España es un país subdesarrollado

No, España no es un país diferente sino subdesarrollado. En términos políticos, nuestras elites carecen de sentido común y visión de Estado, adolecen de cleptomanía y nos someten a sus caprichos sin el menor escrúpulo. No somos ciudadanos sino súbditos de una casta elevada a los altares de la estulticia gracias a los 17 Reinos de Taifas. Su único interés es preservar el orden actual porque eso les permite seguir disfrutando de su cómodo sillón de poder.

Ahora bien, tenemos lo que nos merecemos. Un botón de muestra: Telecinco fue líder en audiencia el pasado mes de julio y no fueron contenidos culturales los que la auparon a tal posición sino concursos como Supervivientes y personajes de la talla de Belén Esteban. Al mismo tiempo, España es uno de los países europeos con menor índice de lectura. No es de extrañar, por tanto, que nuestros políticos vivan felices en su mundo imaginario.

Y tampoco debe sorprendernos que en el camino de la cultura se coloquen obstáculos insalvables de forma que comprar uno o dos libros al mes solo se encuentre al alcance de las clases más pudientes. En este sentido cabe preguntarse por qué empresas como Amazon no desembarcan en nuestro país. Se la esperaba para enero de este año pero la fecha se ha ido retrasando y ya se habla del otoño. Aunque se cumpla el pronóstico, los libros, tanto en papel como en formato digital, no estarán disponibles a los precios a los que nos tienen acostumbrados para los editados en inglés.

Los motivos son dos. Por un lado, los editores no quieren saber nada del formato digital. Le tienen pánico a pesar de que sus ventas crecen de forma exponencial cada año. Al igual que ha sucedido con la música o las películas, una visión miope les impide aceptar las nuevas tecnologías lo que, a la postre, conllevará el desarrollo de un mercado pirata. Cuando quieran reaccionar, ya será demasiado tarde. Por otro lado, la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas restringe la competencia e impide que exista el libre comercio. El procedimiento, aunque absurdo, es muy sencillo: el editor fija el precio y el precio de venta al público solo puede oscilar entre el 95 % y el 100 % de aquél (art. 9). El resultado final es el encarecimiento de los libros hasta el punto de que se han convertido en un producto de lujo.

A las pruebas me remito:

  1. Postguerra de Tony Judt (2006; Tapa blanda): $46,32 en casadelibro.com. Por supuesto, no está disponible en formato digital. Nos vamos a hora a Amazon y buscamos ese mismo libro en ingles en la sección Kindle Store: ¡ $13,79 ! Pueden ver el resto de precios (tapa dura, blanda, etc) aquí.
  2. El Mediterráneo de Jhon Julius Norwich (2008, tapa dura): $54,79 en casadelibro.com. Ahora comprueben el precio del mismo libro pero en ingles en Amazon.

Solución: además de aprender inglés, lo más inteligente es comprarse un Kindle (o cualquier otro lector) y esperar a que el mercado negro de libros se extienda al igual que lo ha hecho la música o las películas.

5 comentarios



  1. Os animo a los que todavía no se han iniciado en la lectura digital, yo llevo dos años con mi kindle, cada día más contenta. La verdad es que es una ventaja poder leer en inglés, los precios muchisimimo más baratos y ni punto de comparación la variedad que puedes obtener.

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    1. A mi también me gusta la letra impresa pero hay un pequeño problema. Con 50 euros puedo comprar un libro en papel o 5 en formato digital. La elección es fácil: digital.

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  2. Está claro que presenta síntomas de pais subdesarrollado, subdesarrollo en educación, subdesarrollo en cultura, subdesarrollo en democracia

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