Si las mentiras dañan cualquier tipo de negociación, aún más las medias verdades. Desde el Gobierno, por ejemplo, se ha llegado a decir que si la regulación sobre las descargas no salía adelante, "desaparecería la mitad de la cultura". Afirmaciones como ésa caben en boca de las empresas audiovisuales, capaces de recurrir a todo con el fin de no perder un negocio obsoleto, pero en un responsable político es, cuando menos, vergonzoso.
Podemos encontrar en la Red numerosos estudios sobre la influencia de las descargas en la venta y producción audiovisual, pero la mayoría de ellos están "fabricados" por alguna de las partes interesadas en la cuestión. Por ello he dedicado tiempo a buscar alguno al que pudiéramos aplicarle la etiqueta "independiente", y creo que lo he encontrado: File-Sharing and Copyright, una investigación realizada por Felix Oberholzer-Gee (Harvard Business School) y Koleman Strumpf (University of Kansas School of Business).
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Nota: el Gobierno ha decidido digitalizar los catálogos de las exposiciones realizadas en todos los museos públicos y ponerlos a disposición de todos los internautas de forma gratuita.
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Las conclusiones del estudio parecen indicar que no hay disminución de la producción artística musical.
Tampoco esta demostrada la reducción de obras de otros artistas, ( cineastas, escritores, ...)aunque no
Son el objeto del estudio.
La causa principal de la creación artística es ajena a la dependencia económica del artista, que como
siempre he sospechado, no vive de la creación artística, sino que depende, mayoritariamente de otras
Fuentes de ingresos.
La industria, no los creadores, son los que no se han adaptado a la tecnología.
Todos los que vivían del cuento, sin crear arte, o sea, managers, discográficas, prestamistas, etc, son
los que ven peligrar su modo de vida con las descargas digitalizadas.
Y nuestros gobernantes no se enteran.
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Creo que el negocio de las multinacionales del arte necesitan de estandarización y simplificación. Necesitan productos estrella y no creadores. El nivel cultural de la población se ha disparado, la creación está tremendamente diversificada. Internet favorece la diversidad creativa y la publicación al margen de las multinacionales.