Cuando se inauguró el metro de Nueva York en 1904, sus fundadores declararon que el sistema era una «gran obra pública» que no sólo ofrecía un medio de transporte eficaz, sino también la oportunidad de disfrutar de una bella ornamentación. Desde 1985, MTA Arts & Design ha fomentado esta ambición, encargando impresionantes obras de arte que decoran las estaciones de metro de todo Nueva York. Wild Things, (información, vídeos y galería de imágenes) del artista Fred Tomaselli, afincado en Brooklyn, es la instalación permanente más reciente de la MTA, y está inspirada en la pasión de Tomaselli por la ornitología.
Wild Things, un conjunto de seis mosaicos, está instalado en el complejo de la estación de la calle 14, que conecta las estaciones de 14 St-7 Av y 14 St-6 Av en Manhattan. Los mosaicos se centran principalmente en aves que viven en Nueva York todo el año, desde cardenales y pájaros carpinteros hasta halcones y búhos. Con el estilo vistoso de Tomaselli, estos pájaros se transforman en monumentos vibrantes e intrincados, que se elevan por las paredes de las estaciones en tonos explosivos y motivos suntuosos. «Quería trasladar parte de la naturaleza de Nueva York, que vive sobre el metro, al subsuelo», explica Tomaselli en un comunicado. «El cielo, las plantas, la tierra y algunas aves residentes en Nueva York tienen cabida en esta obra de seis partes».
Wild Things añade más de 680 metros cuadrados de mosaico al complejo de la estación de la calle 14, e invita incluso al viajero más apresurado a disfrutar de estas vívidas obras de arte y de la naturaleza que representan. Las escenas que iluminan pasillos y escaleras incluyen oropéndolas acosando a un halcón, un cielo brillante lleno de nubes azul eléctrico, un cardenal cósmico de ojos en espiral y mucho más.
Hace unas semanas se dio a conocer un nuevo descubrimiento en el Parque Arqueológico del Coliseo. En el marco de un proyecto de estudio e investigación, se ha sacado a la luz algunas estancias de una lujosa domus de época tardorrepublicana, de la que en 2018 ya se habían excavado algunas estructuras murales. Esta domus se encontraba en la zona donde en época de Augusto se construyeron los Horrea Agrippiana, los famosos almacenes a lo largo del vicus Tuscus (vía comercial que conectaba el puerto fluvial sobre el Tíber y el Foro Romano) construidos por el yerno de Augusto, Marco Vipsanio Agripa.
Detrás de la Horrea, entre los almacenes y las laderas del Palatino, se desarrolló la domus en varias plantas, probablemente articulada en terrazas y caracterizada por al menos tres fases constructivas, datables entre la segunda mitad del siglo II a.C. y finales del siglo I a.C.. Distribuida en torno a un atrio/jardín, la domus presenta, como estancia principal, el specus aestivus, una sala de banquetes que imita una gruta, utilizada durante la estación estival y originalmente diseñada con espectaculares juegos de agua gracias al paso de unas fístulas (tuberías) de plomo entre los muros decorados.
Lo que hace excepcional el hallazgo es el descubrimiento, en esta sala, de un extraordinario revestimiento mural de mosaico llamado "rústico" que, por la complejidad de las escenas representadas y la cronología, no tiene parangón. Compuesto por diferentes tipos de conchas, teselas azules egipcias, vidrios preciosos, diminutas escamas de mármol blanco u otros tipos de piedra, tártaros (es decir, fragmentos de travertino esponjoso) y cretones de puzolana unidos por argamasa y urdimbres, el mosaico, que data de las últimas décadas del siglo II a.C., presenta una compleja secuencia de escenas figuradas. En los cuatro edículos, delimitados por franjas de pilastras y decorados con jarrones de los que brotan enredaderas y hojas de loto, se representan pilas de armas con trompetas de tipo celta (carnyx), proas de barcos con tridentes y yelmos con trirremes, aludiendo, tal vez, a un doble triunfo, terrestre y naval, del propietario de la domus. El gran luneto de arriba presenta también una fascinante representación de un paisaje con, en el centro, una ciudad, con un acantilado simulado con alquitranes de travertino, frente al mar surcado por tres grandes naves, una de ellas con las velas izadas; una muralla con pequeñas torres rodea la ciudad con pórticos, puertas y un gran edificio público; en uno de los lados una escena pastoril. La representación de una ciudad costera podría aludir a una conquista bélica por parte del propietario de la domus, perteneciente a un personaje aristocrático, presumiblemente de rango senatorial.
En una sala de recepción contigua, un cuidadoso trabajo de restauración ha sacado a la luz un revestimiento mural de estuco blanco con paisajes dentro de arquitectura fingida y figuras de la más alta calidad.
En conjunto, la domus se califica, por tanto, como una residencia en la que se encuentra tempranamente la luxuria asiática, que a lo largo de la época tardorrepublicana fue fuente de controversias y de encarnizadas luchas políticas entre facciones aristocráticas y que confirma lo que dicen las fuentes sobre la presencia, con amplias residencias, de exponentes de las grandes familias senatoriales romanas en la zona noroccidental del Palatino.
Un descubrimiento extraordinario que saca a la luz una auténtica joya que, al concluir las excavaciones y las obras de restauración, se sumará a los nuevos y diversificados itinerarios de visita que se han abierto en los últimos años y que conforman la variada oferta cultural del Parque Arqueológico del Coliseo.
Un mosaico espectacular del siglo IV d.C., que muestra una carrera de carros y otros elementos decorativos, ha sido desvelado al público en Akaki, un municipio situado al oeste de Nicosia, la capital de Chipre, según informa el Departamento de Antigüedades de Chipre en un comunicado. Últimamente abundan los hallazgos arqueológicos en esta isla mediterránea: en julio se anunció el descubrimiento de un mosaico en Lárnaca que representa los trabajos de Hércules; y este mes de agosto se conoció el descubrimiento de una tumba de la Edad del Bronce cerca de Lárnaca, que ha sido descrita como una de las más importantes y lujosas de Chipre.
El mosaico probablemente formaba parte de una suntuosa villa romana, de la cual se excavaron algunos restos en 2013, entre ellos una cisterna de catorce metros de largo y diez de ancho. El pavimento decorado, de unos once metros de largo y cuatro de ancho, representa una trepidante carrera de carros en un hipódromo y contiene motivos geométricos de gran riqueza. La escena circense muestra cuatro cuadrigas corriendo alrededor de una spina o muro central, cada una dirigida por un conductor erguido y acompañada de unas inscripciones que probablemente indican los nombres los caballos, según el comunicado.
En el extremo este de la spina se encuentra la meta, donde las cuadrigas podían dar la vuelta, consistente en una plataforma circular con tres pilares cónicos, cada uno con un remate en forma de huevo. En la spina también hay tres columnas, cada una rematada con un delfín del cual mana el agua y un edículo o templete. Entre las cuadrigas hay una figura ecuestre y dos figuras de pie, una sosteniendo un látigo y la otra una vasija con agua.
Una de las particularidades del mosaico es que las cuatro cuadrigas que participan en la competición aparecen en cuatro fases diferentes de la carrera. Por otro lado, los arqueólogos han excavado un panel con motivos geométricos circulares y que incluye nueve medallas que contienen los bustos de figuras femeninas, identificadas como las nueve musas, cada una con sus respectivos atributos.