Seguridad Vial (Continuación)

Cuando se reanude la liga de fútbol el próximo mes de septiembre, me convertiré en un delincuente. A las siete de la mañana de cada domingo, cuando coja el coche para ir a jugar a Zuera y enfile la Avenida de los Pirineos, una vía urbana con tres carriles en cada sentido, me convertiré en un delincuente. Poco importará que no tenga en la sangre ni una sola gota de alcohol, que no me hayan multado desde hace veinte años, que respete siempre los semáforos, los stops y los cedas al paso, que no haya a esas horas alma viviente ni moviente por allí y que, por supuesto, no haya provocado accidente alguno; bastará un descuido —por ejemplo, estirar un cambio de marcha mas de la cuenta— para superar los fatídicos 90 Km/h y ser detenido y encarcelado. Eso, señores míos, es lo que ha aprobado nuestro "talentoso" gobierno. Como afirma Carlos Rodríguez Braun en su artículo La libertad por puntos, «Naturalmente, no podemos criticar: como el objetivo del Gobierno es bueno, si criticamos al Gobierno en realidad somos unos perversos que no compartimos el objetivo. Para colmo, el poder, comprensivo y abnegado, no nos arrebatará de entrada todos los puntos que deberíamos perder, y no nos tratará todo lo cruelmente que podría: ¡deberíamos darle las gracias!». ¡Me olvidaba! La retirada de puntos no puede recurrirse.
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