Sesión plenaria núm. 210 (Sesión extraordinaria), celebrada el lunes, 15 de enero de 2007: comparecencia, a petición propia, del Presidente del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, para informar sobre política antiterrorista.
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Un Zapatero vacío y un Rajoy peleón. Por Wifredo Espina.
Entre un Zapatero vacío y un Rajoy peleón, la nota en el debate parlamentario sobre terrorismo, la han dado ERC, el PNV y CiU,. ERC reiterando su tesis de que, en el fondo, tras el tema de ETA hay un problema político. El PNV apuntando carencias democráticas en nuestra democracia. Y CiU calificando de improcedente ese debate, que sirve para crispar, pero intentando, al mismo tiempo, quedar bien con el Gobierno y con el Partido Popular, quizás por lo que pueda pasar.
El presidente Zapatero, que formalmente ha aprendido a defenderse bastante bien, ha estado vacío de contenido y de propuestas. Mariano Rajoy ha vuelto a hacer gala de su estilo peleón, de denuncias rotundas y propuestas comprometidas. Zapatero no ha picado y se ha mantenido en el recurso fácil de sus ambiguas apelaciones al “consenso” – sin especificar sobre qué- y a la “unidad de todos los demócratas” contra el terrorismo, sin saber cómo.
Todos se han lamentado de la utilización política del terrorismo, pero todos lo politizan partidistamente. Unos más, otros menos. Zapatero lo politizó en el mismo momento en que –como dijo recientemente Artur Mas- quiso apuntarse “el tanto” de acabar con la violencia etarra con la típica postura infantil de “apartad a las criaturas, que esto lo arreglo yo”, pero le ha salido mal; como a anteriores presidentes de gobierno que, más astutos, presumieron menos de “poderes taumatúrgicos”; éste ha sido uno de sus fallos. Rajoy también lo politiza al convertir este grave asunto de Estado y los fallos de Zapatero, que le han llevado al fracaso, en arma para desgastar al Gobierno.
Y las demás formaciones políticas también lo politizan, cada cual según su ideología y sus intereses. Lo más notable quizás haya sido lo que se desprende sumando los argumentos del PNV y de ERC: detrás de la cuestión etarra hay un problema político que no se resuelve por deficiencias democráticas de nuestra democracia. Es la más clara politización.
Con estos mimbres, ¿qué política antiterrorista eficaz se podrá hacer? Claro que, precisamente ahora, se anuncia que en marzo se va a juzgar a Otegui por “apología del terrorismo”. Curiosa coincidencia tras un debate parlamentario tan bronco, como confuso y vacío. Y así hasta las próximas elecciones generales.