Los judíos en Aragón
Aragón. Espacio Sefarad: Iniciativa de la Diputación Provincial de Zaragoza para la recuperación, promoción y articulación del patrimonio y la cultura judía en Aragón.
Aragón. Espacio Sefarad: Iniciativa de la Diputación Provincial de Zaragoza para la recuperación, promoción y articulación del patrimonio y la cultura judía en Aragón.
El curso del sol o los desacompasados toques de las iglesias y los establecimientos religiosos se habían visto insuficientes para organizar la vida de la ciudad mucho antes de la construcción de la torre del reloj. Una orden del rey Fernando I, el de Antequera, de 1414, obligaba a los jurados de Zaragoza (comparables a los concejales actuales) a asumir la reglamentación horaria de los negocios y los actos urbanos: se debía dotar un salario para una persona que tuviera el cargo de hacer sonar las horas en una campana, cuyo sonido alcanzara todos los términos de la ciudad.
Cuando se acordó construir la Torre Nueva, en 1504, la cuestión seguía siendo la necesidad de garantizar la seguridad de la distribución del tiempo urbano, pero también se trataba de la instalación de un reloj mecánico, del que el concejo de la ciudad cabeza del reino todavía carecía, y de la elevación de una alta torre, que, permitiendo llevar lejos los sones de sus campanas, superara a cualquier otra existente en la ciudad.
Su maestro constructor fue Gabriel Gombau, uno de los más notables y experimentados de la Zaragoza de entonces, además de maestro de ciudad (arquitecto municipal, salvando las distancias con el cargo actual). Pero la enjundiosa obra que era, verdadero rascacielos entre los edificios de tres alturas que configuraban la ciudad, obligó a la concurrencia de otros maestros, cuyos pareceres en el proceso de construcción de la torre fueron comprometidos mediante juramento: Juan de Sariñena (que más tarde haría la Lonja de la ciudad), Juan Gomabu y los mestros Juce de Gali, Mahoma Rami y Ezmel Allabar.
La práctica consuetudinaria de la construcción no bastaba para resolver los problemas singulares de un alarde como éste. Al igual que otras obras de calado similar, la de la torre tenía algo de experimento, por lo que también levantaba una lógica expectación.
La torre fue terminada enseguida, con forma octogonal, según el tipo de doble torre, con escalera entre una y otra, transmitido desde el período islámico, y con un enriquecimiento al exterior que, sin duda, satisfizo los deseos de los jurados de hacerla destacar por encima de cualquier otra. Pero también mostró enseguida la necesidad de reforzar su base. La inclinación que adquirió le dio una particularidad añadida que la hizo famosa, a la vez que puso a disposición de algunos cuantos el argumento que serviría para lograr su demolición en 1892.
La sin par bella torre del reloj de la ciudad, la torre de Zaragoza, como fue llamada más tarde, la única torre civil del elenco mudéjar aragonés, ha sido también la más llorada, quizás porque, además de ser popular, sufrió la destrucción más desmesuradamente injusta de las que propiciaron las incontables y graves pérdidas del patrimonio de esta bimilenaria y principal ciudad.
Enlace relacionado: Mudéjar en Aragón (Escriba "mudejar" en el buscador de la página para acceder a los monumentos catalogados).
Aunque los regadíos han ido transformando el paisaje, la comarca aragonesa de Los Monegros sigue evocándonos la idea de desierto. Esa imagen tal vez se refuerce tras el descubrimiento en la zona de magníficos ejemplares de las llamadas «rosas del desierto», rocas formadas por cristales lenticulares de yeso cuya disposición recuerda los pétalos de las rosas. La excavación de un canal en Bujaraloz, Zaragoza, ha puesto al descubierto unos estratos de margas yesíferas del mioceno (de entre 24,6 y 5,1 millones de años) con gran cantidad de rosas del desierto excepcionales por su transparencia y gran tamaño, comparable al de las famosas rosas saharianas.
Este órgano, símbolo de la tradición organística de Aragón, puede ahora emitir sus vibrantes notas gracias a la reciente restauración de la que ha sido objeto.
¿Por qué falta agua en algunas zonas?
Evidentemente el cambio climatológico acaecido en la última década ha propiciado prolongadas sequías que han afectado, en mayor parte, a determinadas zonas de España. Sin embargo, el ser humano, en su búsqueda de alimento y un lugar donde vivir, está acelerando este proceso. La desertización, la contaminación atmosférica, la contaminación de los ríos, mares y océanos, los residuos y el desmedido consumo se han convertido en problemas que amenazan muy seriamente el desarrollo y la propia supervivencia de este planeta.
Pero ya no se trata tan sólo de proteger el medio ambiente, sino de considerarlo un elemento imprescindible en lo que se ha dado en llamar el “desarrollo sostenido”. Así lo ha entendido la propia Comunidad Europea que, en este sentido, dicta en los últimos años varias directivas en defensa de la biodiversidad, los ecosistemas….
Mientras tanto, y año tras año, se autorizan nuevas explotaciones de regadíos y se consienten las roturaciones ilegales; se explotan indiscriminadamente los escasos recursos acuíferos; los incendios y las urbanizaciones asolan los bosques … Resultado: ¡Falta agua!. Solución: ¡Trasvase!. De hecho, el propio Plan Hidrológico Nacional recoge esta realidad al reconocer la finalidad de las aguas trasvasadas: paliar la sobre-explotación existente en los acuíferos de las cuencas receptoras. Curiosamente las distintas administraciones – autonómicas y nacionales – no reconocen oficialmente esta situación de exceso. Seguir leyendo ...
Actualización 02/ENE/2018: recurso desaparecido.
Visita Virtual de Aínsa, villa medieval del Pirineo (Huesca, España): a diferencia de otras visitas virtuales, ésta es realmente espectacular ya que se trata de panorámicas de 360º desde distintos lugares del pueblo; cuenta además con las secciones habituales: situación, cultura, historia y una excelente galería de imágenes.
NOTA: la carga inicial puede tardar bastante (yo pensaba que se había quedado colgado el ordenador) pero después la velocidad es muy buena. Un poco de paciencia porque el resultado final lo merece. ¡Ah!, las banderitas nos permiten subir por la murallas, entrar en el castillo...
Una visita virtual a La Mancomunidad del Alto Valle del Aragón (Aísa, Borau, Canfranc, Castiello de Jaca, Jaca y Villanúa). Imprescindible visitar la sección de fotos aéreas.