Tradición (Continuación)

El último recolector de miel

El documental The Last Honey Hunter fue estrenado en 2017 pero solo ahora podemos verlo gratis en «Vimeo» (subtítulos en inglés).

Escrita y dirigida por Ben Knight, el documental narra la historia de un hombre de la cultura kulung, de Nepal, que recolecta una miel muy particular jugándose la vida colgado de una cuerda en espeluznantes acantilados.

Si queréis conocer más acerca de esta tradición tan peligrosa, podéis leer un gran artículo en National Geographic que incluye fotografías y vistas en 360º: The Last Death-Defying Honey Hunter of Nepal. El artículo está escrito en inglés pero os dejo también el texto en español (se publicó en julio de 2017).

Novias en Nigeria

Los retratos de Lakin Ogunbanwo de novias nigerianas son una ingeniosa investigación sobre los elementos de las tradiciones de boda de la cultura nigeriana que se han dado por sentado. Hay treinta y seis estados diferentes en Nigeria, cada uno con su propio conjunto de tribus, costumbres familiares, ideologías y neurosis comunitarias, fundamentos y tabúes.

Si las finanzas lo permiten, las bodas nigerianas abarcan días o semanas. Implican secuencias de hechos que nunca deben ser contravenidos, para que los roles cuidadosamente repartidos de madre, padre, hijos e hijas no se vean afectados o socavados. Hay largas listas de regalos que deben intercambiarse, afianzando la autoestima de cada pariente relevante de la novia: cuarenta tubérculos de ñame, cuarenta vientres de pez cuchillo ahumados, un gran baúl de metal, una cabra, ropa interior nueva para el novia, un elegante bastón para el padre de la novia, y así sucesivamente.

Observe cuidadosamente y podrá ver el peso de estas tradiciones en las novias de Ogunbanwo: Ẹ wá wò mí ("Ven y mírame / admírame" en yoruba).

Francia: en primavera, en los Pirineos se celebran rituales festivos en los que los hombres hacen de osos que despiertan de la hibernación.
Francia: en primavera, en los Pirineos se celebran rituales festivos en los que los hombres hacen de osos que despiertan de la hibernación.

Recuerdos de nuestros ancestros permanecen en el imaginario colectivo como muestra de lo que una vez fue la Europa salvaje. Cosechas, solsticios, fertilidad, estrellas, mitos insondables, ... son en la actualidad representados como una forma de recordar aquello que tal vez nunca debimos olvidar: Los hombres salvajes de Europa (Fotografías de Charles Fréger)

The Folk - Japanese Performing Arts

En verano de 2012, durante un festival en el santuario Meiji Jingu de Tokio, conocí por primera vez a los grupos de artes escénicas tradicionales de Tohoku, una región del norte de Japón. Aquella tarde el santuario se había convertido en un maravilloso universo espiritual iluminado con miles de velas y antorchas. Quedé fascinado por los singulares trajes de los artistas y por la energía de sus movimientos en la oscuridad. Fue entonces cuando decidí embarcarme en un proyecto de tres años con el fin de visitar los festivales que se celebran por todo el país y fotografiar los 49 grupos que existen en la actualidad.

Las artes escénicas tradicionales son un patrimonio que se extiende por todo el archipiélago nipón, y existen numerosas asociaciones en todo Japón que, en aras de su conservación, las han transmitido de generación en generación. Además de la Shishi-mai (o danza del león), la Kagura (un baile y una música reservados a los dioses) y las interpretaciones con tambores, destacan los festivales relacionados con el calendario agrícola. También hay espectáculos y rituales en las islas más pequeñas cuya función es asegurar la buena salud y prosperidad de los aldeanos o invocar a los marebito, unos seres divinos que traen la felicidad. Algunas de esas artes escénicas recibieron la influencia de las culturas china y coreana. Pese a que todas ellas existen desde hace siglos, muchos japoneses las desconocen. Por ese motivo me propuse documentarlas en imágenes y mostrar lo importantes que son en nuestra cultura.

En mi viaje, visitaba las aldeas un día antes de que se celebrara el festival, y siempre que podía fotografiaba a los artistas. Las sesiones no duraban más de diez minutos. Aunque las imágenes emulan la fotografía de estudio, era esencial tomarlas en la propia localización donde tenía lugar la representación, porque la energía y atmósfera del momento hacía que las expresiones fueran mucho más vividas, más auténticas. Después añadía un fondo negro a las fotos para eliminar el entorno real del lugar y resaltar la esencia de cada arte escénica.

A lo largo del proyecto descubrí algo inesperado acerca de esas tradiciones: hay grandes diferencias entre quienes las practican. Algunos no conocen su origen ni su historia; para otros, es toda una forma de vida. Hay quien propone cambios radicales en los trajes y en los bailes. Con el paso del tiempo, las artes escénicas han ido evolucionando. En cierto sentido, las nuevas generaciones rompen con la tradición para renovar su espíritu y transmitirlo en los años venideros.

Texto y fotografías de Yusuke Nishimura.


Nota: alguna de esas fotografías también puedes verse en National Geographic (en español).

Fiesta de la Maya. Foto de Daniel Ochoa de Olza
© Daniel Ochoa de Olza

Dicen los viejos del lugar que fenicios y griegos daban la bienvenida a la primavera adornando con flores un tronco de árbol cortado. Lo llamaban «mayo», tal vez en honor de una deidad. La tradición se transmitió a romanos y celtas pero, al igual que otras fiestas paganas, fue despareciendo según se imponían las cristianas o bien cambiaba por tomar elementos prestados de aquéllas.

No obstante, en algunos pueblos se mantuvo la tradición de adornar un tronco o de colocar en una altar a una niña rodeada de flores para representar la fertilidad de la naturaleza. Uno de esos pueblos es Colmenar Viejo (Madrid) donde cada 2 de mayo se celebra la Fiesta de la Maya.

Los altares, que se decoran con flores frescas, son ocupados por niñas entre 7 y 11 años que deben permanecer inmóviles durante las dos horas que dura el acto. Se trata de una celebración efímera pero mágica y hermosa que nos recuerda el poder de la memoria colectiva y nuestra conexión con el mundo espiritual.

El fotógrafo Daniel Ochoa de Olza, que ha dedicado buena parte de su obra, a las tradiciones españolas, realizó una serie de fotografías que merecieron el reconocimiento de la organziación World Press Photo al obtener el segundo premio en la categoría People stories (edición 2016).

Podéis ver la serie completa de fotografías en su página. Aprovechad y recorrer su web de arriba a abajo porque merece la pena descubrir rincones, personas y paisajes de nuestra vieja y nueva España.

Correfocs en Badalona. Foto: José Manuel García
Correfocs en Badalona. Foto: José Manuel García

Encontramos en el siglo XII las primeras anotaciones sobre el llamado Ball de Diables, una tradición que ha evolucionado hacia otras manifestaciones donde aparecen no solo diablos sino también dragones, y todo ello aderezado con fuegos artificiales. Son los llamados correfocs.

Dicen los barceloneses que ese espectáculo nació durante las Fiestas de La Mercè de 1978 de una forma totalmente espontánea. Varias agrupaciones culturales pretendieron organizar un baile de diablos clásico acompañado de fuegos artificiales, pero el público decidió participar dotando a esa vieja tradición de un sentido nuevo. El caso es que el correfoc se ha convertido en una tradición mediterránea muy popular.

Kukeri

Este proyecto documenta las prácticas antiguas, arcanas y paganas de Bulgaria que se remontan a miles de años. Realizada en las remotas regiones montañosas del país, la práctica anual de "Kukeri" se lleva a cabo a finales de enero.

Los rituales de otros mundos tienen la intención de ahuyentar a los espíritus malignos del invierno que de otra manera podrían traer mala fortuna o "loshotiya" a la comunidad. Se usan máscaras de madera talladas con las caras de bestias inquietantes y pesadas campanas que cuelgan alrededor de sus cinturas, creando una sinfonía ensordecedora mientras bailan y saltan en ritmos hipnóticos.

Pasé semanas viajando por las zonas rurales de Bulgaria explorando los pueblos y los campos de nieve para capturar retratos de los practicantes del ritual anual. He tenido la suerte de pasar mucho tiempo en las montañas búlgaras durante los últimos cuatro años y me he enamorado de las misteriosas tradiciones de estos pequeños pueblos, inmersos en su antiguo folclore en este rincón atemporal y un tanto olvidado de Europa. — Aron Klein

El artista español Manolo García construye réplicas imponentes de esculturas, retratos, animales y otros objetos decorativos en su taller en Valencia. García se refiere a su práctica como "carpintería artística" y al mirar las fotos del proceso del trabajo se trata sin dudad de una descripción apropiada.

Buena parte de su trabajo tendrá una vida efímera porque el fuego las devorará en La Nit de la Cremà (La Noche de la Cremà) como parte de las fiestas que conocemos como Las Fallas.

Manolo García - Esculturas - Las FallasManolo García - Esculturas - Las Fallas

Manolo García - Esculturas - Las Fallas

Manolo García - Esculturas - Las Fallas

Manolo García - Esculturas - Las Fallas

Manolo García - Esculturas - Las Fallas

Manolo García - Esculturas - Las Fallas

Manolo García - Esculturas - Las Fallas

Los CabezudosLa Pilara

LA PILARA
La Pilara,
cuando camina,
mueve las plumas
como una gallina

El morico

EL MORICO
Aquí allá,
Morico El Pilar
se come las sopas
y se echa a bailar

El Forano

EL FORANO
El forano se ha cagao,
la Forana le ha limpiao
con un trapo colorao

La Forana

LA FORANA
Que no se diga,
que no se note,
que la Forana
lleva bigote

El Tuerto

EL TUERTO
El tuerto, tuerto es.
El tuerto, por melón,
se cayó un tozolón

El Berrugón

EL BERRUGÓN
Al Berrugón le picaron
los mosquitos y se compró
un sombrero de tres picos

El Boticario

EL BOTICARIO
Boticario, canario,
garras de alambre,
que a tu pobre familia
matas de hambre

El Robaculeros

EL ROBACULEROS
El Robaculeros
no sabe correr
y por eso da
tantos traspiés

El Torero

EL TORERO
El torero
como es tan chulo,
salta la tapia,
y se rompe el culo

Las imágenes han sido cedidas por Jose Luis Cano y las tonadillas por Arafolk. Muchas gracias a José Luis y Alberto por su amabilidad