único reparo que se le ha puesto a su talento interpretativo es cierta incapacidad para adaptarse emocionalmente a letras con contenido dramático y al blues. Una objeción menor y no unánime puesto que, en realidad, Ella no solo cantó blues sino que le dedicó un disco entero al género, Ella Fitzgerald sings the blues, considerado entre lo mejor de su amplia discografía.
Para el crítico musical José Ramón Rubio, "la carrera de Ella Fitzgerald sólo tiene un secreto: profesionalidad. Ella vivió consagrada por entero a su oficio de cantante". Su vida, sin embargo, fue cualquier cosa menos un camino de rosas.
Chema García Martínez
I'm Just a Lucky So and So:
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