A mitad de diciembre del pasado año recibí un correo de un amable lector en el que no solo me felicitaba la Navidad, sino que además me facilitaba la dirección de un página en la que había recopilado un buen número de pinturas de los Reyes Magos. Pensé en escribir un breve comentario sobre tales magos junto al deseo de que este año nos trajeran, como regalo, el fin de la crisis e incluir la mencionada galería.
Pues bien, me olvidé por completo del correo, de los magos y de la crisis. Unas plácidas vacaciones en Jaca coadyuvaron a tan imperdonable fallo de memoria.
Nadie discute si es leyenda o realidad. Nadie cuestiona su origen porque, quizá, sea lo menos importante para una ciudad que se engalana con sus mejores ropajes cada primer viernes de Mayo para conmemorar la victoria de las huestes del Conde Aznar Galíndez sobre el moro invasor [Seguir leyendo....]
Si preguntáramos a los jóvenes zaragozanos por qué hoy es fiesta en Zaragoza, probablemente muchos de ellos no lo sabrían. Menos aún quién es San Valero; dudo incluso que supieran que es el patrón de nuestra ciudad y que sus reliquias se conservan en la Catedral del Salvador. Pero nadie debe extrañarse de ello: la secularización de las fiestas religiosas ha convertido éstas en simples días de asueto o, como en este año, en un largo "puente".
Típico de esta fiesta es el roscón que se reparte —más de 700 metros este año— en la Plaza del Pilar gracias a una iniciativa del Periódico de Aragón. Como el frío sigue campando a su aire —vean el hielo que se resiste a desaparecer a la una del mediodía—, no hemos tenido ganas de madrugar y cuando hemos llegado, la plaza presentaba escaso bullicio y no quedaba rastro del roscón. Enfrente de la casa consistorial, sin embargo, sí había bastantes personas esperando a entrar para ver tanto el interior del edificio, normalmente vedado a las visitas, como la maqueta de la futura Expo2008. También en la cercana Plaza de San Bruno se arremolinaban unos cuantos al son de la música.
El abanico plegable ha formado parte de nuestra cultura desde tiempos inmemoriales y, de hecho, España fue uno de los principales productores durante el siglo XVIII. Tal era su importancia que pronto se creó un gremio de abaniqueros y a principios del siglo XIX se fundó incluso la Real Fábrica de Abanicos. Aunque fue inventado por los chinos en fecha tan temprana como el siglo VII, no fue hasta el XV cuando los portugueses lo introdujeron en Europa. Era, en aquellos días, un capricho para las clases pudientes pero, poco a poco, se fue popularizando hasta el punto que lo usaban tanto hombres como mujeres.
Para conocer un poco más sobre estos objetos, les invito a darse una vuelta por la exposición virtual (*) alojada en el Museo Provincial de Lugo: «...el Centro consigue un rico conjunto de más de ciento treinta objetos que, además de constituir un grupo de ricas calidades visuales, tienen el atractivo añadido de ser cada uno de ellos autónomo para contar muchos fragmentos de la historia a través de las sociedades desde las que fueron concebidos, las que los usaron, o las que se convirtieron en sus destinatarios. Me refiero, por ejemplo, a los numerosos abanicos que vinieron de Oriente a través de las colonias, y que constituyen una de las partes más ricas de la colección, no sólo por la suntuosidad de los materiales si no por las técnicas empleadas para su ejecución, que una vez más muestran el virtuosismo de los orientales.»
(*) Recurso desaparecido. Solo disponible en Web Archive.
Abanico. c.1820. País de seda acabado en ondas con aplicación de abalorios. Varillas (18) de marfil calado con motivos vegetales estilizados.
El día 9 de octubre comienzan las Fiestas del Pilar y, sin lugar a dudas, el espacio más característico de toda la ciudad será la Basílica y su plaza pues, no en vano, es el lugar donde se desarrolla la "Ofrenda de Flores" a la Virgen. Tradición, fervor religioso, espacio lúdico... convierten la Ofrenda en un espectáculo de color y belleza increíble.
La Tradición:
Una secular tradición oral ha mantenido, de generación en generación, que el dos de enero del año cuarenta vino la Virgen María en carne mortal a Zaragoza, para confortar la fe vacilante del apóstol Santiago y de un reducido grupo de convertidos, entregándoles el Santo Pilar como testimonio de su venida. El primer documento histórico donde se nombra a la Virgen María, no con el nombre de Santa María la Mayor, sino del Pilar, corresponde al siglo XIII, y constituye una de las joyas del archivo pilarista. El Santo Pilar nunca se ha movido de su ubicación primitiva, a pesar de que la fe del pueblo ha ido construyendo un edificio mariano con sucesivos estilos arquitectónicos: la primitiva capilla tenía ocho pasos, poco más ó menos, en ancho, i diez i seis en largo en la qual está el Santo Pilar, á la parte alta ácia el Ebro con el altar (Morales de san Gregorio), y los sucesivos templos románico (tímpano incrustado en la fachada de la plaza del Pilar), gótico y barroco. La basílica-catedral del Pilar es, en España y en el mundo, el símbolo más representativo de Zaragoza y Aragón. Al acercarse a la ciudad, el viajero lo primero que descubre es su singular silueta en la lejanía. La devoción popular testimonia este cariño especial a la Virgen con la frase latina de la plaza del Pilar, que dice: Tenemos una Columna que guía al Pueblo día y noche.
Altar de Nuestra Señora del PilarAltar de Nuestra Señora del Pilar«Los Convertidos», Pablo Serrano«La Piedad» (detalle), Predela del Retablo Mayor
Cada año por Semana Santa las gentes de nueve pueblos del Bajo Aragón turolense se lanzan a la calle con sus túnicas, tambores y bombos. Es una tradición extendida por toda España, pero que en esta zona tiene un sabor y una emoción especial: pueblos de la ruta.