Budismo

Refugiados rohinyá a su llegada, en septiembre, a Bangladés por el río Naf. Credit Sergey Ponomarev para The New York Times
Refugiados rohinyá a su llegada, en septiembre, a Bangladés por el río Naf. Credit Sergey Ponomarev para The New York Times

Aunque en el imaginario occidental los budistas son representados como gente de paz, la realidad dista mucho de ese cliché. En Birmania, por ejemplo, ya se dieron las primeras alertas en 2017 sobre la limpieza étnica que se estaba produciendo en ese país (artículo en PDF). Los rohinyás, una minoría musulmana, fueron primero perseguidos y después masacrados y expulsados del país. Dos años más tarde, la violencia de los supuestos pacifistas budistas va en aumento (artículo en PDF) en ese y en otros países.

En la actualidad, la situación de los rohinyá refugiados en Bangladesh es gravísima, en especial para los niños. Más de medio millón de refugiados en el campo de Cox Bazar (Bangladesh) hacen de éste el más grande del mundo. El relato de las personas que masivamente llegan a ese campo es aterrador. Episodios de extrema violencia donde los asesinatos, incendios de casas y abusos sexuales se repiten sin cesar.

Para quien quiera profundizar algo más, le dejo una recopilación de artículos de prensa (inglés y español): Los rohinyás.

El dragón y Buda

En el distrito de Samphran, en Tailandia, se encuentra uno de los templos budistas más espectaculares del país, el Wat Samphran (Templo del Dragón). Es una imponente obra maestra de color rosa que se eleva a 80 metros de altura, un homenaje a la cantidad de años que Buda vivió. Conocido por la cabeza hueca de dragón que rodea el templo, los visitantes pueden subir a la superestructura de 17 pisos para tocar la barba del dragón o escalar dentro del vientre de la bestia. Podéis leer más al respecto en Mundo Nómada.