Ayer por la mañana tuvo lugar en Madrid la primera reunión del órgano rector del Tratado Internacional sobre los Recursos Filogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Durante la presentación se hizo hincapié en la importancia de este Tratado ya que «supone un importante avance en materia de acceso a los recursos filogenéticos, y sienta las bases para un reparto más justo derivado de la utilización de dichos recursos, incluyendo los derechos de los agricultores en la distribución de beneficios comerciales, lo que puede contribuir a paliar el hambre y la pobreza en el mundo».
Según la FAO, la conservación y la utilización sostenible de los recursos genéticos son condiciones indispensables para la seguridad alimentaria y la eliminación de la pobreza, en particular en las zonas rurales. La organización estima que en el último siglo se ha perdido el 75% de la diversidad genética de los cultivos y hoy se cultivan sólo unas 150 especies de las siete mil que solía usar el hombre. Doce de estas 150 representan el 70% del consumo humano actual.