¡Feliz Navidad!

Y sí, ¡Feliz Navidad! y no esa fórmula estúpida de «¡Felices Fiestas!» que se utiliza en aras de la corrección política. De entre todas las felicitaciones de origen religioso, parece que a estos nuevos censores solo les molesta cuando el origen de la fiesta es cristiano.

Desear una feliz navidad ya no tiene las connotaciones religiosas de antaño, pero mantiene intacto el mensaje de esperanza que tanto nos hace falta en este mundo que parece haberse vuelto loco. Por eso seguiré deseando feliz navidad a todo el mundo sin preguntar si es católico, musulmán, judío, agnóstico, ateo, .....

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