Biodiversidad

Los refugios, como el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, siempre me producen sentimientos contradictorios. Para los amantes de la vida salvaje, tener la oportunidad de ver a jirafas, elefantes, osos, tigres,... a tan corta distancia es una experiencia única. Sin embargo, produce tristeza observar a tan maravillosos animales encerrados aunque en este caso se trate de una jaula «natural». Sus condiciones son, desde luego, muchísimo mejor que las que ofrecen los zoos, pero aún así los animales no gozan de la libertad para la que han nacido. Me pregunto si el destino final de la fauna salvaje no será sino vivir en semilibertad al cuidado de los hombres....

Un frágil refugio para los elefantes de bosque
Photograph by Jasper Doest

Aunque la selva tropical del Parque Nacional de Lopé, en el centro de Gabón, es uno de los últimos refugios seguros para el elefante africano del bosque, en peligro crítico de extinción, los científicos alertan de que el cambio climático está alterando la producción de árboles frutales, una fuente de alimento fundamental para muchos mamíferos. La investigación reveló una disminución significativa de la condición corporal de los elefantes de bosque debido a un asombroso descenso del 81% en la producción de fruta en los bosques de Lopé durante los últimos 30 años.

La escasez de fruta en uno de los últimos bastiones de los elefantes de bosque africanos debería suscitar preocupación sobre la capacidad de superviviencia a largo plazo de esta especie y de otras megafaunas dependientes de la fruta, con posibles consecuencias para el funcionamiento más amplio del ecosistema y la biosfera. Esta historia es un recordatorio de que, incluso allí donde la presión humana directa es baja, las comunidades vegetales y animales pueden no estar protegidas de las sigilosas influencias del Antropoceno. Una historia que Jasper Doest ha plasmado en una serie de fotografías.

Nick Brandt: This Empty World

En la serie This Empty World, el fotógrafo Nick Brandt aborda la creciente destrucción del mundo natural a manos de la humanidad, mostrando un mundo donde, abrumado por un desarrollo descontrolado, ya no hay espacio para que los animales sobrevivan. Las personas en las fotos también suelen ser arrastradas impotentes por la incesante marea del «progreso».

Cada imagen es una combinación de dos momentos en el tiempo, capturados con semanas de diferencia y casi todos desde la misma posición de la cámara.

Inicialmente, se construye e ilumina un escenario. A veces, como en un bosque muerto, el escenario completo es la propia realidad. Siguen semanas, incluso meses, mientras los animales que habitan la región se sienten lo suficientemente cómodos como para entrar en el encuadre. Una vez que los animales son capturados por la cámara, el equipo del departamento de arte construye los decorados completos (sitios de construcción de puentes y carreteras, una estación de servicio, una estación de autobuses, etc.). En todas las fotos, excepto en algunas, la cámara permanece fija en su lugar. Luego se fotografía una segunda secuencia con el set completo y un gran elenco de personas provenientes de las comunidades locales. Las impresiones finales a gran escala son una combinación de los dos elementos.

Todas las imágenes fueron fotografiadas en tierras de la comunidad masai local, sin estatus de reserva protegida, cerca del Parque Nacional Amboseli en Kenia. Después de que se retiraran los decorados y se reciclaran todos sus elementos con casi cero desperdicios, no quedó ninguna evidencia en el paisaje de las sesiones fotográficas.

Ver la serie completa. Nick Brandt: This Empty World.

El mielero regente es un ave en peligro crítico de extinción que se distribuye por los bosques y sabanas de la costa este de Nueva Gales del Sur, donde los incendios y la sequía han sido intensos. Fotografía de Joel Sartore, National Geographic Photo Ark.
El mielero regente es un ave en peligro crítico de extinción que se distribuye por los bosques y sabanas de la costa este de Nueva Gales del Sur, donde los incendios y la sequía han sido intensos. Fotografía de Joel Sartore, National Geographic Photo Ark.

Los incendios naturales arrasan flores, arbustos y árboles desde tiempos inmemoriales. Tanto es así, que al menos desde hace 400 millones de años la Tierra arde de forma sistemática y a diario —y lo sigue haciendo. Aunque pueda parecer una paradoja, sus efectos no son siempre negativos pues el fuego tiene un papel regulador en los ecosistemas y es clave para la biodiversidad. Baste mencionar un ejemplo: la sabana africana. Es una de las zonas con más biodiversidad del mundo y se quema casi por completo todos los años. Tanto animales como plantas han desarrollado estrategias para defenderse de un enemigo junto al que han evolucionado.

Sin embargo, ese tipo de incendios «salvajes» están cambiando tanto en relación a su intensidad como a su frecuencia y ello hace que sus efectos estén dejando de ser beneficiosos. Si a eso le añadimos los incendios antrópicos, el resultado es nefasto.

Creo que todos aún recordamos lo que ha sucedido hace poco en Australia. Allí, una superficie como la que ocupa Portugal sufrió unos incendios devastadores que causaron mil millones de animales de muertos y, lo que es aún peor, la posibilidad real de que bosques centenarios no sean capaces de regenerarse. Las estrategias naturales de los árboles para defenderse del fuego puede que esta vez no sean válidas ante la virulencia del fuego que les ha consumido.

El Leopardo de las nieves (Panthera uncia)

Uno de los animales más hermosos de la Tierra, el Leopardo de las nieves, se enfrenta desde hace tiempo a grandes peligros debido a la reducción de su hábitat. No obstante, el hecho de que viva por encima de los 3.000 metros había protegido hasta ahora a los últimos de su especie (entre 4.500 y 10.000 ejemplares; la mayoría en China). Ahora, el cambio climático y el aumento de las temperaturas ha permitido que leopardos comunes se adentren en su hábitat y provoquen con ello una competencia para la que nuestro misterioso felino tal vez no esté preparado [Seguir leyendo en Conflicto entre leopardos en el Techo del Mundo]

Jorge Cervera Hauser

Al productor de cine y fotógrafo submarino Jorge Cervera Hauser le gusta retratar a los animales marinos en su intimidad y sus fotografías tienen siempre algo de especial.

Su afición a la conservación de la fauna marina le ha llevado a codirigir la ONG Pelagic Life cuyo objetivo es proteger la biodiversidad del mar abierto. En 2014 produjo el documental México Pelagico.

SVALBARD, NORUEGA (19 Junio 2006)—En una isla cercana al Polo Norte, los jefes de Estado de cinco países nórdicos y el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos pusieron la primera piedra de una bóveda de semillas “a toda prueba” que será construida dentro de una montaña ártica. La “bóveda del fin del mundo” o Svalbard International Seed Vault (SISV) tendrá una capacidad para tres millones de muestras de semillas. En definitiva, albergará replicados de cada variedad conocida de cultivos; igualmente, tendrá extensa capacidad para acomodar nuevas variedades a medida que surjan naturalmente. Cubiertas por permafrost y roca, las muestras permanecerán congeladas aunque falle la electricidad. Las muestras conservadas en “cajas negras” sólo se pondrán en circulación en caso de que todas las otras fuentes de semillas hayan sido destruidas o agotadas [Leer nota de prensa completa en español].

Matanza de focas«En Canadá se está llevando a cabo la caza anual de focas en medio de presiones internacionales para poner fin a esta práctica. Hasta 325.000 especímenes jóvenes podrían ser asesinados en las próximas semanas», según informa la BBC. Para el Gobierno canadiense, sin embargo, se trata de una actividad respetuosa con los principios de conservación de la fauna. El diario El País también publicó un reportaje que incluía la fotografía mostrada a la izquierda, lo que ha ocasionado la protesta de Stuart Savage (Ministro consejero. Embajada de Canadá):

«Con 5,8 millones de ejemplares, tres veces más que en los años setenta, la población de focas hoy en Canadá es abundante y de ninguna manera está en peligro. La caza de focas está estrictamente controlada siguiendo criterios científicos de conservación de los recursos.

La caza de crías de foca está prohibida en Canadá desde 1987 y las focas capturadas son animales adultos. La reglamentación canadiense contempla métodos de captura rápidos e incruentos y exige que se determine claramente la muerte del animal antes de su transformación. Según la Asociación Canadiense de Médicos Veterinarios, el 98% de las focas capturadas son abatidas según estos métodos. El Ministerio de Pesca y Océanos de Canadá vigila estrechamente la aplicación de esta reglamentación y los infractores son perseguidos.

Las focas representan un recurso natural abundante y valioso para las lejanas comunidades del norte y del este de Canadá donde no existen muchas otras oportunidades económicas. Este recurso, del que se aprovechan la piel, el aceite y la carne, forma parte además de la vida cultural y social de las poblaciones nativas e inuits».

Por contra, el Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) informa que, según un estudio científico, el enfoque del Departamento de Pesca y Océanos de Canadá (DPO) para el manejo de las focas arpa, amenaza con reducir la población en más del 70% durante los próximos 15 años.

Estamos tan entretenidos con encapuchados, naciones, derechos históricos y patrias imaginarias que no nos queda tiempo para reparar en otros asuntos como, por ejemplo, la denominada «sexta extinción», que ha sido objeto de debate en el octavo encuentro de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Diversidad Biológica. En ella se intentan establecer medidas concretas en torno a cuatro ejes principales: áreas protegidas, conservación, variabilidad genética y especies invasoras. ¿Ha acudido algún representante del Gobierno español? Según la lista de participantes sí, aunque de incógnito porque aquí nadie ha dicho ni mú. De hecho, en la web del Ministerio de Medio Ambiente no he encontrado referencia alguna a tan digna reunión. Como tampoco del IV Foro Mundial del Agua. Pero es lógico: aquí, las desaladoras, los campos de golf, las urbanizaciones de lujo y la sobrexplotación agraria han formado una extraña simbiosis que nadie se atreve a romper. Al menos, Zaragoza y su Expo 2008 han estado presentes en este «evento» con un «stand» propio. Lástima que no hayan obtenido la debida repercusión informativa: la utilización de tan sonoras voces inglesas en la publicidad lo merecía.