Bosques

The Forest Tower. Fotografía de Orsolya Haarberg.
Fotografía de Orsolya Haarberg.

Los visitantes ascienden por la pasarela en espiral de la torre de 45 metros de altura en el amarillento otoño del Camp Adventure de Dinamarca para obtener una nueva perspectiva de los bosques de Gisselfeld. En cada vuelta que se da a cada uno de los 12 círculos hacia la cima, la naturaleza que rodea a la torre va transformándose junto con la arquitectura.

Beth Moon: Tsitakakoike
Beth Moon: Tsitakakoike

Le hice comprender que los baobabs no son arbustos, sino árboles tan grandes como iglesias que incluso llevando todo un rebaño de elefantes, no lograría acabar con un solo baobab —Antoine de Saint-Exupéry (El Principito).

En el otoño de 2018, uno de los baobabs más sagrados de Madagascar se partió y se desmoronó. Era conocido con el nombre de Tsitakakoike (el árbol donde uno no puede escuchar el grito del otro lado) y según la tradición vivían en él los espíritus ancestrales de la gente de Masikoro. Se estimó que el gigante tenía alrededor de 1.400 años y su colapso es una señal más de cómo el cambio climático está afectando a la Naturaleza. Por desgracia, no es único baobab que ha desaparecido en estos últimos años. La sequía los está matando poco a poco.

La fotógrafa Beth Moon lleva documentando la especie desde 2006 y viajó de nuevo a la zona cuando Tsitakakoike colapsó: «El asombro y el horror se instalan cuando Tsitakakoike aparece a la vista. La mitad del árbol se ha derrumbado; queda una parte de los lados y la parte trasera del tronco. Ramas gigantescas, más grandes que la mayoría de los árboles, yacían desordenadas en la base del tronco. Todo el espectáculo es del tamaño de un campo de fútbol».

Ahora su trabajo puede verse en una exhibición en línea realmente espectacular y también podéis ver fotografías de sus viajes en Instagram.

Neil Burnell: Wistman's Wood
Neil Burnell: Wistman's Wood

Parque Nacional de Dartmoor (Devon, Inglaterra): allí se encuentra Wistman's Wood, un laberinto de robles cubierto de musgos cuyos orígenes se remontan al 7.000 a.C.

Cuatro años le llevó al fotógrafo Neil Burnell captar la esencia de ese bosque. Tomas a primera y a última hora, cuando la luz es suave, y la niebla que todo lo envuelve fueron las claves que buscaba para lograr captar su misterio. El resultado, su serie Mystical.

Pueden seguir su trabajo en su página web, Instagram y Behance. También se puede adquirir una impresión de su fotografías aunque no son nada baratas.